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Osborne, una de las compañías más antiguas del mundo

osborne

Un viaje de Madrid a Zahara de los Atunes. Más de 700 kilómetros de recorrido y casi 7 horas en coche. Justo antes de llegar, la silueta de un toro enorme asoma desde lo alto de una pequeña colina. ¿Una valla publicitaria? Sí. ¿La imagen que anuncia el inicio de las vacaciones? Sin duda. Ese es el significado que tiene para muchas personas el toro de Osborne, el símbolo de una de las 100 compañías más antiguas del mundo y la segunda más antigua de España. Una empresa dedicada a la elaboración de vinos y otras bebidas, además de derivados del cerdo.

La historia de Osborne

Thomas Osborne
Cuadro de Thomas Osborne. | Fotografía cedida por el grupo Osborne

Antes de que existiera la fotografía, antes del invento del teléfono e incluso antes de que las locomotoras camparan por el mundo, la empresa de Osborne ya existía. La compañía cuenta, a fecha de 2023, con nada menos que con 251 años de vida. Si bien sus primeros fundadores no eran de dicha familia.

“La compañía se fundó en 1772 por James Duff y Juan Haurie”, indica Rocío Osborne, directora de Comunicación de Grupo Osborne, en declaraciones a España Fascinante. “Thomas Osborne, que vino desde Inglaterra, a principios del siglo XIX, hasta el sur de España, se incorporó como accionista en el año 1831”, añade. Lo hizo atraído por la calidad de los vinos españoles, que ya entonces comenzaban a despuntar.

Desde entonces, el empresario se fue haciendo con las participaciones de la empresa, pero cuando murió aún le quedaba un 20% por adquirir. Fue en aquel momento cuando la viuda de Thomas Osborne, Aurora Böhl de Faber y Ruiz de Larrea, decidió hacerse con ese porcentaje que le quedaba.

“Aurora, en lugar de vender el negocio cuando su marido murió, compró el 20% restante antes de que sus hijos fueran mayores de edad. O sea que, como mujer empresaria, amplió el negocio y adquirió el 100%, que más tarde heredarían sus hijos. Estamos rescatando su papel gracias a la investigación histórica llevada a cabo por la Fundación Osborne”, indica la directora de comunicación de la compañía.

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Los secretos para que una empresa haya sobrevivido más de 250 años

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Carla Terry Osborne, prima de Rocío, en una de las bodegas de la compañía. | Grupo Osborne

Ahora que los orígenes de Osborne están claros, cabe preguntarse una cosa: ¿Cómo es posible que una compañía haya sobrevivido durante tantos años? Y no solo eso, sino una compañía que, desde la incorporación de Thomas Osborne, es 100% familiar. “Es muy raro que las empresas familiares trasciendan la tercera generación porque es un momento en el que la familia ha crecido y suele suceder que ya no todos los miembros tengan los mismos intereses”, señala Rocío, que asegura que a fecha de 2023 hay nada menos que 350 accionistas miembros de la familia en la compañía. De hecho, la saga de los Osborne llega a día de hoy hasta la octava generación. Si bien la mayoría son aún miembros de la sexta y la séptima.

Para esta trabajadora, perteneciente a la sexta generación, los motivos por los que Osborne sigue viva son claros y son dos. En primer lugar, debido a su capacidad de anticipación: “Al final nosotros empezamos haciendo vinos de Jerez y nos hemos ido diversificando atentos de las tendencias y escuchando al consumidor”. De hecho, uno de sus mayores éxitos es la producción de su brandy.

En segundo lugar, señala Rocío Osborne, “la compañía es siempre lo primero”. La licenciada en derecho por la Universidad Complutense lo explica así: “Podríamos decir que en un podio, la familia es medalla de plata y la compañía de oro”. Así, por ejemplo, durante la crisis del covid-19 Osborne decidió no repartir dividendos pese a que algunos de los accionistas dependían por completo de los mismos. “Tuvimos que hacerlo, porque si hubiéramos mantenido nuestra política de dividendos, la compañía no habría podido subsistir”, asegura.

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El Toro de Osborne, una imagen que trasciende significados

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Uno de los toros de Osborne que decoran los paisajes de España. | Grupo Osborne

Todos estos hitos hacen de Osborne una empresa única. Pero eso sí, si por algo se conoce Osborne es por su símbolo. El Toro de Osborne (así, en mayúsculas) es una marca que ha trascendido significados y también fronteras. De hecho, comenzó siendo la imagen de un brandy de la empresa y terminó siendo el icono de Osborne. Y aún más. “La gente lo asocia a sus vacaciones, a momentos nostálgicos”, afirma Rocío. Y más. “Tenemos gente del gremio de transportes que cuando vuelven a España de un viaje nos dicen que ver el toro es como decir ‘ya estoy en casa’”, añade.

Pero el Toro de Osborne nació siendo otra cosa. Lo hizo en el año 1956, cuando el grupo Osborne le pidió a la agencia Azor una valla publicitaria para anunciar en las carreteras españolas su brandy Veterano. En un principio, la valla era de apenas 4 metros y de madera. Pero debido a diferentes factores, entre los que se encuentran la publicación de varios decretos que delimitaban la publicidad en los márgenes de las carreteras, terminaron siendo de chapa metálica y midiendo 14 metros.

En 1988 se prohibió la publicidad en cualquier lugar que fuera visible desde las carreteras o el arcén. El Toro de Osborne corría peligro. Pero, tal como indica desde su página web el grupo Osborne, estas vallas publicitarias terminaron salvándose “gracias a la presión social ejercida por ciudadanos, artistas e intelectuales y a una sentencia dictada por el Tribunal Supremo”. Así, en la actualidad aún quedan 92 Toros de Osborne vigilando la circulación de las carreteras españolas y dando la bienvenida a autóctonos, turistas y extranjeros.

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Tolkien y Osborne, una relación de lo más curiosa

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El padre Francis Morgan Osborne junto a la familia Tolkien. | Grupo Osborne

Una curiosidad que mucha gente desconoce sobre Osborne es su relación con J.R.R.Tolkien, el autor de El Señor de los Anillos. Sobre ello nos habla Rocío Osborne, que se declara fan de la saga. Según la directora de comunicación de la compañía, una de las hijas de Thomas Osborne y Aurora Böhl de Faber se casó con un inglés llamado Francis Morgan. A su vez, uno de los hijos de este último matrimonio, nieto por tanto del mismo Thomas, se hizo sacerdote. Se llamaba Francisco Morgan Osborne, aunque era conocido como “tío Curro”.

“Por lo visto”, indica Rocío, “este sacerdote era el confesor de la madre de Tolkien (que por aquel entonces ya no tenía padre) y cuando ella murió Francis Morgan se convirtió en tutor legal de Tolkien y de su hermano”. A partir de este hecho hay algunas teorías que señalan que el escritor inglés recibió influencias en su obra de Fernán Caballero, seudónimo con el que la escritora y hermana de Aurora Böhl de Faber, Cecilia Böhl de Faber, firmaba sus obras.

“Entonces, esas influencias se dan porque Tolkien ha tenido acceso a los libros de Fernán Caballero, obviamente a través de Francis Morgan”, añade la licenciada en derecho. De esta forma, hay algunos estudiosos de la obra de Tolkien que han establecido ciertos paralelismos entre el lenguaje de los hobbits y el andaluz o el aspecto de la ciudad de Minas Tirith con el de los pueblos blancos andaluces. “A nivel de chiste decíamos que quién sabe si lo que bebía Gandalf, que bebía de una especie de bota, era vino de Jerez”, concluye Rocío.