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Gerardo Sempavor, el sitiador asediado

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Gerardo Geráldez era un caballero portugués que, por su intrepidez, era llamado Sempavor (que en castellano quiere decir “sin miedo”). Sus acérrimos enemigos musulmanes le llamaban “El Perro”, en tanto que los castellanos le temían y admiraban por sus hazañas. Poco se sabe de sus orígenes, pues no era de familia noble; su temible fama se la ganó por si mismo, por sus actuaciones guerreras.

rey alfonso enriquez de portugal
Rey Alfonso Enriquez de Portugal

Geraldo fue un personaje legendario de la historia de Portugal en la época de la Reconquista a los musulmanes y estuvo al servicio del rey portugués Don Alfonso Enríquez. Las Crónicas de la época se refieren a las tropas de Geraldo como un bando de ladrones que hacían la guerra por cuenta propia, otras lo tachan de un caballero muy esforzado y valeroso, comparándolo con El Cid Campeador, diciendo que era un caballero noble, valeroso y desprendido.

Gerardo Sempavor se trasladó con sus hombres a la Extremadura ocupada por los moros almohades. Aprovechó que estos habían debido trasladar gran parte de sus tropas para hacer frente a la invasión de Ibn Mardanis, “el rey Lobo” de Murcia.

Su primera conquista fue Trujillo, en la primavera de 1164. Pocos meses después tuvo lugar la gesta por la que más se le recuerda en Portugal: el audaz asalto a la importante ciudad de Évora, situada en una gran planicie y muy difícil de atacar con su pequeño ejército. Aprovechó que el vigilante de la torre-vigía, situada en el exterior, se había retirado a descansar tras la cena que le había subido su hija; escaló él mismo la torre, matando a continuación a ella y a su padre; desde allí hizo señales a los centinelas de la muralla de Évora para que salieran en persecución de unos jinetes portugueses que el había posicionado como cebo; al salir precipitadamente los moros, otro grupo de portugueses consiguieron introducirse en la ciudad y tomarla.

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En los siguientes años consiguió tomarles a los almohades numerosas plazas fuertes: Cáceres, Montánchez, Monfragüe, Serpa, Juromenha y Santa Cruz de la Sierra. La conquista de varias de ellas habían sido asignadas en el Tratado de Sahagún a León y a Castilla, reinos con los que el pequeño estado de Gerardo Sempavor pasaba a ser fronterizo; estas actuaciones supusieron que los almohades se pusieran de acuerdo en acabar con sus actividades. Pero en aquel momento las tropas almohades seguían en guerra con las fuerzas del “Rey Lobo” en el Este de la Península; en tanto que los leoneses estaban siendo muy presionados por el rey de Portugal, que se había apoderado de varios castillos en Galicia.

Envalentonado, en mayo de 1169 Gerardo Sempavor asedió la importante ciudad almohade de Badajoz. En un ataque nocturno asaltó la cerca exterior y tomó la medina, refugiándose los almohades en la alcazaba. Para consolidar tan importante victoria acudió a ayudarle el rey Alfonso Enríquez. Mientras que los portugueses trataban de asaltar la alcazaba desde dentro de la ciudad aparecieron en el campo de batalla los leoneses comandados por el rey Fernando II de León; venía a auxiliar a los moros sitiados pues los leoneses deseaban evitar que los portugueses conquistaran una ciudad que por el tratado a él le correspondía recuperar.

Gerardo Sempavor
Alcazaba de Badajoz

Los portugueses salieron de la ciudad para enfrentarse con ellos, pero debieron de replegarse tras los muros, quedando los lusos en medio de leoneses y almohades. Llegada la noche estos últimos hicieron una salida hacia la ciudad consiguiendo abrir una puerta por la que entraron los leoneses; ante una situación tan complicada el rey de Portugal trató de escapar a caballo a toda prisa, sin esperar a que se abriera del todo la puerta, por lo que se golpeó la pierna con la barra de cierre, cayendo del caballo e hiriéndose gravemente. El rey fue llevado a un lugar a las afueras de la ciudad llamado Caya, no pudiendo continuar la huida. Allí el rey Alfonso Enriques fue capturado por las tropas de Fernando II de León; y éste le envió su médico para curarlo.

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fernando II leon
Fernando II de León

Entre tanto, el caballero Fernán Ruíz de Castro “el castellano” capturó a Gerardo Sempavor. Los leoneses se retiraron de la ciudad ese mismo mes de mayo, dejándoselas a los almohades, pero llevando consigo los dos valiosos prisioneros. Para recuperar su libertad el rey de Portugal debió devolverle a Fernando los castillos que le había tomado en Galicia. A cambio de que lo liberaran, Gerardo Sempavor debió entregar todos sus territorios y plazas fuertes, con excepción del castillo de Juromenha. El rey de León consiguió Cáceres, en tanto que “el castellano” se quedó con todos lo demás, formando un importante señorío independiente entre León, Portugal y los almohades.

Gerardo Sempavor

A primeros de junio de 1171 el califa almohade Yusuf desembarcaba en Tarifa con un enorme ejército con el que someter a el rey Lobo de Murcia y a los cristianos. En octubre envió un ejército a Badajoz, desde donde asaltó el castillo de Lobón, haciendo prisioneros a algunos compañeros del caballero portugués. La catástrofe de Badajoz indispuso a Gerardo Sempavor con su rey, que —irremediablemente cojo y enfrentado a los ahora poderosísimos almohades y a los leoneses— optó por la paz con almohades y leoneses.

Con solo un castillo, pocos seguidores y sin el apoyo de su rey, en octubre de 1173 Gerardo Sempavor aceptó la oferta del califa almohade de pasar a su servicio. Por eso acudió con 350 compañeros a Sevilla donde estuvo tres años.

El rey almohade envió a Sempavor y su mesnada a Marruecos, donde se le asignó como feudo la plaza fuerte de Sus; pero Gerardo Sempavor se dedicó a conspirar con su antiguo Señor, el rey de Portugal, para dar un golpe de mano en Marruecos. Al ser descubierto su plan, el gran caballero Sempavor y sus compañeros fueron ejecutados.

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Texto de Ignacio Suarez-Zuloaga e ilustración de Ximena Maier