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¡¡Sidi!! ¡¡Sidi!! ¡¡Sidi!! (el Cid)

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A finales de agosto de 1084 cientos de moros zaragozanos enfervorecidos gritaban sidi —que en árabe significa “mi señor”— al caballero que se abría paso, majestuoso, entre la muchedumbre apostada en la explanada de acceso a la entrada principal del palacio de la Aljafería. Pero éste no era un caudillo musulmán, si no que se trataba de un cristiano burgalés llamado Rodrigo Díaz de Vivar. Aunque a partir de ese día poco a poco empezó a ser conocido por los moros como por los cristianos con éste apelativo de sidi.

secretario antonio pérez
Palacio de la Alfajería

En la Edad Media hubo bastantes casos de caballeros musulmanes que junto con su hueste se ponían al servicio de un rey cristiano; así como de caballeros cristianos que se convertían en vasallos de reyes moros. Rodrigo Díaz de Vivar había quedado sin el amparo de su «señor natural» al morir el rey Sancho de Castilla en Zamora casi ocho años antes. Su actitud desafiante hacia el nuevo rey Alfonso VI le acabó suponiendo el exilio de Castilla. Por ello había acudido al vecino reino taifa de Zaragoza (tributario del reino de Castilla) poniéndose al servicio de su rey.

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Para poder conseguir el triunfo el rey  Al-Mundir de Lérida había conseguido una importante coalición de reinos vecinos. Sus aliados eran el rey Sancho Ramírez de Aragón (territorio situado al norte de LLeida y de Zaragoza, temeroso de la fuerza que había adquirido Al-Mutamán), y por otra el reino taifa de Denia (en Valencia). Para poder conseguir el triunfo se había provisto de dos importantes aliados; por una parte el rey Sancho Ramírez de Aragón (situado al norte de LLeida), y por otra el reino taifa de Denia (en Valencia). El ejército combinado del rey de Aragón y de Al-Mundir era muy importante, pues al ejército leridano-aragonés se habían unido numerosos caballeros cristianos procedentes de otros reinos de la Península e incluso de Francia.

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sancho ramirez de aragon
Sancho Ramírez de Aragón

Con gran confianza el ejército de Ramírez se dirigió a reforzar la plaza fuerte de Morella.

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Morella (Castellón)

El ejército zaragozano comandado por Rodrigo Díaz de Vivar se encontraba estratégicamente apostado en la fortaleza de Olocau, cerca de Morella y controlando la llegada de posibles refuerzos desde Lérida o Aragón o una retirada hacia el norte.

Finalmente, el gran éjercito comandado por Sánchez Ramírez decidió marchar hacia el norte en dirección a Zaragoza. Tan seguros estaban de su poderío que por el camino le enviaron un mensaje a Rodrigo Díaz de Vivar para que no tratara de impedir su paso. Desde Olocau, Rodrigo le contestó con suma ironía al heraldo que portaba el mensaje: si lo que deseaban Sancho Ramirez y Al-Mundir era atravesar con seguridad los territorios controlados por él, Rodrigo les enviaría su propia escolta personal pero si lo que le instaban era a que abandonara su posición, en ese caso,  tendrían que enfrentarse con él en el camino. El 14 de agosto Rodrigo y su mesnada se encontraron frente al ejército de Ramírez y Al-Mundir, que era mucho más numeroso que el suyo.

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Ruinas del castillo de Olocau

El resultado de la batalla fue una aplastante victoria de Rodrigo. Hasta el punto de que resultaron capturados gran parte de los famosos magnates y caballeros que formaban parte del ejército del rey de Aragón. Entre ellos se encontraban el obispo de Roda de Isábena, el gobernador del condado de Navarra, los alcaides de una gran parte de los castillos de Aragón, así como famosos caballeros provenientes de lejanos lugares, como Portugal, Galicia y Castilla, que se habían unido a la expedición leridano-aragonesa.

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Tan importante cantidad y calidad de prisioneros supuso para Rodrigo y su mesnada una enorme suma de dinero por los rescates que tantos ricos hombres deberían de pagarle para lograr su libertad. Pero lo que es aún más importante, le brindó a Rodrigo Díaz de Vivar una enorme admiración de los zaragozanos; a partir de entonces estos pasaron a aclamarle como su señor. Además, con el paso del tiempo, ese apelativo de Sidi se iría castellanizándose en boca de los castellanos, convirtiéndose en Cid. Por lo que el significado de la palabra Cid proviene del Sidi que le gritaron en Zaragoza. Y con éste apelativo de el Cid Rodrigo pasará a ser uno de los héroes más celebrados de la historia.

Texto de Ignacio Suarez-Zuloaga e ilustraciones de Ximena Maier