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Primera resistencia contra Napoleón

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¿Quieres ver las historias precedentes sobre los sucesos de 1807 y 1808?:

1) El Proceso de El Escorial (octubre de 1807) / 2) El Motín de Aranjuez (marzo de 1808)

Para tratar de predisponer a Napoleón en su favor el 5 de abril Fernando VII envió a su hermano el Infante Carlos a ver a Napoleón. Poco después llegó a Madrid el general Savary; éste traía la propuesta de Napoleón de que se reunieran en Burgos para decidir el asunto de la Corona.

fernando vii
Fernando VII (por Goya)

A comienzos de abril de 1808 Fernando VII seguía sin ser reconocido como rey por Napoleón, que tenía repartido su gran ejército por todo el país. El general al mando del ejército francés acampado en los alrededores de Madrid no consideraban válida la abdicación de Carlos IV, pues había sido hecha a raíz de un motín.

Con el fin de contentar al Emperador, Fernando VII aprobó la solicitud que le hizo el general Murat: autorizar la entrada de 10.000 tropas francesas en Madrid.

A comienzos de abril de 1808 Fernando VII seguía sin ser reconocido como rey por Napoleón, que tenía repartido su gran ejército por todo el país. El general al mando del ejército francés acampado en los alrededores de Madrid no consideraban válida la abdicación de Carlos IV, pues había sido hecha a raíz de un motín.

Con el fin de contentar al Emperador, Fernando VII aprobó la solicitud que le hizo el general Murat: autorizar la entrada de 10.000 tropas francesas en Madrid.

General Savary
General Savary

Tras nombrar rápidamente una Junta Suprema de Gobierno para que le sustituyera durante su ausencia, el 10 de abril Fernando VII partió con un séquito del que formaban parte el cura Escoiquiz y demás miembros de la «camarilla» del rey. La comitiva llegó a Burgos dos días después.

Al no haber llegado noticias de que Napoleón hubiera cruzado la frontera, el general Savary le convenció a Fernando VII para que continuasen el camino y acortaran el plazo para encontrarse.

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Primera resistencia contra Napoleón
ayuntamiento vitoria
Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz

El rey arribó a Vitoria el día 13 de abril, alojándose en el edificio del Ayuntamiento. Allí se encontró con que varios dignatarios españoles que insistían en disuadirle de que continuara el viaje y que comenzara a preparar la resistencia ante lo que cada vez se parecía más a una invasión.

Alarmado por la iniciativa del rey, Mariano Luís de Urquijo —influyente ministro de su padre— viajó hasta Vitoria para instar a Fernando VII a que no traspasara la frontera hasta que fuera reconocido por Napoleón como rey de España. Fernando VII contestó a Urquijo que era inútil la resistencia ante el ejército de 100.000 hombres que tenían los franceses en España. El rey pensaba que, para contentar al Emperador bastaría con hacerle varias concesiones sobre territorios y comercio.

juan de escoiquiz
El confesor Juan de Escoiquiz

El cura Escoiquiz y el resto de miembros de «la camarilla» estaban de acuerdo con el rey en la inutilidad de resistirse a los franceses, siendo partidarios de ir en busca del emperador para contentarle cuanto antes y conseguir que confirmase a Fernando VII en el trono. El control del rey por parte de la escolta de caballería francesa del general Savary y la desconfianza hacia el grypo de Escoiquiz motivaron que Urquijo, alcalde de Vitoria y el Diputado general de Álava llegaran a concebir un plan para sacarle al rey disfrazado de la ciudad. Según éste, el general Arteaga y el duque de Mahón-Crillón deberían de conducir al rey hasta Bilbao y desde allí trasladarlo a un territorio nacional libre de franceses, desde el que organizar la resistencia.

El día 15 de abril Napoleón Bonaparte llegaba a Bayona. Pasaron varios días sin que el Fernando VII tomara una decisión, pues no se acababa de decidir a qué grupo de consejeros hacer caso. Su hermano —el Infante Carlos— permanecía también en la localidad guipuzcoana de Tolosa a la espera de noticias sobre el cruce de la frontera de Napoleón.

