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Receta de rosquillas de Alcalá, las rosquillas listas de la ciudad de Cervantes

Plato de rosquillas listas de Alcalá

Las rosquillas de Alcalá son uno de los dulces más destacados de la gastronomía de Alcalá de Henares. Las rosquillas son una especialidad de Madrid, contando con dos tipos: las “tontas” y las “listas”. Las primeras se hacen con una masa simple que luego se hornea, de ahí su nombre por la sencillez de su preparación; pero las “listas” cuentan con un recubrimiento o almíbar, como es el caso de las de Alcalá.

Se dice que estas rosquillas provienen de Roma, extendiéndose después por todo el Mediterráneo y llegando a formar parte de algunas tradiciones de lugares de la Península Ibérica, como fue el caso de Madrid. Las rosquillas de Alcalá empezaron a prepararse en esta ciudad en el siglo XVI y, desde entonces, apenas ha cambiado su elaboración. Te contamos cómo hacerlas.

Ingredientes para las rosquillas de Alcalá

2 planchas de hojaldre
Para el glaseado de yema:
4 yemas de huevo
80 ml de agua
250 g de azúcar
Para el glaseado de azúcar:
35 ml de agua
200 g de azúcar glass

Plato de rosquillas listas de Alcalá
Plato de rosquillas listas de Alcalá | Shutterstock

Elaboración de las rosquillas de Alcalá

  1. Extiende las planchas de hojaldre y coloca una encima de la otra. Corta por la mitad y vuelve a superponerlas. Siguiendo estos pasos, en total tendría que haber 4 capas. Pasa un rodillo por encima sin apretar mucho para que se unan ligeramente.
  2. Una vez esté la masa de hojaldre lista, haz las rosquillas con ayuda de un cortapastas circular y con un molde más pequeño quita el centro para hacer los agujeros. Ve colocando cada una en una bandeja con papel de horno, dejando algo de separación entre ellas. Mételas al horno precalentado a 200ºC durante 10-12 minutos, hasta que suban y estén doradas.
  3. Mientras, prepara la crema o glaseado de yema. Hierve los 80 ml de agua y los 250 g de azúcar en un cazo durante unos 4 minutos; hasta conseguir el almíbar a punto de hebra. Deja que se enfríe. Por otro lado, bate las yemas en el bol donde las tuvieras reservadas y ve incorporando el almíbar muy poco a poco, removiendo constantemente. Cuando esté bien mezclado, pon este bol al baño maría para calentarlo durante 3 minutos, sin dejar de remover para que no se cuaje. Después retíralo y deja que se enfríe ligeramente.
  4. Lo ideal es que las rosquillas estén fuera del horno mientras dejas enfriar el glaseado de yema durante 5 minutos. Entonces, tienes que sumergir en él las rosquillas de Alcalá hasta la mitad y dejarlas escurrir sobre una rejilla durante una o dos horas.
  5. El último paso es el glaseado de azúcar. En un bol, pon los 35 ml de agua templada y ve añadiendo cucharaditas de azúcar glas hasta que obtengas la consistencia adecuada. Cuando se haya secado el glaseado de yema, sumerge las rosquillas en el glaseado de azúcar hasta la mitad y deja que escurran al igual que antes. Una vez se haya solidificado la capa bien, ya puedes disfrutar de tus rosquillas de Alcalá.
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