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Nueve espectaculares torres medievales españolas, un vertical desafío al tiempo

Torre de Espantaperros badajoz (1)

De norte a sur y de este a oeste, es posible encontrar por toda la geografía española algún ejemplo de torres medievales. Durante toda la Edad Media fueron muy populares y su uso principalmente fue militar o religioso. Tanto cristianos como musulmanes las utilizaron profusamente en sus construcciones y en muchos lugares se han convertido con los años, en un auténtico símbolo de identidad. Se pueden encontrar formando parte de un circuito fortificado, un conjunto religioso o incluso de forma aislada.

Torre de la Malmuerta en Córdoba

Torre de la Malmuerta cordoba
Torre de la Malmuerta. | ShutterStock

Terminada en 1408 sobre los restos de una torre musulmana anterior, fue inspirada en la puerta de Sevilla del Alcázar Viejo. De nuevo una torre albarrana, fue utilizada inicialmente para la defensa. La encargó el rey Enrique III “el Doliente” de Castilla al corregidor de la ciudad de Córdoba. Con planta octogonal, se apoya en un arco que la une a la muralla. Años más tarde fue utilizada como prisión para nobles. Sobre el origen de su nombre, cuenta la leyenda que Fernando Alfonso de Córdoba, caballero del monarca, mató a su esposa y a su amante. Como castigo tuvo que construir este edificio que le serviría como cárcel.

Torreón de Llanes en Asturias

Torreón de Llanes
Torreón de Llanes. | Wikimedia

Esta torre defensiva del siglo XIII, declarada Monumento Nacional en 1876, se encuentra ubicada en la muralla medieval de Llanes en Asturias. Su construcción se atribuye al rey Alfonso X. Posteriormente, al igual que otras atalayas del mismo período fue utilizada como prisión. Está construida en piedra caliza y luce planta circular en cinco alturas. Sus muros de mampostería alcanzan el metro y medio de grosor en algún piso. La última planta es una azotea almenada, donde se efectuaba la vigilancia y defensa de la villa. Durante un tiempo albergó la oficina de turismo que hoy en día se encuentra en la antigua lonja.

Torre del palacio de las Cigüeñas en Cáceres

Torre del palacio de las Cigüeñas Cáceres
Torre del palacio de las Cigüeñas. | Wikimedia

Esta magnífica construcción se encuentra situada en la plaza de San Mateo, justo en la parte más alta del recinto monumental de Cáceres. Fue edificada en el siglo XV sobre una parte del alcázar almohade.  Su curioso nombre rinde homenaje a la cantidad de cigüeñas que en ella anidaban. Cabe destacar su gran altura, ya que sobresale por encima del resto de las torres de los palacios del conjunto. Elevada por Don Diego de Ovando, fue la única que no sufrió el “desmochamiento” ordenado por Isabel La Católica. En este episodio, la reina quiso castigar a los nobles cacereños, que habían apoyado a la Infanta Juana “la Beltraneja” en la lucha por la sucesión de Enrique IV. Así, derribó todas las torres que superasen la altura de los tejados.

Torre del castillo de Abizanda en Huesca

Torre del Castillo de Abizanda
Torre del Castillo de Abizanda. | ShutterStock

El castillo de Abizanda en Huesca, fue construido en el siglo XI. Su torre ocupa la zona más alta y está rodeada por un recinto amurallado que fue clave en la vigilancia de la zona frente a los musulmanes. La atalaya en sí era como una pequeña ciudad defensiva de la que pocos podían entrar y salir. Junto a la Torre de Biel son dos claros referentes de la arquitectura románica de la zona. Asimismo, componen uno de los restos de carácter defensivo más importantes de Aragón. De planta rectangular y con 24 metros de altura, está construida con piedra sillar en su parte más baja y por encima con sillarejo.

Torre de Espantaperros en Badajoz

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Torre de Espantaperros. | ShutterStock

De planta octogonal y del siglo X, también es conocida por el nombre de Torre de la Atalaya y se encuentra junto a la alcazaba de Badajoz y los jardines de la Galera. Se trata de una torre albarrana, de clara labor defensiva, avanzada unos veinte metros de la muralla y conectada a ella por un paso almenado. Su origen es almohade, la dinastía bereber marroquí que dominó el sur de la península Ibérica desde 1147 a 1269. Se tiende a decir que es una imitación de la Torre del Oro de Sevilla, pero la realidad es que esta se construyó medio siglo antes. El nombre de Espantaperros procede de la tradición en la que el tañido de la campana que coronaba la torre servía para avisar a los cristianos del culto y espantaba a “los perros”, es decir, a los infieles.

