fbpx

El pueblo más lluvioso de España es una joya blanca de Andalucía

Grazalema

Enclavado en la sierra y parque natural a los que da nombre, este municipio de la provincia de Cádiz es el más lluvioso de España. Tanto es así, que recibe alrededor de 2000 litros de lluvia al año. Tal humedad da pie a una gran exuberancia natural, que junto a los picos de la zona, dan lugar a vistosas rutas. A su vez, iglesias, ermitas, neveros y caleras se reparten entre la propia Grazalema y su pedanía Benamahoma. Un pueblo blanco serrano que, además, no tiene lejos lugares tan interesantes como Arcos de la Frontera o Setenil de las Bodegas. Estos son sus lugares imprescindibles.

Qué ver en Grazalema, el pueblo blanco de la lluvia

Iglesia de la Aurora

Interior de la iglesia de la Aurora
Interior de la iglesia de la Aurora. | Turismo de Grazalema

Nuestro recorrido se inicia en el principal templo de Grazalema, el de Nuestra Señora de la Aurora. Como ocurre con el resto de las iglesias del lugar, el aspecto actual que posee es fruto de reconstrucciones. En 1936 sufrió un incendio tras imponerse el Frente Popular en la zona que obligó a realizar una gran intervención. La sufragó la Caja de Ahorros de la cercana Ronda Antes ya había conocido el conflicto, durante la Guerra de Independencia. Allí se acantonaron soldados rebeldes contra los franceses durante un mes.

Iglesia de San José, de San Juan y de la Encarnación

Otros tres templos sobresalen en la fisionomía de Grazalema. La iglesia de San Juan es la que puede tener el origen más antiguo. Su estructura sugiere que se edificó sobre una mezquita, alminar incluido. Con todo, lo que se ve hoy es del siglo XVII, con modificaciones posteriores. Del conjunto, lo más llamativo es la torre, que luce rasgos mudéjares.

La iglesia de la Encarnación se remonta al siglo XV, época en que los cristianos tomaron la ciudad. Muy modificada, de su aspecto inicial apenas quedan rastros. Primero aguantó los destrozos de los asaltos napoleónicos y después los de la Guerra Civil. Resulta notable la doble portada que posee, característica relativamente habitual en la provincia de Cádiz y que puede verse en templos del Puerto de Santa María o Sanlúcar.

También te puede interesar  El pueblo dominado por un castillo con vistas extraordinarias
Iglesia de San José
Iglesia de San José. | Turismo de Grazalema

Finalmente queda San José, sencilla y cuya edificación vino asociada a un convento de carmelitas descalzos. De su alzado destaca la espadaña. Cabe mencionar también la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, erigida en el siglo XIX tras encontrarse milagrosamente una efigie de tal virgen.

Miradores de Grazalema

Panorámica de Grazalema
Panorámica de Grazalema. | Shutterstock

El entorno montañoso en el que se asienta Grazalema hace que hay multitud de miradores. En torno al núcleo principal se disponen tres. En el extremo este se sitúa el mirador del Tajo, que cuenta con una piscina muy popular en verano. Al noreste queda el de los Asomaderos y al sureste el del Santo. La subida a cualquiera de ellos merece la pena pese al esfuerzo. Así, el primero otea el valle del Guadalete y la antigua calzada medieval. El segundo permite contemplar el pueblo en casi toda su extensión, apreciando algunos restos de la muralla.

Mirador Puerto Las Palomas
Mirador del Puerto Las Palomas. | Turismo de Grazalema

Hacia el norte está la presa del fresnillo y su mirador, que también aporta unas grandes panorámicas sobre la localidad y sus alrededores. Finalmente, faltan los de los más altos. Más al norte se alza el del Puerto de las Palomas, a mitad de camino de Zahara de la Sierra. Mientras tanto, al oeste el puerto del Boyar permite contemplar una gran extensión del Parque Natural de la sierra de Grazalema y los macizos montañosos circundantes.

Benamahoma

La única pedanía de Grazalema es Benamahoma. Ambos nombres provienen del árabe. El primero tomó el topónimo de segunda denominación musulmana, Ben Zulema/hijo de Zulema, que derivaría a Gran Zulema. Mientras tanto, Benamahoma llega de Ben Muhammad/hijo de Mahoma. Sea como fuere, el núcleo secundario comparte belleza y carácter serrano con la cabeza del municipio.

