¿Comenzando la “operación bikini”? Como el verano se acerca a pasos agigantados, somos muchos los que decidimos ponernos en forma y lucir nuestros mejores trajes de baño, ¿pero es realmente necesario hacer dieta?
Diversos estudios nos desvelan que basta con seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio habitual para que nos mantengamos en forma y tengamos los kilos a raya. Es verdad que no siempre tenemos tiempo para ir al gimnasio o para cocinar, ¡pero eso tiene fácil solución! Con respecto al ejercicio, si no tenéis tiempo, basta con que vayáis andando al trabajo, a hacer la compra, subir y bajar las escaleras en lugar de usar el ascensor, etc. Son pequeños pasos que no cuestan nada, ¡pero que notaremos mucho!
Qué alimentación tener
Con respecto a la alimentación, esta debe ser variada y equilibrada. Esto no significa que sea restrictiva y dejar de comer ciertos alimentos por ello: podemos comer de todo pero con medida. Os damos unos trucos sencillos y fáciles de incorporar en nuestro día a día que nos ayudarán a sentirnos mejor y a perder unos kilitos:
¡Comenzamos el día y hay que desayunar! Eso de saltarse el desayuno no es una opción, el cuerpo necesita energía después de haber pasado la noche en ayuno. Esta es una de las comidas más importantes del día y debe ser variada: zumo, leche, cereales… Si tomas café mejor solo o con leche desnatada y edulcorante, aunque también puedes sustituirlo por una taza de té verde. Desterrar la bollería industrial e intentar sustituirla por tostadas, es una buena manera de reducir el número de calorías sin pasar nada de hambre.
La fruta es el mejor tentempié. Con una pieza de fruta aliviarás esa sensación de hambre a media mañana, evitando comer cualquier otra cosa que te aportará más calorías.
Come más veces al día. Lo ideal es hacer cinco comidas al día, así evitamos espacios prolongados de tiempo y que lleguemos a la siguiente comida con más hambre.
Evita las salsas y más aún si son procesadas. Utiliza Aceite de Oliva Virgen Extra y Vinagre de manzana, Jerez o balsámico. De esta manera evitamos las calorías de las salsas y utilizamos un alimento básico en nuestra dieta que nos aporta nutrientes y antioxidantes.
Evita los refrescos. Mucho mejor beber agua o zumos naturales. Beber un vaso de agua antes de las comidas principales nos sacia y hace que comamos un poco menos, controlando de esta manera nuestra ingesta.
Si te apetece un capricho, ¡dátelo! Si te apetece algo dulce come un par de onzas de chocolate negro y si eres más de salado cambia la bolsa de patatas fritas por palomitas de maíz. La misma cantidad de palomitas nos aportan tres veces menos grasa.
Haz una cena ligera. Ensaladas, cremas, tortillas…. Nos ayuda a tener una digestión menos pesada además de aportarnos menos calorías que luego no van a ser consumidas al irnos al dormir.
Con estos sencillos trucos nos sentiremos mejor, no requieren esfuerzo y estamos ayudando a controlar las calorías que ingerimos. Preparaos bikinis: ¡allá vamos!
