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Alájar, un bonito pueblo en las alturas de Huelva

Alájar, un bonito pueblo en las alturas de Huelva

Alájar es uno de los pueblos más idílicos de toda la Sierra de Aracena y de los Picos de Aroche, en Huelva, que es una provincia repleta de bellos pueblos. En esta aldea se pueden divisar preciosas casitas blancas con calles estrechas y empedradas, rodeadas de un bello y exuberante paisaje. Un lugar lleno de atractivos ideal para llevarse la cámara de fotos.

Un pueblo sumergido en una montaña única y hermosa

Un colorido y mágico callejón en Alájar, un pequeño pueblo de Huelva
Un colorido y mágico callejón en Alájar, un pequeño pueblo de Huelva. | Shutterstock

Alájar está situada a 574 metros sobre el nivel del mar y cuenta con una población, según los últimos censos, de 763 habitantes. Representa un destino perfecto para los amantes del ecoturismo. En sus inmediaciones, sobre todo en las aldeas colindantes, los visitantes tienen la oportunidad de conocer un modo de vida alternativo y sostenible que se nutre de los recursos que da la tierra.

En la hermosa Alájar los visitantes pueden perderse entre callejuelas con bellos mosaicos, que decoran las puertas de las viviendas. Existen numerosas casas rehabilitadas en cuya reforma se ha respetado la esencia de su pasado. Todo resulta pintoresco y auténtico. Estas casas ahora forman parte de una interesante oferta de alojamiento rural.

Conviene visitar de antemano la sobria iglesia de San Marcos Evangelista, que se construyó a finales del siglo XVI a partir de un antiguo templo. Tiene planta basilical y una torre con tres cuerpos rematada con un pináculo. Es un monumento para versados en el arte eclesiástico.

La peña de Arias Montano, una visita obligada

Ermita de Nuestra Señora de Los Ángeles, en la Peña de Arias Montano
Ermita de Nuestra Señora de Los Ángeles, en la Peña de Arias Montano. | Shutterstock

Más allá de las casas blancas se erige la peña de Arias Montano, lugar telúrico y místico tan famoso que hasta fue visitado por el Dalai Lama, que encontró aquí un punto muy fuerte de energía. Su nombre procede de Benito Arias Montano, humanista relevante, notario, figura andaluza muy destacada en el medievo que llegó a ejercer como bibliotecario del monasterio de El Escorial. A él dedicaron este fascinante lugar.

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La ermita de la Reina de los Ángeles fue levantada durante el siglo XVI. Consta de un artesanado limpio, preciso y unos frescos de gran calidad artística. Allí puede encontrarse, actualmente, a una señora ermitaña que es la encargada de cuidar el monasterio. La leyenda habla de un pastor a la que se le apareció allí una virgen, la de los Ángeles, mientras pastoreaba, debajo de una higuera, con una breva en la mano. A principios de septiembre se celebra una romería muy concurrida en su honor.

Cuevas y diferentes aldeas para una zona ideal para perderse durante varios días

Si se visita Alájar, es obligatorio prestar especial atención al conjunto de cuevas situadas en la zona. En ellas se han encontrado vestigios de la vida humana de la época prehistórica. Hay que mencionar la cueva de La Verja, Lago Seco, Los Caracoles, La Higuerita, La Fuente, La Sillita del Rey o la de El Palacio Oscuro, entre otras.

Es muy recomendable realizar la ruta de las aldeas, que podría empezar por El Collado, a 300 metros de Alájar. Allí se vive en inmensa tranquilidad. Es un lugar ciertamente bonito, ubicado en plena sierra. Especialmente plausible para personas que necesiten paz, silencio y sintonía con la naturaleza. Se llega caminando a través de un sendero de poco más de un kilómetro, rodeado de encinas, alcornoques y matorral mediterráneo. Pura flora andaluza. Se pueden observar, asimismo, casas biodinámicas realizadas con materiales ecológicos que se encuentran en el entorno. Predomina, obviamente, la madera de castaño, situada en las puertas o sujetando los techos. Es un material que aguanta bien la humedad de las lluvias.

