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Bica blanca de Laza, bizcocho de claras y nata para carnavales

Bica blanca de laza, un dulce esponjoso y mantecoso que se deshace en la boca

La bica blanca es posiblemente el dulce más tradicional de Laza, una bella localidad de Ourense. En esta ciudad todavía se respira atmósfera gallega a raudales. Es en sus calles donde se celebra el tradicional Entroido de Laza, los carnavales de la villa. Es durante estas celebraciones populares cuando algunos de los habitantes se disfrazan de peliqueiros. Personajes grotescos que asustan a los vecinos con trajes característicos, cencerros en la cintura, una máscara que les cubre la cara y en su mano un látigo.

Peliqueiros de Laza durante la celebración de los carnavales
Peliqueiros de Laza durante la celebración de los carnavales. | wikimedia

Durante la celebración de estos carnavales tradicionales y declarados de interés turístico por la Xunta de Galicia, la bica juega un papel fundamental. Es el broche perfecto para reunir a la mesa a toda la familia y celebrar la tradición cultural y la gastronomía, dos elementos inseparables. Y además, una ocasión perfecta para sentir los carnavales gallegos desde casa.

Ingredientes de la bica blanca de Laza

8 Claras de huevos grandes
350 g de harina de trigo
350 g azúcar
350 g nata para montar

Bica blanca de laza, un dulce esponjoso y mantecoso que se deshace en la boca
Bica blanca de laza, un dulce esponjoso y mantecoso que se deshace en la boca. | flickr

Preparación de la bica blanca de Laza

  1. Su preparación es muy sencilla. Para ello, poner las claras en un bol amplio añadiendo también 240 g del azúcar total. El resto del azúcar se utilizará para montar la nata y para decorar el bizcocho. Se montan las claras hasta hacer un merengue muy firme. Añadir la harina tamizada junto con las claras y remover cuidadosamente para integrarla.
  2. Añadir la nata en otro bol junto con 80 g de los 350 detallados en la lista. A continuación, montarla hasta que esté firme pero no demasiado, como si fuese para acompañar una tartaleta.
  3. Incorporar la nata montada a la mezcla de merengue y harina con movimientos envolventes y suaves hasta que la mezcla quede suave y homogénea. Por ello, es necesario tener cuidado para evitar que la masa luego quede demasiado apelmazada tras el horneado.
  4. Una vez preparada la masa, añadir sobre un molde cuadrado de 23×23 cm y forrado con papel de horno para evitar que se pegue el bizcocho. Finalmente, espolvorear el bizcocho con los 30 g de azúcar restantes y hornear a 180ºC de 40 a 45 minutos o hasta que esté bien dorado. Sacar y dejar enfriar. Este bizcocho se deshace en la boca, ¡ideal para acompañarlo con un té!