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Gabriel de Castilla, el español que avistó la Antártida por primera vez en la historia

Gabriel de Castilla

La Terra Australis Incógnita fue durante muchos años un territorio desconocido. Una silueta montañosa y blanca perdida en las latitudes más meridionales que evocaba historias de fantasmas y tenebrosas leyendas. El mérito de su descubrimiento aún suscita polémicas, y también depende de lo qué se entienda por el concepto de descubrir. En lo que se refiere a su primer avistamiento, muchos estudiosos le atribuyen la hazaña al español Gabriel de Castilla.

El susodicho fue un navegante y explorador español que nació en 1577, en Palencia. Por lo que es contemporáneo de personajes como Francisco de Quevedo y Miguel de Cervantes. Desde joven, Gabriel de Castilla emprendió la carrera castrense, lo que le llevó a realizar expediciones en el continente americano en una época en la que España se encontraba en plena expansión por el “Nuevo Mundo”.

Uno de sus trabajos más recurrentes consistió en supervisar el tráfico marítimo y protegerlo de los ataques piratas. Lo hizo en las costas del Pacífico, en la Tierra de Fuego y en los mares del Sur. Fue en uno de estos viajes cuando el navegante avistó por primera vez la Terra Australis Incógnita o, lo que es lo mismo, la Antártida. Aunque claro, en realidad él no sabía qué estaba viendo.

Pingüino
Pingüino en la isla Decepción. | Shutterstock

Era 1603. Gabriel de Castilla partió de Valparaíso junto con tres naves, al mando de una expedición encomendada por su primo don Luis de Velasco y Castilla, virrey de Perú.  Su objetivo consistía en reprimir las incursiones de corsarios neerlandeses en los mares del sur de Chile. En su epopeya, esta expedición llegó a los 64º de latitud sur. O, al menos, eso es lo que afirmó el marinero neerlandés Laurenz Claesz: “Se vislumbraron unas islas cubiertas de nieve, que, por la situación geográfica (64º de latitud sur), podrían formar parte del actual archipiélago de las Shetland del sur, en la Antártida”.

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Otros historiadores atribuyen, sin embargo, este primer avistamiento al marino neerlandés Dirck Gerrits Pomp. En este caso, se supone que una tormenta desvió la nave del explorador cuando volvía de una expedición en la India en 1599. Sea como fuere, parece que el español fue uno de los primeros en atisbar aquellas misteriosas tierras, un mérito que se quiso homenajear en 1988 al poner su nombre a la base Gabriel de Castilla, ubicada en la Isla Decepción.