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La peregrinación de Luis VII de Francia

La peregrincaión de Luis VII de Francia

Luis VII (1120 – 1180) fue un heredero a la corona de Francia que desde niño se mostró muy piadoso, hasta el punto de que quiso ser monje. Lo cierto es que con 17 años fue casado con una mujer con un carácter muy fuerte: la rica heredera Leonor de Aquitania.  Junto a ella emprendió la Segunda Cruzada a Palestina, anulándose su matrimonio a pesar de haber estado muchos años casados y haber tenido dos hijas.

peregrinación de Luis VII

En 1154 se casó con Constanza de Castilla, hija de Alfonso VII; emparentaba así con un rey muy poderoso, que al año siguiente de la boda de su hija fue coronado en León “Emperador de las Españas”. Al poco de casarse comenzó a escuchar rumores de que su esposa no era hija legítima del emperador sino que había sido parida por una de sus amantes; también escuchó que el comportamiento de su suegro era tan depravado que su suegra no aceptaba a dormir con él.

Debido a sus profundas creencias religiosas y al deseo de clarificar sus pensamientos acerca de los comentarios sobre su familia política, decidió disfrazarse de peregrino y hacer el camino de Santiago hasta Compostela, empezando la peregrinación de Luis VII. Cruzó los Pirineos y se dirigió por el Camino Francés hacia Burgos, pero no consiguió mantener el incógnito. Alfonso VII mandó llamar a todos sus nobles, a su vasallo el rey de Navarra y al alto clero, ofreciéndole un apoteósico recibimiento al acercarse a la ciudad. Así el “rey peregrino” acabó realizando una entrada triunfal en Burgos, acompañado por el séquito más imponente que pudiera imaginarse. A lo largo de muchos días se celebraron torneos y toda clase de espectáculos y banquetes en su honor. Al rogar el rey francés que le permitieran continuar la peregrinación, no tuvo más remedio que admitir la compañía de su suegro y del rey de Navarra, así como del impresionante cortejo de nobles y prelados que le habían recibido. Por ello los banquetes y agasajos continuaron en la peregrinación de Luis VII e incluso en Compostela, solo interrumpidos por las preceptivas vigilias y oraciones propias del peregrino. Sus compañeros le pidieron que volviera por Toledo.

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peregrinación de Luis VII

En Toledo se convocaron a todas las autoridades del reino, reuniéndose el parlamento. A los reyes de Castilla y Navarra se unió también el conde de Barcelona ─Ramón Berenguer IV─. Tan impresionado estaba por el tratamiento recibido que el rey francés llegó a jurar que nunca había visto algo igual. Entonces el rey de Francia explicó por qué había realizado semejante despliegue de magnificencia durante la peregrinación de Luis VII; le dijo que le había llegado a sus oídos su desconfianza acerca de si Constanza era hija de la emperatriz su esposa, hermana del Conde de Barcelona; afirmando que por ello allí estaba el propio conde para confirmar el origen de su sobrina. Entonces el Conde Barcelona añadió que si no lo creyera el iría a desafiarle en duelo en el ‘puente pequeño’ de París. El rey francés proclamó su alegría por haber emparentado con tan grandes señores a través de su boda. El emperador le ofreció toda clase de regalos al partir de vuelta a Francia, solo aceptando un rubí que luego regalaría al monasterio de Saint Denis.

Texto de Ignacio Suárez-Zuloaga e ilustraciones de Ximena Maier