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Cuándo y cómo ver las dracónidas, la impredecible lluvia de estrellas de octubre

Dracónidas

La noche cae un ocho de octubre. Ya no atardece a las 22:00, como pasara hasta hace muy poco. Ahora el sol se esconde antes, cuando el reloj ni siquiera ha marcado las 20.00. De repente, una estela blanca corta el manto anaranjado que cubre esta tierra, cualquier rincón de España que sea. Era una estrella fugaz. Una de tantas que forma parte de la lluvia de estrellas conocida como las dracónidas. Casi caen como diciendo: “Bienvenido, otoño”.

Fragmentos de un cometa para ver al atardecer

Una estrella fugaz sobrevuela el cielo
Una estrella fugaz sobrevuela el cielo nocturno. | Shutterstock

Las dracónidas, también conocidas como giacobínidas, son fragmentos procedentes del cometa 21P/Giacobini-Zinner. Este astro tarda en dar la vuelta al Sol una media de 6,621 años. Cuando se acerca a la Tierra, el Giacobini puede llegar a verse, aunque solo sea con la ayuda de algún tipo de telescopio. Por suerte, lo que sí es observable cada año (y sin ningún tipo de lente) es el paso de sus propios fragmentos por la atmósfera terrestre. Cuando esto ocurre, esos fragmentos, denominados meteoroides, se calcinan y crean un resplandor luminoso en el cielo, un resplandor conocido como estrella fugaz o meteoro.

En este caso, la lluvia de estrellas recibe además el nombre de dracónidas, debido a que se las puede ver siempre cayendo desde la cabeza de la constelación Draco. De hecho, en España, el mejor momento de observación de las dracónidas es precisamente cuando la cabeza del dragón está más alta, lo que ocurre a primeras horas de la noche o últimas del día. Durante el atardecer, que en estas fechas llega sobre las 20.00 de la tarde.

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Todo este fenómeno se produce cada año en las primeras semanas de octubre en cualquier punto del hemisferio norte y zona ecuatorial. De este modo, las noches del 8 al 10 son en las que normalmente se producen las lluvias más intensas. Este 2022, según indica la Asociación Astronómica de España, la lluvia de estrellas de las dracónidas se producirá entre el 6 y el 10 de octubre, siendo su máxima actividad durante la noche que transcurre entre el 8 y el 9. Eso sí, en esta ocasión una luna casi llena acompañará al evento astronómico, lo que dificultará su visión.

A pesar de esta circunstancia, un buen intento para ver las lágrimas del dragón puede ser a las seis de la mañana. La luna se esconderá a las 06:00 y no amanecerá hasta una hora y media después, lo que dará las horas de máxima oscuridad. Por supuesto, siempre ayuda que la lluvia se observe desde un lugar con poca o nula contaminación lumínica.

Las dracónidas, lágrimas de la constelación Draco

Panda de personas bajo las estrellas
Varias personas bajo las estrellas. | Shutterstock

Una característica especial de este fenómeno meteorológico respecto a otros similares reside en la velocidad a la que los meteoros descienden. Lo hacen a 20 kilómetros por segundo, mientras que en otras lluvias de estrellas los meteoros caen a 70 kilómetros por segundo. La diferencia es bastante notable, lo que se refleja en los tiempos de observación. Mientras que una estrella fugaz es apenas visible una fracción de segundo, una dracónida seguramente lo sea más.

¿La contra? Pues que suelen caer pocas. Unas 20 por hora. Sin embargo, la lluvia de estrellas de dracónidas de vez en cuando da agradables sorpresas. Así, cabe destacar las tormentas acaecidas en 1933, cuando se contabilizaron unos 10.000 meteoros por hora. Mejor fue la de 1946, cuando la media llegó a los 12.000. Hace 11 años, en 2011, también se produjo una subtormenta que, si bien no dejó resultados ni parecidos a los de las otras fechas descritas, sí dejó un número bastante más elevado de lo normal. Aquel año cayeron 700 meteoros por hora, una lluvia de estrellas siete veces más intensa que la lluvia de Perseidas de aquel mismo periodo.

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En cualquiera de los casos, resulta muy difícil predecir la cantidad de meteoros que caerán cada año. La Asociación Astronómica de España incluso afirma que “la lluvia de las dracónidas ha sorprendido en muchas ocasiones”, siendo “una lluvia caótica que nadie atina a comprender y menos a establecer cada año un número de meteoros visibles por hora”. Habrá que esperar a ver cuán triste estará este año el dragón, siempre dispuesto a dar este viejo saludo al otoño.