Ermita de San Antonio de Padua en Benamahoma
Ermita de San Antonio de Padua en Benamahoma. | Turismo de Grazalema

Su principal hito es el Nacimiento, un manantial del que surge el río Majaceite. Muy caudaloso, es parte esencial del sustento de las huertas de la localidad. Ya en el plano humano, la iglesia de San Antonio de Padua está consagrada en honor al patrón local. Es un templo pequeño y sobrio. Comparte advocación con una ermita, que protagoniza la fiestas de moros y cristianos al enfrentarse estos por lograr la talla del santo. Asimismo, el cementerio local y la plaza de toros también merecen una visita.

También te puede interesar  El inclinado encanto de las 'torres de Pisa españolas'
Nacimiento río Majaceite en Benamahoma
Nacimiento río Majaceite en Benamahoma. | Turismo de Grazalema

Del núcleo benamahometano parten reconocidas sendas, como la que lleva a Zahara de la Sierra. Esta ha generado un gran litigio entre los vecinos y los dueños de las fincas que atravesaba el sendero. Tras años polémicas y juicios, finalmente triunfaron los primeros.

La Merina de Grazalema

Las ovejas de la raza merina han sido parte fundamental de la economía grazalemeña durante siglos. Sin embargo, a raíz de la creación de la fábrica de mantas y paños locales, estas cobraron una nueva importancia. Esta se fue adaptando a las nuevas técnicas de modo que la industria textil de Grazalema ha sobrevivido hasta la actualidad.

Merina de Grazalema
Merina de Grazalema. | Turismo de Grazalema

Pero las merinas no han hecho solamente que las mantas locales sean famosas, también son grandes protagonistas de la gastronomía del lugar. Con su leche se elaboran quesos típicos de la sierra de Cádiz, que van de los puros de oveja curados a los frescos. Especialmente conocido es payoyo, que se elabora mezclando leche de caprina y ovina.

Mientras tanto, la carne también es especialmente apreciada. Los asados y las calderetas de cordero son habituales en la zona. El abanico se amplía con el atún proveniente de las almadrabas del sur, de Chiclana y Conil a La Línea de la Concepción, pasando por Barbate. El monte, además de alimentar a las ovejas, abastece de cagarrias, seta similar a la colmenilla. Un menú que cierran la especie de polvorones rellenos de cabello de angel conocidos como “cubiletes”.

El pinsapo

La mayor particularidad natural que ver en Grazalema y Benamahoma es un árbol. El pinsapo es un tipo de abeto endémico del Parque Natural de la sierra Grazalema y el de la sierra de las Nieves. Tras suavizarse el clima continental pasadas las glaciaciones, este tipo de coníferas fueron desapareciendo del mapa excepto en ciertos ambientes muy concretos. Uno de ellos fueron estos montes de Cádiz y Málaga, con su alto volumen de precipitaciones.

También te puede interesar  El pueblo navarro que está en Aragón y vio nacer a un nobel
Pinsapar
Pinsapar. | Turismo de Grazalema

El pinsapo posee una gran similitud con especies del norte de África, aunque su carácter endémico está demostrado. La mayor concentración de ellos se conoce como el Pinsapar. Se trata de un área entre las dos localidades principales del municipio grazalemeño. Una ruta lo recorre, permitiendo conocer el ecosistema que sustentan estos antiguos árboles. Dado que pueden llegar a vivir más de 600 años, algunos de ellos presentan un aspecto majestuoso.

Rutas por la Sierra de Grazalema

Ruta del río Majaceite
Ruta del río Majaceite. | Turismo de Grazalema

Para conocer realmente este municipio gaditano es necesario mirar hacia su sierra. Algo muy fácil gracias a la gran cantidad de rutas señalizadas que posee el lugar. Conectan Grazalema y Benamahoma con núcleos vecinos y entre ellas, además de haber algunas que se internan en el monte o siguen cursos fluviales. Permiten percibir tanto la exuberante naturaleza del parque natural como ciertos elementos culturales que no se aprecian en los núcleos urbanos.

Ermita del Calvario
Ermita del Calvario. | Turismo de Grazalema

Por ejemplo, entre los pinsapos es posible contemplar algún buitre leonado. En las partes más abiertas campan las ovejas merinas. Al tiempo, los ríos permitían conseguir pescado fresco a los lugareños. Además, a lo largo de las sendas se encuentran neveros. Construidos con piedra caliza local tras excavar el terreno, eran vitales para conservar hielo durante largos periodos de tiempo. También hay caleras, hornos en los que se extraía cal viva de las calizas. Las rutas también llegan hasta las ruinas de la ermita del Calvario, quemada en 1936.