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¿Las verduras crudas o cocinadas?

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Cuando estamos en la cocina nos pueden asaltar dudas: ¿las verduras crudas o cocinadas?

Dependiendo de la hortaliza escogida, conseguirás más nutrientes si la tomas cruda o cocinada. También existen otras hortalizas que nunca deberías comer sin cocinar, pues podrían sentar mal a tu cuerpo. Hervidas, salteadas, a la parrilla… Algunas verduras es mejor cocinarlas ya que aparecen ciertos nutrientes que de otra forma se perderían, como pasa con el tomate (aunque este sea considerado fruta). Por ejemplo, las que tengan vitaminas A, B o C sufren una baja de nutrientes con el calor. En cambio, las hortalizas que contengan vitaminas liposolubles son perfectas para su cocción. ¿Has estado comiendo mal las verduras? ¡Podrías aprovechar sus ventajas al 100% conociendo su forma óptima de cocinado! Vamos allá.

¡Verduras al fuego!

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Entre las verduras que es mejor comer cocinadas se encuentran los tomates, las zanahorias, las espinacas, los espárragos y los champiñones. A pesar de que estamos acostumbrados a comer el tomate crudo, si los hierves conseguirás absorber el licopeno. ¿Y esto que es? Un antioxidante muy útil para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Lo mismo ocurre con las espinacas. Si las cueces consigues disfrutar de todo su aporte de minerales, así como del calcio y el hierro. ¡Prueba a cocerlas en vez de saltearlas! Con las zanahorias conseguiremos obtener todo el betacaroteno posible y de los espárragos el ácido fólico. Los champiñones cocidos contribuyen con más potasio a tu organismo que cuando los pasas por la sartén. Nunca debes comerlos crudos, contienen elementos cancerígenos.

Verduras crudas o cocinadas. Mejor… ¡crudas!

Por otro lado, nos encontramos con aquellas verduras que nos evitan el tener que estar cocinando. ¡Verduras contra la pereza! En este grupo nos encontramos con el brócoli, el pimiento rojo, la lechuga y el berro. En el caso de los berros y el brócoli, es mejor su ingesta cruda. Así no se dañan algunos de sus componentes esenciales para evitar la aparición de algunas enfermedades como el cáncer. Jamás debes hervir el pimiento rojo o tendrás que despedirte de todas sus vitaminas. Es preferible tomarlo crudo o al horno. La lechuga cruda nos ofrece muchos minerales y fibra. Lo mismo ocurre con el ajo y la cebolla, aunque normalmente los usemos mucho en la cocina para dar sabor a los platos, la forma idónea para obtener todos sus beneficios para la salud es comerlos crudos.

Nuestro consejo: apuesta por las verduras locales. Obtendrás muchas más vitaminas de las hortalizas de esta forma, ya que algunas se deterioran con el transporte. Cuanto más frescas, mejor.

Texto: María Jesús Colombo