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Las placas repartidas por España que rememoran a las víctimas del nazismo

Stolpersteine ESPAÑA

En la calle Alexanderstraße número 20 de la ciudad alemana de Stuttgart hay una placa de color dorado encajada en el suelo como un adoquín más. Pero no lo es. Inscrito, lleva un mensaje que viene a decir lo siguiente: “Aquí vivió Selma Weil, deportada en 1942, asesinada”.  Así, a simple vista, podría parecer una placa aislada. Pero tampoco esto es cierto. Si uno camina por las calles de Stuttgart encontrará otras placas idénticas, aunque con otros nombres y otras fechas. A veces la palabra “asesinado/a” será sustituida por otras. A veces.

El mismo fenómeno podrá encontrar el caminante en otras ciudades alemanas, en Austria, en Finlandia, en Rumanía, en Polonia… También en España. Aparecerán en las calles como piedras de esas que ponen la zancadilla al viandante despistado. Precisamente ese es el significado literal que recibe el nombre de este proyecto: Stolpersteine. En alemán, “una piedra en el camino que puede hacer tropezar”, un proyecto que rememora a las víctimas de la Alemania nazi y las da nombre y apellidos, muy al contrario de lo que el III Reich pretendía: relegar a estas personas al olvido y convertirlas en meros números.

placas Stolpersteine
Placas de stolpersteine en Roma. | Shutterstock

El proyecto Stolpersteine: “un nombre, una piedra, una persona”

Stolpersteine nació en la ciudad de Colonia en el año 1992 cuando se celebró el 50º aniversario de la deportación de los gitanos en la ciudad. El artista Guntert Demnig fue el encargado de diseñar una placa con la intención de homenajear a aquellas víctimas. Pero algo ocurrió: Demnig quedó profundamente impactado por aquellas historias y se encontró con que muchos de los ciudadanos ni siquiera recordaban a sus vecinos deportados y asesinados.

Así nació el proyecto Stolpersteine, bajo la premisa de “un nombre, una piedra, una persona”. La intención del mismo es precisamente volver a integrar a las víctimas de aquella barbarie en sus antiguos vecindarios, traerlas de nuevo a la memoria.

Guntert Demnig
El artista Guntert Demnig clavando al suelo dos de sus placas. | Shutterstock

Las primeras placas legales se instalaron en 1997 en Austria y, después, se irían sumando más y más ciudades, hasta configurar el monumento recordatorio más descentralizado del mundo. En este momento la cifra de las placas asciende a las 80 000 repartidas a lo largo de 20 países en no menos de 1800 ciudades.

En cada una de ellas figura el nombre de la persona, su fecha de nacimiento, su fecha de deportación y su fecha de fallecimiento o asesinato. Se colocan, además, en el mismo lugar donde nació la víctima. Si este se desconoce, entonces se ubica en el lugar de trabajo de la persona y, si tampoco se sabe esto, en el último lugar donde se la vio. Cada nueva petición de placa implica una nueva investigación, una nueva historia.

El proyecto Stolpersteine en España: un recuerdo de las víctimas de Mauthausen

España colocó su primera placa Stolpersteine en el año 2015. Lo hizo el municipio catalán de Navas. Desde entonces, son muchos más los que se han sumado a la iniciativa. Por el momento, la cifra de placas asciende a 480 repartidas a lo largo de 79 municipios, siendo Cataluña y Baleares los lugares con más adoquines de este tipo. Sabadell, por ejemplo, cuenta con 61. En Madrid, hay placas en calles como Bravo Murillo, Francos Rodríguez o Ponzano, sumando por el momento un total de 31.

Mauthausen
Campo de concentración de Mauthausen. | Shutterstock

Representan, en la mayoría de los casos, a víctimas que fueron trasladadas a Mauthausen, el campo de concentración austriaco que pasó a conocerse como “de los españoles”, pues había una gran número de presos de dicha nacionalidad entre sus paredes. Concretamente, según el registro llevado a cabo por el Banc de Memòria de la Generalitat de Catalunya, la Universidad Pompeu Fabra y la Asociación Amical Mauthausen, fueron un total de 9161 los españoles deportados a campos de concentración nazis, la mayoría de ellos por motivos políticos. De aquellos, murieron 5166 y desaparecieron 456, mientras que el resto sobrevivieron.

Las placas Stolpersteine devuelven a la vida a estas personas, recuerdan el horror del que España, como tantos otros países, formó parte. Señalan que aquí, también, vivió una víctima de la Alemania nazi.