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El “paso de armas” de Gaston IV de Foix en Barcelona

El paso de armas de Gaston IV de Foix en Barcelona
Juan II de Aragon
Juan II de Aragón

En 1455 el rey Alfonso V el Magnánimo residía en sus dominios de Nápoles, que gobernaba directamente. Debido a la imposibilidad de ocuparse personalmente de territorios con un mar de por medio, desde el año anterior su hermano el Infante Juan de Aragón estaba al mando de los territorios del reino de Aragón. Dado que el rey Alfonso no había tenido hijos legítimos y que sus descendientes extramatrimoniales solo tenían la posibilidad de gobernar el reino de Nápoles, el Infante Juan era también el heredero de la Corona de Aragón. Al estar casado con la reina Blanca I de Navarra Juan de Aragón había sido rey consorte de ese reino vecino hasta el fallecimiento de esta en 1441.

Con la reina Blanca tuvo tres hijos que llegaron a adultos: Carlos —que era el heredero y llevaba el título de Príncipe de Víana— y sus hermanas Blanca y Leonor. Siendo por ello Carlos el futuro heredero de Aragón (por su padre) y de Navarra (por su madre). Pero en 1445 su padre se casó en segundas nupcias con la dama castellana Juana Enríquez; y siete años después el matrimonio tuvo un hijo llamado Fernando. Sin disponer oficialmente del título (pues según el testamento de la reina Blanca debería de autorizarlo su padre) el príncipe de Viana había venido gobernando Navarra de forma muy independiente. Entre sus decisiones estuvo el tratar de entenderse con los castellanos a espaldas de su padre.

Carlos de Navarra
Carlos de Navarra

Esa política provocó un duro enfrentamiento entre padre e hijo, hasta el punto de que se desató una guerra entre los partidarios de ambos y esta acabó con la captura del hijo por parte de las tropas de su padre. Por esta razón Juan de Aragón desheredó a sus hijos Carlos y Blanca. Para asegurar su posición Juan decidió firmar un tratado de alianza con el poderoso Gastón IV de Foix, marido de su hija Leonor y que estaba considerado como uno de los guerreros más famosos de Francia. Los dominios de Gastón limitaban con Aragón y con Navarra.

El paso de armas de Gaston IV de Foix en Barcelona

Con el fin de sellar el tratado, el 10 de noviembre de 1455 Gaston IV de Foix y Leonor entraron solemnemente en Barcelona. Dada la importancia del asunto que les traía a la ciudad, ambos estaban muy interesados en causar la mejor impresión posible; especialmente, Gastón necesitaban ganarse a las autoridades de la ciudad de Barcelona, que venían siendo partidarias de su cuñado el Príncipe de Viana. Dos días después de su llegada, Gastón mandó plantar un gran pino en medio de una plaza de la zona del Born, alrededor del cual pensaba realizar un “paso de armas” (espectáculo de luchas entre caballeros) con el que entretener a su suegro y a los barceloneses.

Gaston IV de Foix
Gastón IV de Foix

Gaston IV de Foix anunció que la plaza se llamaría  el Paso del Pino de las Manzanas de Oro, por el color dorado de las manzanas que colgó en el árbol. A continuación ordenó construir una espectacular tribuna para las autoridades y unas gradas para el numeroso público que asistiría a las luchas entre caballeros. A las nueve de la mañana del 13 de noviembre Gastón se presentó ataviado lujosamente y con un pino con manzanas doradas pintado sobre su escudo; era la forma de afirmar su decisión de “mantener” el paso frente a cualquier caballero que aceptara su desafío.

A lo largo de los tres días siguientes llegó a justar hasta con siete caballeros distintos, demostrando que era el más fuerte de todos los contendientes. El Paso de armas resultó un extraordinario espectáculo, hasta el punto de que el público que no encontró acomodo en las gradas optó por encaramarse a los tejados de las casas para no perdérselo.

El paso de armas de Gaston IV de Foix en Barcelona

Su suegro y todo el público quedaron asombrados por sus habilidades. Aún más impresionados quedaron por la magnificencia con que el conde Gaston IV de Foix trataba a sus invitados, pues espléndidos festines —siempre por cuenta del francés— complementaron tan extraordinario espectáculo.

Cuando llegó la hora de pagar, resultó que les debía a los carpinteros y a sus proveedores de vinos y de comida la astronómica cifra de treinta mil florines. Se ha escrito que debió de pedir prestada una enorme cantidad de dinero a los banqueros de Barcelona, y que para hacer frente al pago Gastón IV de Foix debió de hipotecar por muchos años las rentas del vizcondado de Castellb. Pero como incluso con el importe obtenido de los prestamistas no resultaba suficiente y los acreedores barceloneses no le dejaban marcharse sin abonar íntegramente la deuda, debió de dejar en prenda la gran joya histórica de su familia: una cruz con 764 piedras preciosas y numerosas perlas. Los prestamistas se comprometieron a guardar la cruz sin deshacer sus gemas hasta que el conde regresara y pagara la suma.

El paso de armas de Gaston IV de Foix en Barcelona

Gastón IV de Foix y Leonor —ya nombrados herederos del trono de Navarra— se pasarían los próximos años luchando. En Navarra contra sus cuñados Carlos y Blanca, en Cataluña contra los enemigos de su suegro el rey Juan (entre ellos la Generalitat a la que impresionó en Barcelona, pero que no cambió de bando) y en Francia contra su rey. Por esas razones nunca volvieron a Barcelona a pagar la deuda contraida.

En esta tesitura de luchas intestinas y, reinando su suegro como Juan II de Aragón, Gastón IV de Foix acusó a los prestamistas de traidores a su política y se apropió de la preciosa cruz.

Años después, inmersas en la lucha contra el rey Juan II, las autoridades de la Generalitat de Barcelona le concedieron el título de Conde de Barcelona al gran caballero portugués Pedro de Avis.

Para ganarse partidarios en la población de Catalunya en su pugna por conseguir el reconocimiento, Pedro de Avis comprará la joya a los prestamistas que la tenían como garantía; el pretendiente al trono aragonés ordenó que se grabasen en la joya sus armas y su divisa “Paine pour joie” (Dolor por alegría). Una vez hecho esto el Conde de Barcelona donó la cruz al monasterio de Montserrat. Esta joya despareció tiempo después.