Desde aquí la mejor opción es volver hacia la Gran Vía. De esta forma se pueden contemplar los edificios historicistas, eclécticos y seudomodernistas de principios del XX. Presidiendo la plaza de Isabel la Católica se encuentra el Monumento a las Capitulaciones. Girando en la Gran Vía por la calle de los Oficios, antigua medina, está la Madrasa o Universidad musulmana de Granada. Aunque la edificó Yusuf I en 1349, el barroco aspecto actual es de 1729. De esta última época se conserva el Oratorio, con una hermosa cubierta de lacería apoyada en un cuerpo sobre pechinas en el que se abren dieciséis ventanas y decorado al estilo de La Alhambra.
Frente a él se encuentra la Lonja de Mercaderes (principios del siglo XVI), edificio gótico-renacentista que ver en Granada de forma obligada. Este hace las veces de acceso a la Capilla Real (1521), el panteón de los Reyes Católicos. En su interior destaca el retablo mayor (1520-1522), de Felipe Vigarny y Alonso Berruguete. Los sepulcros de los Reyes Católicos, así como de los príncipes Felipe y Juana, son destacados ejemplos de la escultura renacentista.
Junto a la capilla se halla la Catedral de la Encarnación, considerada la primera iglesia renacentista de España. Fué construída por Juan Gil de Hontañón y Enrique de Egas, a comienzos del siglo XVI, sobre la gran mezquita-aljama nazarí, según el modelo gótico de la Catedral de Toledo. En 1529, Diego de Siloé se encargaría de la obra y modifica el proyecto con una estética puramente renacentista. El edificio, con girola y cinco naves, cuenta con una fachada principal barroca, realizada por Alonso Cano en 1664.
En esta zona se halla el Centro José Guerrero que toma el nombre del pintor granadino adscrito al action painting neoyorquino. Al final de la calle de los Oficios se llega a la Plaza de Alonso Cano, presidida por la estatua del artista granadino, entre la iglesia del Sagrario y de la Curia Eclesiástica. A continuación queda el Palacio Arzobispal (siglo XVII). El Templo del Sagrario, construido sobre una antigua aljama árabe, fue concluido en 1759. Tras su monumental fachada, guarda obras extraordinarias como una pila bautismal de mármol blanco (1522) y la imagen de la capilla del Cristo de los Trabajos. El edificio renacentista de la Curia Eclesiástica alberga en la actualidad exposiciones temporales.
Desde la plaza de Alonso Cano se entra al popular mercado de la Alcaicería. En su origen se extendía desde la mezquita mayor hasta la ribera del Darro y desde la plaza de Bib-Rambla hasta la calle del Tinte. Sus diez puertas estaban custodiadas por celosos guardianes, tanto de día como de noche. Aunque se mantuvo tras la conquista cristiana, fue destruido en un incendio en 1843 para ser reconstruido poco después.
La Alcaicería está orientada hacia el Zacatín, donde había numerosos talleres de artesanos. Tal calle, en tiempos islámicos, unía la plaza del Hattabin (hoy Plaza Nueva) con la de Bib-Rambla. Desde aquí se llega a la Plaza de Bib-Rambla, de época nazarí y ampliada y reordenada en 1519. Se trata de otro lugar andalusí que ver en Granada. La plaza, presidida por la Fuente de los Gigantones y adornada por numerosos puestos de flores, está rodeada por edificios de estilo ecléctico.
En la Plaza de la Universidad, con una estatua de Carlos V, se levanta el Colegio de San Pablo (1554), hoy Facultad de Derecho. Muy próxima se encuentra la Iglesia de los Santos Justo y Pastor (ss. XVI-XVIII), sede de la Cofradía de los Estudiantes. Algo más alejado, aparece el gótico-renacentista del Monasterio y la Iglesia de San Jerónimo. Es el lugar de reposo eterno del Gran Capitán, don Gonzalo Fernández de Córdoba. Esto la hace uno de los lugares más interesantes que ver en Granada capital.
Siguiendo San Juan de Dios y la Avenida del Hospicio, al final de la misma, junto a los Jardines del Triunfo, se encuentra el Hospital Real (1504) sede del rectorado de la Universidad. Fue diseñado en estilo gótico completándose con elementos decorativos renacentistas. No muy lejos se alza la Puerta de Elvira, otrora acceso más importante de la ciudad musulmana.
Con esto concluye la visita a lo mejor que ver en Granada, en el casco viejo.