El muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989. Esta gigantesca estructura dividió la capital alemana, a lo largo de más de 45 kilómetros, desde el 13 de agosto de 1961 hasta la fecha mencionada. Con sus más de 45.000 bloques de hormigón, de aproximadamente un metro y medio de longitud cada uno, estableció la frontera entre las dos ciudades que se formaron con la Guerra Fría como telón de fondo. Por un lado, Berlín Oeste, parte de la República Federal de Alemania que nació como aliada del sector estadounidense, británico y francés. Por otro lado, Berlín Este, parte de la República Democrática Alemana, bajo dominio soviético.
Cuando este muro cayó, muchos de los fragmentos de los que estaba compuesto se emplearon para reconstruir una ciudad que poco a poco volvió a unificarse. Otros muchos, sin embargo, vivieron un viaje particular hasta recalar en diferentes partes del mundo. En España pueden encontrarse cinco grandes monumentos asociados a este símbolo, algunos en los lugares más insospechados.
En memoria del derribo del muro de Berlín
Eso es exactamente lo que puede leerse en el Parque de Berlín, en Madrid, donde descansan tres fragmentos sobre un estanque. Son piezas con forma de L, de casi cinco metros de altura y 1,20 metros de ancho. La inscripción completa dice así: “en memoria del muro de Berlín, parte de él se queda aquí”. El parque de Berlín quedó inaugurado en 1967 y está repleto de guiños a la cultura alemana. Como es lógico, los restos del muro no llegarían hasta 1990.
En Torrejón de Ardoz, todavía en la Comunidad de Madrid, descansa otra de las piezas. Concretamente en el Parque Europa, sobradamente conocido por albergar réplicas de 17 monumentos europeos. Un paseo por este lugar resulta aún más estimulante cuando se comprende que una de sus joyas no es una reproducción sino un pedazo auténtico de la historia.
Entre los lugares insospechados en los que pueden descubrirse remanentes del muro, sorprenderá saber que existe uno en una estación de servicio cercana a Zuasti. Se encuentra a la altura del kilómetro 102 en la AP-15, entre Pamplona y San Sebastián. Esta obra, promovida por el antropólogo navarro José Antobio Jaúregui e ideada por el arquitecto Fernando Redón Huici, es conocida como Monumento a la Libertad. Junto a ella puede leerse lo siguiente: “el camino hacia la paz en Europa debe pavimentarse en piedras arrancadas al Muro de Berlín”, una frase que pronunció el político y escritor Salvador de Madariaga.
Por último, un viaje de norte a sur. En el paseo de A Xunqueira, en Redondela, reposa un fragmento en el interior de una cristalera, colocado a principios del 2011. Del mismo modo lo hace en Sevilla, en el parque temático conocido como Isla Mágica. Al lado de la gran fracción de hormigón puede leerse: “fragmento del muro de Berlín. Derribado en 1989 por la libertad y hermandad de los pueblos, traído a Sevilla por el pabellón de Alemania con ocasión de la Exposición Universal de Sevilla en 1992”.
El paso del tiempo ha provocado que muchos de los mensajes garabateados sobre el cemento hayan perdido fuerza, pero todavía pueden identificarse. Forman parte de la historia del pueblo alemán, pero tiene que ver con toda la Humanidad, por eso trozos de esa historia descansan en España.
