¿Te gustaría mudarte a una casa nueva por tan solo un euro? ¿O prefieres comprar un pueblo entero a un precio increíble? La despoblación rural en España es un problema latente. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) hay más de 2900 municipios abandonados. Galicia y Asturias coronan el ránking con más pueblos abandonados de la Península. Calles desiertas, servicios médicos a muchos kilómetros o escuelas cerradas son algunas de las razones de la despoblación rural. Las frustraciones dejan un panorama de pueblos vacíos o con las tasas de densidad más bajas de Europa.
Pero el Gobierno de España tiene una solución. ¿Por qué no vender las casas a un precio simbólico? ¿Y por qué no pueblos enteros a precio de ganga?
Hace 10 años fue todo un boom la dotación de 6.000 euros a cada pareja que se trasladara a una localidad despoblada y tuviera un hijo. Su éxito ha llevado a iniciar este nuevo proyecto con el fin de frenar el avance de la despoblación rural.
¿Casas a un euro? ¡Claro que sí! Pero con condiciones, claro. Si tu idea es mudarte a uno de estos pueblos en peligro de despoblación rural, deberás cumplir algunos requisitos. Tendrás que comprometerte a remodelar y acondicionar tu casa ya que muchas son inhabitables. Además, permanecer en el pueblo un determinado período de tiempo será el segundo requisito.
¿Pueblos enteros a precio de un piso? Si quieres ir un paso más allá, podrás ser el propietario de un municipio entero. Desde 850.000 euros negociables se pueden comprar aldeas en Picos de Europa (Asturias). Poblaciones enteras en el campo desde 60.000 también serán una opción. Además, existen ya servicios inmobiliarios dedicados a la venta de aldeas completas. Una locura, ¿verdad?
Las soluciones para evitar la despoblación rural están a la orden del día. Reactivar la economía local y fomentar la repoblación de zonas abandonadas es un objetivo clave. Vivir en una gran ciudad quizá no sea la única opción. ¿Quién sabe si el retorno y la repoblación de pueblos desérticos se convertirá en un auténtico fenómeno?
Texto: Lucía Barra Asenjo
