Cercano al Hospital de la Reina, en pleno barrio morisco, se halla el Caño Wamba. Esta fuente pública data del año 1533. En ella aparecen los escudos de armas de los Reyes Católicos, representados a través del yugo y las flechas. Justo en el centro de la fuente se esculpió el águila bicéfala de Carlos V. Por tanto, fue uno de los primeros elementos en mostrar la dominación cristiana del lugar.
En el antiguo barrio árabe se conservan también diversas torres de vigilancia de aquella época. La Torre de Torresolana, próxima a la carretera del Salar, es circular y con muros de sillarejo. Por su parte, la Torre de la Luna se alza cerca del Llano de Zafarraya. Por último queda la Torre de Buenavista, de planta ligeramente hexagonal. junto a la loma que separa los ríos Cacín y Alhama, es un notable elemento que ver en Alhama de Granada.
Dos lugares singulares de la localidad son las Escaleras del Diablo y las Mazmorras. La escalinata, muy empinada, se usaba para bajar al río. El nombre proviene de la dificultad del ascenso. Mientras tanto, las mazmorras suponen un vestigio de la época nazarí (siglo XIII). Se trata de un conjunto de excavaciones en la roca que se utilizaron inicialmente como almacén y más tarde como calabozo.
Hacia el otro extremo de la localidad se halla el Convento de San Diego y su Iglesia de la Inmaculada. Dicho templo barroco cuenta con una imagen de la Inmaculada, obra de Alonso de Mena (siglo XVII). Es regentado por las hermanas Clarisas, productoras de excelentes dulces.
El Castillo de Alhama de Granada fue reedificado con piedra irregular sobre la antigua alcazaba árabe tras el terremoto de 1884. Sus muros recuerdan un pasado repleto de escaramuzas y resistencias épicas. Es junto al Balneario el edificio más histórico de la localidad. Este último se compone por unos baños árabes (siglos XIII o XIV) levantados a su vez sobre otros romanos. El conjunto se articula en una gran sala dividida en tres tramos. Uno de ellos recibe el nombre de Baño de la Reina en honor a Isabel la Católica.
Cercano a las termas, el río Alhama es atravesado por un puente. Su origen es disputado entre los romanos y los árabes. De un solo arco, posee dos rampas ascendentes que formaban parte de la antigua calzada de acceso a la ciudad. Aunque queda un poco escondido, merece la pena realizar el paseo que lo une con el Balneario. De camino se atraviesa la pintoresca garganta excavada por el río, una de las grandes postales que ver en Alhama de Granada.
Para terminar el recorrido, conviene acercarse al Paraje de los Tajos. Desde allí se pueden disfrutar de excelentes vistas sobre el pueblo, con sus casas colgantes sobre la roca y la garganta con el río al fondo. Con esto concluye el repaso a lo mejor que ver en Alhama de Granada.
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