Si nos remontamos a la Antigua Grecia, Hipócrates, físico considerado el padre de la medicina, recetaba frecuentemente ajo para tratar algunas enfermedades o dolencias. Durante la construcción de las pirámides de Egipto, cuentan que los trabajadores tenían una dieta que incluía el consumo abundante de ajos. Incluso en los textos del profeta Mahoma se dice que este alimento aceleraba la curación de una picadura o herida cuando se aplicaba directamente sobre ella. Siglos después, la ciencia ha corroborado la validez de muchas de las propiedades de este alimento. Actualmente, el ajo es un ingrediente habitual en gran parte de nuestras comidas, así como un ingrediente muy típico en la cocina tradicional española.
Efectos sobre el organismo
Muchos de nosotros no tenemos constancia de que, además de dar un toque inconfundible a nuestros alimentos, el ajo también puede mejorar nuestra salud. Eso sí, dependiendo de cómo se consuma (crudo o cocido), puede tener unas u otras propiedades. Aquí te dejamos alguno de sus grandes beneficios:
Ajo, uno de los mejores remedios para la circulación
De todas las propiedades que se han ido descubriendo y destacando, el beneficio en el que más coinciden los expertos es el de su capacidad para mejorar la salud frente a enfermedades de corazón y circulatorias. Una mejor circulación sanguínea aporta más oxígeno a las células y por lo tanto contribuye a limpiar las toxinas celulares.
Ajo como antibiótico natural
Este alimento es uno de los mejores bactericidas naturales, ya que frena la proliferación excesiva de bacterias que pueden provocar intoxicaciones o desencadenar infecciones. Estas propiedades desinfectantes se demostraron completamente durante las dos Guerras Mundiales, en las que se elaboraba un jugo que incluía ajos para desinfectar las heridas de los soldados.
Ajo para el mal de altura
Algunos deportistas, escaladores, esquiadores o simples turistas recurren a este superalimento para poder respirar mejor cuando suben a lugares con gran altura como montañas, volcanes, etc.
Ajo para cuidar la piel
Aunque contribuye a cuidar nuestra piel, hay que utilizarlo con precaución y debemos interrumpir el tratamiento en casos de irritación, picor o escozor. El ajo es bueno para las picaduras de insectos; para el acné; para las verrugas; para los hongos; y para los callos, entre otras cosas.
Ajo para el resfriado y la tos
Si eres una persona propensa a tener resfriados, añadir ajo a tu dieta puede ser muy útil. Este alimento cuenta con una serie de suplementos que ayudan a prevenir y reducir los procesos infecciosos del aparato respiratorio (bronquitis, faringitis, EPOC, etc). Es un remedio especialmente recomendado para calmar la tos.
Ajo para el cuidado del sistema digestivo
Si nos acostumbramos a tomar un poquito de ajo cada mañana, en pocos días notaremos sus beneficios. Llevando a cabo esta práctica, la digestión se realiza mucho mejor; se estimulan los ácidos gástricos y, por tanto, los alimentos se digieren mejor; y el hígado y el páncreas optimizan sus funciones.
Precauciones
A pesar de todos los beneficios y propiedades que presenta este producto, su consumo puede tener ciertas restricciones. Esto es así para todas aquellas personas que tienen un estómago delicado o que padecen dolencias estomacales. El consumo de ajo crudo o frito les puede resultar un tanto indigesto y generar ardor. Además, si se lleva a cabo un consumo abusivo, pueden sufrirse ardores de boca y de esófago. Por su parte, en la piel puede llegar a provocar dermatitis.
Hasta aquí nuestro listado de las principales propiedades y beneficios del ajo. Independientemente de que te guste o no, hay que valorar su capacidad curativa y consumirlo de vez en cuando, pues como dijo Hipócrates en su momento: ”Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento”.
