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Monasterio de la Rábida: el apoyo de Cristóbal Colón y una amalgama de culturas

Monasterio de la Rábida, en Huelva

El Monasterio de Santa María de La Rábida está ubicado en el término municipal de Palos de la Frontera, en Huelva. Se trata de un convento franciscano erigido entre los siglos XIV y XV, declarado Monumento Histórico y Artístico de la Nación por Real Orden en 1856, siendo el tercer Monumento Nacional en España. Su historia se remonta a la época de los fenicios y hay quienes aseguran que La Rábida podría tratarse de una puerta al mismísimo infierno. Aunque si hay algo que llama poderosamente la atención sobre este templo es su importancia en la empresa descubridora llevada a cabo por Cristóbal Colón.

La fundación del monasterio

El monasterio fue desde el principio un refugio o fortaleza.
El monasterio fue desde el principio un refugio o fortaleza. | Shutterstock

El monasterio de La Rábida se eleva sobre la Peña de Saturno, ubicada en  la confluencia de los ríos Tinto y Odiel. La historia cuenta que en el Monasterio de La Rábida estaba una de las representaciones más antiguas del infierno, por lo que se cree que La Rábida pueda tratarse de una de las entradas al averno.

Sobre su origen existen una serie de leyendas recogidas en el códice de fray Felipe de Santiago. Según estas, durante la época fenicia, en esta ubicación habría existido un altar a su dios Baal. Más tarde, los romanos eligieron este mismo lugar para llevar a cabo una serie de sacrificios como forma de veneración a la diosa Proserpina.

No obstante, fueron los árabes quienes levantaron en esta localización un pequeño morabito con monjes que tomaba el nombre de “rábida” o “rápita”. Este tipo de morabito solía localizarse en zonas fronterizas y en él los ascetas se perfeccionaban espiritualmente a la vez que defendían el lugar. Con la conquista cristiana, en el siglo XIII, el templo pasó a manos de los Caballeros Templarios, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Milagros. El franciscano Francisco de Gonzaga, fijó en el año 1261 la creación  del Monasterio de La Rábida, aunque la carta fundacional del convento es una bula papal del año 1412.

Gracias al privilegiado enclave que ocupaba, el monasterio fue desde el principio un refugio o fortaleza para defenderse de los ataques frecuentes de los piratas que merodeaban la costa. De hecho, el Papa Eugenio IV otorgó una bula de indulgencias para todo aquel que ayudara en este sitio a los viajeros necesitados. Fue entonces, en los primeros aledaños del siglo XV, cuando comenzaron a construirse gran parte de las estancias conventuales.

La visita de Colón y otros descubridores

Colón encontró apoyo en el interior del monasterio de la Rábida
Colón encontró apoyo en el interior del monasterio de la Rábida. | Shutterstock

La Rábida comenzó a cobrar verdadera importancia a raíz de la llegada de Cristóbal Colón en 1485. Colón se hospedó en este cenobio y encontró apoyo para su empresa descubridora, ya que algunos frailes le ayudaron en sus contactos con la corona y la marinería del lugar. De esta forma es como logró ponerse en contacto con Martín Alonso Pinzón, codescubridor de América, quién le prestó ayuda económica y reclutó a los hombres necesarios para el viaje. De hecho, Alonso Pinzón se encuentra enterrado en este templo, a los pies de la Virgen de los Milagros.

Unos años más tarde, en mayo de 1528, llegó a las puertas de La Rábida el conquistador de Nueva España, Hernán Cortés. Este venía acompañado de un amigo gravemente enfermo, Gonzalo de Sandoval, que terminó por ser enterrado cerca del altar de la virgen. Pocos días después, arribó en Palos Francisco Pizarro, quién también se dirigió al convento con el fin de entrevistarse con su pariente Cortes y recibir ayuda espiritual.

El templo también sirvió de inspiración para la vida monástica y contemplativa a hombres que fueron a evangelizar las tierras recién descubiertas. En concreto, a fray Juan de Palos, fray Juan Izquierdo y otros franciscanos de Palos de la Frontera y los pueblos vecinos que tuvieron especial relevancia en la evangelización de América

La composición del Monasterio

El edificio ha ido incorporando diversos elementos arquitectónico
El edificio ha ido incorporando diversos elementos arquitectónico. | Shutterstock

El monasterio de La Rábida tiene una superficie de más de 2000 m², es de planta irregular y su conjunto externo es de estructura medieval. Con el paso de los años, el edificio ha ido incorporando diversos elementos arquitectónicos, aunque se conservan los aspectos más importantes de su construcción original.

En cuanto a la iglesia, no se puede precisar bien su fecha de construcción. Está compuesta por una única nave principal, el presbiterio o capilla mayor y la capilla de la Virgen de los Milagros. Asimismo, se pueden ver algunos frescos originales que son piezas de arte de gran valor. El techo está cubierto por un artesonado en madera policromada de influencia mudéjar, que eliminó la anterior bóveda de cañón.  Presidiendo el altar mayor está la escultura de Jesucristo Crucificado, del siglo XV. Mientras que en el lado norte del presbiterio hay una puerta que comunica este con la actual sacristía y está presidida por un Crucificado de León Ortega de 1962.

El claustro, principalmente mudéjar, data del siglo XV y es el conjunto del monasterio que mejor se conservó tras el terremoto de Lisboa. Fue ampliado en el siglo XVII con otro piso construido con almenas para la defensa de las invasiones piratas. En el segundo piso se puede encontrar una exposición permanente de maquetas a escala de las tres carabelas: la Pinta, la Niña y la Santa María. En los laterales de este claustro se encuentran la Sala de las Conferencias y el refectorio histórico.

La sala capitular es rectangular, amplia, y de aspecto recoleto. Se trata de la celda más grande del monasterio. Tiene un buen artesonado que data del siglo XVIII y algunas obras de arte ambientadas en los personajes históricos del descubrimiento. En 1992, durante la Celebración del V Centenario del Descubrimiento de América, fue utilizada como sede de un consejo de ministros.

La Virgen de los Milagros

Vista general del monasterio de la Rábida
Vista general del monasterio de la Rábida. | Shutterstock

La Virgen de los Milagros o Santa María de La Rábida es la patrona de Palos de la Frontera. La imagen de la Virgen es una escultura de alabastro de pequeño tamaño, muestra del gótico francés, concretamente de estilo normando.

Según cuenta una leyenda, esta imagen fue traída por un marinero de Palos, pero con la llegada de los árabes la escondieron en el fondo de la ría de Huelva. Unos pescadores terminaron rescatándola con sus redes y la devolvieron al monasterio. Según ciertos documentos, durante una restauración de la pieza llevada a cabo en el siglo XVIIII, encontraron restos de sal y de limo marino, como si hubiera estado sumergida en el mar.

A lo largo de su historia se le han atribuido una gran cantidad de milagros, tanto de sanaciones como de prodigios en favor de la defensa de las costas de la zona de ataques piratas. Es por ello que muy pronto se la empezó a denominar  a esta virgen como la “de los Milagros”.