Ni dolor, ni quebranto, ni sufrimiento de ningún tipo sufre el paladar que tenga el honor de degustar esta preparación tan sencilla y antigua de la cocina manchega. Y es que ya lo menciona Cervantes como parte fundamental del menú semanal del hidalgo Don Quijote.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos…
Este revuelto de panceta, chorizo y huevos, con adición de sesos de cordero en algún que otro caso, es una tapa sencilla y rápida de preparar que agasaja a cualquier invitado. Acompañados de unas buenas tostadas de pan, de queso D.O.P Manchego y de un buen vino, hará las delicias de cualquiera.
4 lonchas de panceta
400 g de chorizo
6 huevos
4 dientes de ajo
Sal, perejil y pimienta
Plato de duelos y quebrantos. | Shutterstock
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