La singularidad de lo rural, el equilibrio de las edificaciones y su estética también caracteriza al entorno de otra aldea importante. A tan sólo un kilómetro de El Collado se sitúa El Cabezuelo. Es muy conocida por las cruces de Mayo, que se celebran a finales de dicho mes. Cada vecino y vecina aporta un alimento y se rubrica una convivencia entre los presentes. Se está todo el día de fiesta. Se puede proseguir la ruta con la recóndita aldea de los Madroñeros, donde la sostenibilidad de los recursos, la relación con la tierra, el entorno social y la máxima autosuficiencia son sus señas de identidad. Durante la invasión francesa fue la única población que se libró de dicho ataque por estar entre colinas y montañas, en una ubicación recóndita. Una peculiaridad: en muchos tramos del año no hay ni luz ni agua, más que la propiamente natural.

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Sendero para llegar a El Calabacino
Sendero para llegar a El Calabacino. | El Pantera, Wikimedia.

De las cuatro pequeñas villas de origen medieval que conforman la ruta circular de las aldeas de Alájar la más dinámica es la de El Calabacino. Como peculiariedad, cabe destacar que no se puede acceder con vehículos a motor. Esta aldea está en mitad de camino desde Alájar hasta Castaño del Robledo. Es una de las más pobladas. Muchos habitantes optan por El Calabacino como primera vivienda. Se busca tranquilidad, separarse de la sociedad con prisas y disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.

Los habitantes de estas aldeas han tenido históricamente un estrecho vínculo con el agua como elixir de vida. Se puede visitar la fuente de San Amaro, una de las fuentes más representativas de la localidad de Alájar. Y es que no existe una aldea sin fuente en todo el pueblo.

Para los amantes del senderismo, que son muchos, una gran opción es completar el sendero de los molinos, que discurre por el antiguo camino de Alájar a Valverde. Sólo el principio del camino está acondicionado para la práctica del senderismo, pero merece mucho la pena. Es un tramo bello, tranquilo y con mucha sombra.

El entorno natural, un atractivo irresistible para el visitante de Alájar

El buitre negro puede encontrarse en el entorno de Alájar
El buitre negro puede encontrarse en el entorno de Alájar. | Shutterstock

En el entorno de las ecoaldeas anteriormente visitadas, las actividades de turismo activo representan un valor añadido. Se pueden observar buitres negros, leonados, milanos, cigüeñas o petirrojos. Un sinfín de aves que habitan en esos bosques, desde pequeñas a las rapaces más grandes. Son verdaderos tesoros de la naturaleza, especies insectívoras importantes para los ecosistemas.

En todo el Parque Natural conviven pinos, alcornoques, encinas, especies de jaras, ulex o genistas. Tal variedad en la flora hace que sea especialmente posible encontrar muchos tipos de setas silvestres. En las inmediaciones de Alájar se pueden recorrer verdaderas rutas micológicas. Es otro de sus alicientes turísticos.

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La gastronomía, la joya de la corona

Macrolepiota procera. Setas en la Sierra de Aracena
Macrolepiota procera. Setas en la Sierra de Aracena. | Shutterstock

La gastronomía de Huelva es fantástica. Alájar tiene una despensa rica en productos de kilómetro cero de temporada, sobre todo embutidos ibéricos. Ofrece diferentes propuestas para disfrutar de una completa experiencia en la mesa. El producto estrella de la gastronomía de la sierra de Aracena es la carne del cerdo ibérico de bellota. Recomendación: degustar una milhoja de presa ibérica. Un plato exquisito.

Y una curiosidad: en algunas de estas aldeas se desarrolla la “huevá” alajeña, que consiste en freír huevos y patatas a mansalva para todos los visitantes del pueblo, turistas y lugareños que tengan hambre. Tiene lugar durante la romería de la patrona. Se dispensa también el pan. Todo es gratis. Y lo mejor: los beneficios de la fiesta se destinan a causas solidarias en el municipio.