Torre de la iglesia del Salvador en Teruel

Torre de la iglesia del Salvador Teruel
Torre de la iglesia del Salvador | ShutterStock

Esta edificación del mudéjar aragonés se erigió en pleno esplendor del reino de Aragón en el siglo XIV durante la pervivencia de la población musulmana. Es por ello por lo que imita la estructura del minarete almohade con dos torres cuadradas concéntricas. Junto a la de San Martín se ve envuelta en una trágica leyenda. En ella dos grandes amigos, Omar y Abdalá, se enamoran de la misma mujer, Zoraida. En la competición por conseguir su amor, el objeto de sus deseos les pidió que construyeran cada uno una torre. El padre de la joven prometió la mano de su hija a quien antes finalizara la obra. El más rápido fue Omar, que hizo la de San Martín. Por desgracia, al contemplar que estaba ligeramente inclinada se tiró al vacío. Abdalá desposó finalmente a Zoraida.

Torre del homenaje del monasterio de Sant Pere de Rodes en Girona

Torre del homenaje Sant Pere de Rodes
Torre del homenaje Sant Pere de Rodes. | ShutterStock

Una de las visitas obligadas para los amantes del románico es sin duda el Monasterio de Sant Pere de Rodes en el Cabo de Creus en Girona. Su origen ha estado envuelto siempre de un halo de misterio. En su silueta destacan dos grandes elementos, el campanario y la torre del homenaje. Esta torre de carácter defensivo carece casi de aberturas. No se debe olvidar que como en el resto de la costa Mediterránea, esta zona sufrió los ataques de piratas y corsarios. En su parte superior es posible observar las cartelas que sostendrían la cornisa. Construida posiblemente antes del siglo X, se terminó sobre el siglo XV.

Torres de Quart en Valencia

Torres de la porta de Quart valencia
Torres de la porta de Quart. | ShutterStock

Estas torres deben su nombre a su situación sobre el camino que conducía del centro de la ciudad de Valencia hasta el pueblo de Cuart de Poblet, el Quartum romano. Ni más ni menos eran las encargadas de abrir el camino hacia el reino de Castilla. De hecho, son una de las dos puertas fortificadas de la muralla medieval de Valencia que aún están en pie y datan de mediados del siglo XV. De una sorprendente planta semicilíndrico que ofrece al viajero que entra o sale diferentes perspectivas, se encuentran unidas por un cuerpo central que incluye la puerta con forma de arco de medio punto.

Varios fueron sus artífices en diferentes épocas. Jaume Gallent y Francesc Baldomar, los primeros. Cabe destacar que estas torres no son simétricas, no tienen el mismo volumen y el conjunto en general presenta una planta oblicua. Como curiosidad hay que comentar que se encontraron hasta ocho conjuntos de pinturas sobre sus muros, algunas de ellas del siglo XVI.

Torre del Oro en Sevilla

Torre del Oro y Guadalquivir
Torre del Oro y Guadalquivir. | Shutterstock

Si hay una torre famosa en toda España esta es sin duda la Torre del Oro en Sevilla, uno de los auténticos símbolos de la ciudad junto a la Giralda. Sobre el margen izquierdo del rio Guadalquivir se alza esta magnifica torre albarrana de tres cuerpos inició su construcción sobre 1220 por orden del gobernador almohade de Sevilla. Posteriormente, tanto Pedro I el Cruel en el siglo XIV como Sebastián Van der Borcht en 1760 terminaron esta maravillosa torre de brillos dorados. El primer cuerpo y el segundo cuerpo presentan una planta dodecagonal. El último es cilíndrico y esta rematado por una bella cúpula dorada. Según la leyenda esta torre servía de refugio a las damas que cortejaba el Rey Pedro I, por ejemplo, a doña Aldonza hermana de doña María Coronel, mientras que su esposa vivía en el Alcázar.