Antes de recorrer lo que ver en Ardales lo ideal es conocer su historia. Del principio de esta es la Cueva de Ardales o «de Doña Trinidad». La oquedad contiene arte rupestre de hace veinte mil años. Mucho más tarde, la zona llamada Mesa de Villaverde estuvo poblada por ermitaños durante el siglo VI. Así lo indican diversos elementos de la Ermita de Villaverde. También hay restos de campamentos y necrópolis visigodas en otras partes del valle.
A partir del año 716 el territorio local pasó a formar parte de la Cora de Rayya, que comprende gran parte de la actual Málaga. El emir Al Tagafi la denominó Ard Allah/Jardín de Diós por su tierra tan fértil como bella. Una de las familias de propietarios hispano godos residentes allí se convertiría al Islam, adoptando el nombre de Hafsun. Tras cometer un asesinato en el 875, el joven Omar Ben Hafsun escapó. Cuatro años después encadenó distintas acciones de rebeldía. Todo terminó con un pequeño estado que comprendía las actuales provincias de Málaga y Granada. Derrotó varias veces al ejército de los Omeyas y a punto estuvo de conquistar la ciudad de Córdoba. En el año 888, durante un asedio a Bobastro, falleció por enfermedad el emir cordobés Al Mundir.
Alcanzado el año 899 Omar, decidió renegar del Islam y bautizarse. Esto, sin embargo, le supuso el abandono de gran parte de sus seguidores muladíes. Tras una larga campaña en que los cordobeses fueron conquistando una a una las fortalezas rebeldes de la sierra, el 19 de enero del 928 las tropas del emir Abderramán III consiguieron tomar la fortaleza de Bobastro, defendida por el hijo de Omar ben Hafsun. Cincuenta años resistieron los rebeldes. Al decidirse la formación de la nueva Cora de Ronda la zona quedó adscrita a ella. Hacia el siglo XIII pasaría a formar parte de la Cora de Rayya.
En agosto de 1330, en el cercano castillo de Turón, estableció un cuartel general Alfonso XI. Desde allí trató de conquistar el castillo de Teba. En una escaramuza murió el famoso caballero escocés Sir James Douglas, que portaba consigo un relicario con el corazón de su rey, Robert the Bruce. El cuerpo del caballero y la urna serían devueltos por el rey granadino Mohamed IV a Alfonso XI, que los mandó a Escocia. Los castellanos acabarían conquistando el castillo de Teba, pero no el de Ardales. Este resistió hasta 1362, cuando Pedro I lo tomó. Sin embargo, solo seis años después los granadinos retornaron el golpe, haciéndose de paso con Turón.
Los vaivenes en la posesión de la fortaleza siguieron tras un corto periodo de paz. Finalmente, hacia 1453, el alcaide del castillo de Teba, Juan Ramírez de Guzmán, conquista la plaza definitivamente. Con ello, pasó a formar parte de su señorío. Tras ello, la villa vivió con relativa calma hasta la actualidad
A continuación, lo mejor que ver en Ardales.