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La ruta de los pueblos blancos de Málaga

Pueblos blancos de málaga

La famosa ruta de los pueblos blancos de Andalucía comprende una serie de localidades ubicadas en terreno de las comarcas de Sierra de Cádiz y Serranía de Ronda. El eminente carácter serrano de estos lugares se refleja con facilidad en sus costumbres y tradiciones. Esto embellece el paisaje de la misma manera que lo hacen los conjuntos de fachadas encaladas, los tejados rojizos de sus casas, el trazado estrecho y empinado de sus calles. Los arquillos y pasadizos que aderezan la trama urbana en algunos de sus rincones son otro de los tesoros de esta ruta por los pueblos blancos de Málaga.

La ruta de los pueblos blancos de Málaga es, sin duda, una de las más famosas rutas de arquitectura popular andaluza. También es un recorrido por una tierra con historia que ha sido testigo de numerosos episodios y conflictos que han dejado su huella en forma de castillos y otros restos arqueológicos. Pese a que los pueblos blancos andaluces comprende localidades de las provincias de Cádiz y Málaga, nos centraremos en aquellos pueblos blancos que, tomando como centro Ronda, quedan ubicados en tierras malagueñas.

Ronda

Ronda
Ronda. | Shutterstock

Ronda es una de las localidades con mayor proyección turística de Málaga. Un bello lugar marcado por la presencia del impactante tajo del río Guadalevín que cuenta con atractivos como su famoso puente, sus baños árabes o su plaza de toros. Es considerada una de las más antiguas y monumentales de España. Tanto por sus monumentos como por su historia y cultura, Ronda se alza como indiscutible centro de los pueblos blancos malagueños. Es un destino imprescindible en el que merece la pena invertir varios días de visita.

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Benaoján

Benaoján
Benaoján. | Shutterstock

Ubicado en terreno del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, Benaoján es un pequeño pueblo muy apreciado por toda clase de amantes del turismo rural y los deportes de aventura. En sus alrededores encontramos interesantes lugares como las cuevas del Gato y de La Pileta. En el interior de esta última se conserva una serie de pinturas rupestres que evidencian una temprana presencia humana en el lugar. Componen un importante conjunto artístico de estilo paleolítico.

Montejaque

Montejaque
Montejaque. | Shutterstock

De origen musulmán, Montejaque es un pueblo situado también en terreno de la Sierra de Grazalema y cuyo nombre significa “Montaña Perdida”. Se trata de un lugar de notable riqueza histórica donde es posible visitar monumentos de la talla de la iglesia de Santiago el Mayor. En sus alrededores se alza el Hacho, un monte que con sus 1.075 metros de altitud da cobijo a la localidad y domina desde su cima todo el paisaje circundante.

Jimera de Líbar

Jimera de Líbar
Jimera de Líbar. | Shutterstock

Jimera de Líbar es otro núcleo de origen musulmán que llegó a albergar una importante fortaleza de la que actualmente no queda vestigio alguno. No obstante, su nombre en lengua árabe fue Inz Almaraz, cuyo significado es “castillo de la mujer”. Los alrededores del lugar, sobre los que destaca la presencia del pico Martín Gil, son un escenario para la práctica de toda clase de deportes de naturaleza.

Atajate

Atajate
Atajate. | Shutterstock

Esta localidad malagueña que forma parte de nuestra ruta por los pueblos blancos de Málaga es una de las de menor población de la provincia. Esto garantiza una relativa paz y tranquilidad en sus calles. Atajate es actualmente famosa por la producción de mosto, último vestigio de una importante industria vinícola que vivió siglos de esplendor. Posteriormente vivió su declive debido a una fuerte plaga de filoxera que afectó a la región a finales del siglo XIX.

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Benadalid

Benadalid
Benadalid. | Shutterstock

La siguiente parada en la ruta de los pueblos blancos de Málaga es Benadalid. Cuenta con varios atractivos patrimoniales, como su castillo árabe. De posible origen romano, este monumento cuenta con planta cuadrada y torres cilíndricas. En la actualidad es empleado como cementerio local. Otros lugares de Benadalid que merecen una visita son la iglesia de San Isidoro y la cruz del Humilladero. Su construcción está ligada a dos hermanos portugueses que se asentaron aquí. Fueron los posibles responsables de la generalización del apellido Fernández en el pueblo.

Algatocín

Algatocín
Algatocín. | Shutterstock

Algatocín es un lugar de notable belleza cuyo perfil escalonado se adapta a la perfección al relieve del terreno. Sobre éste se asienta dando lugar a una trama urbana irregular y paisajísticamente atractiva. Entre sus puntos de interés destacan la iglesia de Nuestra Señora del Rosario y el mirador del Genil. Ofrece excelentes vistas de un paisaje serrano de frondosa vegetación dominado por alcornoques, castaños y otras especies autóctonas.

Gaucín

Gaucín
Gaucín. | Shutterstock

Ubicado en el centro de un variado y rico entorno natural, Gaucín es una pequeña localidad de trazado morisco que tuvo su particular relevancia histórica en años de la reconquista. Su castillo fue considerado como un importante punto estratégico cuya toma supuso la muerte de Guzmán “el Bueno”, Señor de Sanlúcar de Barrameda. En la actualidad, el castillo del Águila es su principal atracción patrimonial. Su emplazamiento en la cima de un cerro a 688 metros de altitud es a su vez el destino de una de las excursiones más populares del lugar.

Casares

Casares
Casares. | Shutterstock

La ruta de los pueblos blancos de Málaga termina en Casares, un lugar declarado como Monumento Histórico Artístico. Casares cuenta con importantes muestras patrimoniales como la iglesia de la Encarnación, su castillo árabe y la ermita de San Sebastián. Los restos de la ermita de la Vera o los baños de La Hedionda, cuyas aguas sulfurosas fueron utilizadas como fuente de salud en época romana. Casares es, además, el lugar de nacimiento del político y escritor Blas Infante, conocido como el “Padre de la Patria Andaluza” y cuya casa natal permanece todavía en pie. Por la disposición de sus casas y sus calles en cuesta, Casares se ha ganado el sobrenombre de “Pueblo Colgante”.

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La Ruta de los Pueblos Blancos de Málaga constituye, en definitiva, una de las mejores oportunidades para conocer la cultura serrana y popular de una provincia rica y variada que cuenta con un interior sorprendente. Pese a que en esta ocasión nos centremos en las tierras de la Serranía de Ronda, conviene recordar que los pueblos blancos son una realidad muy extendida por toda la geografía andaluza. En Málaga, sin ir más lejos, pueden admirarse otros ejemplos como Mijas. O Cómpeta, Comares y Frigiliana, en la comarca de La Axarquía.

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