Jaén, vestido con el característico abrigo que componen sus olivares, no siempre fue una ciudad idílica habitada por olivas. Cuenta la leyenda, escrita en el siglo XVII pero con orígenes que se remontan a los fenicios, que entre sus habitantes se encontraba uno muy temido por todos. Ojos saltones, cola larga, boca grande y 4 patas. Muchas respuestas, o pocas, encajan con esta descripción. Seguro que todo el mundo tiene ya su apuesta, ¿preparados para conocer la identidad de este terrible ser?