España es uno de los países con más denominaciones de origen, sin contar con aquellos otros productos con Indicación Geográfica Protegida y marca de calidad. Sin duda, una forma clara de advertir el potencial de nuestros productos y el buen hacer de muchos agricultores, ganaderos… Pero también existen muchos otros que, aunque no cuentan con un distintivo, son igual o más importantes que los que sí que lo tienen. Hoy queremos hacernos eco de esos alimentos que hacen parte de la cultura gastronómica de la Comunidad de Madrid y que son de una calidad inigualable.
Alimentos sin distintivos: fresas de Aranjuez
Las fresas de Aranjuez es el producto por excelencia y más reconocido de la huerta de esta localidad. Su sabor dulce, su tamaño y su aroma son apreciados y dan unas características diferenciales y únicas a este fruto. Durante los últimos años el cultivo de la fresa ha ido disminuyendo por su fragilidad y la gran cantidad de mano de obra necesaria por su delicadeza. Gracias a la Asociación de Productores de la Huerta de Aranjuez seguimos disfrutando de esta delicia, ya que su objetivo es invertir esta tendencia.
Su recolección se lleva a cabo desde abril-mayo hasta primeros de junio y es una vez madura cuando descubrimos su auténtico sabor y sus beneficios en todo su esplendor. Y es que esta pequeña fruta esconde una gran cantidad de aportes de los que destaca su alto contenido en Vitamina C (100 gr contiene 54,93 mg). Además, el fenol, responsable de darle ese color rojizo, contiene propiedades antioxidantes que son favorables contra enfermedades inflamatorias. También hay que añadir el magnesio y la vitamina K, importantes para la estructura ósea y que supone un nutriente esencial y un poderoso antioxidante e anti-inflamatorio.
Alimentos sin distintivos: Judiones de la Sierra Norte
En Madrid también pueden presumir de tener unos judiones de gran reputación y calidad. Como con las fresas, el cultivo estuvo a punto de desaparecer pero gracias a los lugareños, que lo incluyen en múltiples platos de temporada, han hecho que, aunque no sea un cultivo masivo, se mantenga y se coseche en Horcajuelo de la Sierra, Montejo de la Sierra, La Hiruela, Prádena del Rincón y Puebla de la Sierra.
Jugosos, de carne tersa y fina y un sabor exclusivo son perfectos para elaborar recetas de temporada invernal como judiones con chorizo. Otra de sus características principales es su gran tamaño que, como reza el dicho “Con quince judiones tienes el plato”.
Sus propiedades son múltiples en las que destaca esencialmente las vitaminas B y C, calcio, fósforo, glúcidos, hierro, potasio y magnesio.
Alimentos sin distintivos: melón de Villaconejos
Por último acabamos por uno de los frutos más característicos del verano: el melón de Villaconejos. Se trata de una zona regada por el Tajo y sus afluentes lo que hace que este fruto sea jugoso y crezca con jugosidad y calidad. Forma parte de la cultura gastro-económica de esta localidad y, por ello, le dedican el 12 de octubre a este alimento.
Su propiedad más característica es su gran contenido en agua, casi un 95%, lo que lo convierte en un suave diurético y un alimento aconsejable que añadir en dietas de adelgazamiento. A ello podemos añadir que el melón es rico en antioxidantes y fibra, que nivela el colesterol alto y alivia la acidez y el estreñimiento. Tampoco hay que olvidar el contenido de potasio, calcio, zinc y vitaminas tales como B, C y E. Por último, del melón nada se desecha y es que sus semillas pueden consumirse en infusión regulando de esta manera la actividad renal y, gracias a sus flavonoides, favorece la piel y el pelo
Alimentos sin distintivos: espárragos de Aranjuez
Es otro de los alimentos más afamados de la región y, según la documentación existente, procede de una variedad traída de Holanda por Esteban Boutelou III, un renombrado jardinero y botánico nacido en Aranjuez. Desde entonces fue muy prestigioso entre los banquetes palaciegos de la corte española.
Su recolección se lleva a cabo entre abril y mayo hasta junio y se diferencia por su frescura, textura, suavidad y un sabor persistente. Todo ello sin contar con los múltiples beneficios entre los que destaca su poco aporte calórico que lo convierte en un obligado en las dietas, además de su poder diurético. Esto se debe esencialmente a la fibra presente en la hortaliza y el alto contenido de vitamina C. Tampoco hay que olvidar que, después del agua, son los hidratos de carbono su componente más abundante (fructosa, glucosa y xilitol).
Alimentos sin distintivos: ajos de Chinchón
Es uno de los manjares de Chinchón, además de su destilado que sí que cuenta con denominación de origen. Este alimento lleva produciéndose desde el siglo XVIII y mantiene la esencia en todos sus sentidos.
La siembra se hace en noviembre y diciembre, y es en junio cuando se recolecta, aunque se disfruta de él a lo largo de todo el año como se pueden apreciar en platos tan característicos de invierno como la sopa de ajo. El sabor de esta hortaliza es una auténtica delicia, fuerte y picante, lo que lo hace perfecto como condimento de guisos y de números embutidos. Se caracteriza por ser más alargado y fino que otras especies, además de tener un aroma intenso que permite utilizar menos ajos de lo que normalmente es necesario. Otra de las características son sus múltiples beneficios para la salud que llevan utilizándose como remedios casero gracias a su compuesto de azufre llamado alicina. En este alimento también encontramos varias vitaminas, como C y B6, además de ser un estupendo antioxidante.
¿Conoces otros alimentos que deberían incluirse en esta lista por ser característicos de una zona de la Comunidad de Madrid? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
