Antes de tratar lo que ver en Archidona conviene repasar su historia. Esta se extiende, al menos, hasta el Paleolítico Inferior. En períodos prehistóricos sucesivos, como atestigua el yacimiento de la Cueva de las Grajas, los márgenes del río Guadalhorce siguieron acogiendo poblaciones. Los fenicios llamaron al lugar Escua y los íberos Ulisis. Más tarde, los romanos mantuvieron esta denominación. De su dominación han quedado importantes vestigios, como inscripciones funerarias, cerámica, monedas y restos de la red viaria.
Por su parte, los árabes usaron el topónimo de Medina Arxiduna, convirtiéndola en capital de la Cora de Rayya. Durante el 756, en la alcazaba de Archidona, Abderramán I se proclamó primer emir de Al Ándalus. Con este gesto se hacía oficial la independencia del Emirato de Córdoba respecto del de Damasco.
Durante el siglo XI la ciudad se vería casi completamente destruida. La implantación de los reinos de taifas supondría una dependencia alterna de Málaga y Granada. Tras una notoria decadencia, los almohades rescataron algo de su esplendor en el siglo XII. Ya en la centuria siguiente se integraría en el Reino Nazarí de Granada. Esto supuso una nueva etapa de estabilidad y prosperidad.
Los monarcas castellanos Alfonso XI (1338) y Pedro I (1361) asolaron la comarca. Al conquistarse Antequera en 1410, Archidona se convirtió en el siguiente objetivo cristiano. tras fracasar los caballeros de la Orden de Alcántara en primer asalto, en 1462 fue tomada por Pedro Girón, Señor de Osuna y Maestre de la Orden de Calatrava. Se cree que el lienzo original de la Virgen de Gracia fue parte de su estandarte.
Alcanzado 1463, Enrique IV donó la villa a Alonso Téllez Girón. Tres lustros después Fernando el Católico la visitó durante la campaña para la conquista de Vélez-Málaga. Años después se ensanchó a los pies del cerro de Gracia, dividiéndose entre la Villa Alta y la Villa Baja/Arrabal. Desde 1562, por concesión de Felipe II, los duques de Osuna ejercerían el señorío sobre la ciudad.
Tras perder progresivamente poder durante el siglo XIX, el inicio del XX le daría un respiro. Así, en 1901 obtuvo el título de Ciudad. En el marco de la Guerra Civil en Archidona se produjeron sucesivas represiones y fusilamientos. Sin embargo, el lugar acabaría siendo conocido por un suceso mucho más frívolo.
Durante el tardofranquismo, un cine fue escenario de un hecho casi sobrenatural. Aprovechando la oscuridad de una sesión de cine, la novia de un mozo local comenzó a masturbarle. La consecuente eyaculación fue tal que alcanzó a los espectadores de hasta tres filas por delante. La pareja fue detenida por alterar el orden público, sufriendo severas multas y forzándose su matrimonio. Sin embargo, el hecho de que la dudosa hazaña quedase registrada inspiró a Camilo José Cela. El gallego, siempre amigo de lo escatológico, escribió La insólita y gloriosa hazaña del Cipote de Archidona, que contiene pasajes como el siguiente:
“Claro cipote, cuya frente altiva
cubre de nubes tan tupido velo
que nos hacen creer que en ella el cielo
y en sus cojones su razón estriba …”
A continuación, lo mejor que ver en Archidona.