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Entre tanto, por la ciudad corrió el rumor de que Napoleón pretendía reinstaurar a Carlos IV; grupos de obreros y menestrales —armados rudimentariamente— decidieron hacer guardia día y noche con el fin de impedir su salida

El general Savary le acabó por convencer de que si el Fernando VII viajaba hasta Bayona, Napoleón sabría apreciar ese gesto y le reconocería como rey; el cura Escoiquiz y la camarilla estuvieron de acuerdo. Por ello el Rey acabó por aceptar viajar.

Al amanecer del día 19, comenzaron los preparativos para la partida. Para ser más discretos dispusieron que saliera por la puerta trasera del edificio, que da a la calle Mateo Moraza. Avisados por los paisanos que montaban guardia, en el lugar pronto se concentraron cientos de vitorianos. Cuando vieron que los servidores y palafreneros empezaban a enganchar las mulas de la carroza, empezaron a gritar que no se marchara.

Primera resistencia contra Napoleón
Retrato de Napoleón en su gabinete de trabajo (Jacques-Louis David)

Al salir Fernando VII y subirse a la carroza, la multitud se abalanzó sobre el carruaje, desbordando a la guardia. Un alguacil llamado Rico y el industrial Martín Susaeta cortaron los tirantes de la carroza y desengancharon las mulas; los congregados respondieron con una gran ovación.

Primera resistencia contra Napoleón

El Rey se bajó de la carroza y regresó al interior del edificio del ayuntamiento. Fernando VII pidió al sacerdote Escóiquiz que redactase inmediatamente un decreto con el fin de calmar a los vitorianos. El decreto fue a continuación leído a los congregados en la calle: “El Rey está agradecidísimo al extraordinario afecto de su leal pueblo … pero siente que pase de los límites debidos y pueda degenerar en falta de respeto …”. Continuaba el escrito argumentando que realizaba este viaje porque confiaba en la cordialidad y sincera amistad de su aliado el emperador. El texto finalizaba ordenando que: “… se tranquilicen y esperen, que antes de cuatro o seis días darán gracias a Dios y a la prudencia de S.M. de la ausencia que ahora les inquieta”. El texto, en forma de decreto, se publicaría días después en la Gaceta de Madrid. Ante éste gesto del rey los congregados se apaciguaron, quedando expectantes.

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A mediodía Fernando VII salió del edificio escoltado por un escuadrón de caballería francesa y por veintidós miembros de la guardia de honor de la caballería alavesa, comandados personalmente por el Diputado General de Álava. Al día siguiente el Rey llegó a Bayona. Napoleón no salió a recibirle, pero si pudo cumplir su deseo de ser el primer miembro de su familia en hablar con Napoleón.

Entre tanto, Godoy había sido liberado de su prisión y entregado a Murat, que lo envió con una escolta francesa a Bayona; llegaría allí el día 26. En paralelo el abdicado Carlos IV partió con la reina desde su residencia en El Escorial, llegando entrando en Bayona el 30 de abril. Al tener en sus manos a Fernando VII, Carlos IV y a Godoy, Napoleón pudo presionar a su gusto hasta conseguir las abdicaciones de Bayona.

Esta es la olvidada historia de la primera resistencia contra Napoléon en España. Pues contra lo que se suele pensar no fue en 2 de mayo en Madrid, si no unos días antes en Vitoria-Gasteiz.

Fernando VII estaría retenido en Francia por Napoleón y tardaría seis años en regresar a España —no seis días, como él aventuró en su decreto— aunque también lo hizo a través de Vitoria y entre el clamor popular. Entre tanto, España sufrió una de las guerras más devastadoras de su historia.

¿Quieres conocer las historias que ocurrieron después?:

3) Levantamiento de los madrileños con Daoiz y Velarde (2 de mayo de 1808)

4) Los fusilamientos del 3 de mayo en Madrid.

Texto de Ignacio Suárez-Zuloaga e ilustraciones de Ximena Maier