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Qué ver en Zestoa-Cestona

Panorámica de Zestoa-Cestona

Caballos, toros, balneario y lugar Barojiano

Cestona es conocida por su balneario que, hacia finales del siglo XIX, atrajo a lo más granado de la aristocracia y la intelectualidad española. Pese a ello, ya era conocida desde hacía siglos por sus corridas de toros. Hoy destaca sobre el resto su Centro de Interpretación de la Cueva de Ekain. Anímate a descubrir la historia y lo mejor que ver en Zestoa.

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Disfrutar de su célebre balneario y apacible entorno es un motivo centenario para acudir a este lugar. En todo caso, el casco urbano que ver en Zestoa se recorre en una mañana. Además del relax de sus aguas, otro acicate para visitar Cestona es el cercano Centro de Interpretación de la Cueva de Ekain. Esta moderna instalación cuenta con réplicas exactas de las pinturas rupestres originales. Asimismo, la situación del pueblo en el valle del Urola le permite ser una gran base de excursiones.

Hacia el sur se puede pasar un día en las villas forales de Azpeitia y Azkoitia, con el Santuario de Loiola entre ambas. Por la G631 hacia la costa se llega al pueblo de Zumaia y su parque del flysch y la rasa mareal. Siguiendo después hacia el este se llega a Zarautz y Donosti.

Asimismo, los restaurantes y hospedajes locales quedan en las páginas sobre dormir y comer en Zestoa.

¿Quieres conocer este sitio?

Para apreciar al cien por cien lo que ver en Zestoa lo mejor es conocer su historia. En 1383, Juan I de Castilla concedió la carta puebla a los vecinos de Aizarna para que poblaran el lugar. De esta forma se fundó la localidad de Cestona.

Durante 1486 el solar de Bedúa pasó a formar parte de Zestoa. Era el emplazamiento en el que se recaudaban impuestos por desembarcar el mineral que se fundía en las ferrerías del río Urola o por embarcar los lingotes exportados a otros puertos.

Desde el siglo XV fue una de las dieciocho localidades en las que se celebraron Juntas Generales de Guipúzcoa. En concreto, en la reunión que se celebró allí en 1527 se decretó que ningún descendiente de judíos o moros podía ser vecino de Guipúzcoa. Esto sería el fundamento jurídico para sostener la hidalguía universal de los guipuzcoanos.

En 1667 se documentaron las primeras corridas de toros en el lugar, una tradición que se mantiene vive hasta hoy. De hecho, en el año 2012 se celebró un referéndum sobre la continuidad de la celebración de esta fiesta. Ganaron los partidarios de mantenerla.

Llegado 1760, unos perros del marqués de San Millán comenzaron a curarse de la sarna. Se cuenta que fue tras haberse bañado en unas pozas de agua caliente. Gracias a este anecdótico suceso se descubrieron las aguas sulfurosas que acabarían dando fama a la localidad. Treinta y dos años más tarde estas fueron declaradas de utilidad pública. Más tarde, en 1804, abrió sus puertas al público el Balneario de Zestoa, coincidiendo con la época de los grandes balnearios del XIX.

Estos centros se configuraban como grandes complejos donde no solo se aplicaban tratamientos terapéuticos. La aristocracia, burguesía y personalidades del mundo artístico y político podían los usaban para establecer relaciones sociales. En este ambiente acudió al balneario de Zestoa el infante Francisco de Paula Antonio, hermano de Fernando VII. Desde entonces la popularidad del lugar subió como la espuma hasta distinguirse como uno de los principales destinos vacacionales del País Vasco.

Durante 1894 se construyó el Gran Hotel, anexo al balneario, fruto de una creciente llegada de visitantes que había triplicado su media anual en apenas una década. Los años veinte del siglo XX fueron la época dorada del balneario de Zestoa, coincidiendo con la Belle Époque donostiarra. Actualmente, es el único de sus características que perdura en el Euskadi.

Terraza del Hotel Arteche, a principios del siglo XX en Zestoa
Terraza del Hotel Arteche, a principios del siglo XX en Zestoa.

Entre los personajes notables que disfrutaron de sus aguas destacan los escritores Azorín y Pío Baroja. Estos glosaron las virtudes del complejo e hicieron detalladas descripciones del lugar, sus empleados y sus ocasionalmente pintorescos visitantes. Pio Baroja ejerció como médico en la localidad entre 1894 y 1895. Dicho año encontró finalmente su auténtica vocación literaria y sus raíces vascas. “En Cestona comencé yo a sentirme vasco”, escribiría años más tarde.

Por último, en septiembre de 2008 se inauguró el Centro de Interpretación de la Cueva de Ekain, a las que se accede desde Zestoa.

A continuación, lo mejor que ver en Zestoa.

Muy próxima a Zumaia, Cestona está situada a los pies del macizo de Izarratiz y a orillas del río Urola. Además de con su balneario, hay un interesante conjunto monumental que ver en Zestoa. De las antiguas murallas que rodearon el conjunto se conservan sus dos puertas. Estas son la de San José y la de la Inmaculada, al principio y al final de la calle Cesáreo Díaz.

En la plaza de los Fueros se encuentra la Iglesia Parroquial de la Natividad de Nuestra Señora. En 1549, un incendio arrasó la antigua edificación. Sobre sus restos se construyó el nuevo templo. Conserva en su interior la antigua capilla gótica, superviviente de la catástrofe. Posteriormente fue modificada en el siglo XVII, mientras que su torre campanario se erigió en el siglo XVIII. Consta de una sola nave, con cubiertas de crucería y contrafuertes externos.

En la misma plaza se levanta también el ayuntamiento (s. XVIII), declarado Monumento Histórico-Artístico. Todavía hoy pueden visitarse los asientos donde se celebraban las Juntas Generales de la Provincia. Siguiendo el recorrido, hay que tomar en Portale Kalea la carretera que baja hacia el río. Después de cruzar el puente para seguir por la orilla se pasa por delante de la Fuente de los Cuatro Caños. Diseñada en 1792, es de estilo neoclásico

Algo más adelante, ya a las afueras del pueblo, se alza el Palacio de Lili. Es uno de los elementos arquitectónicos más notables que ver en Zestoa y su origen data del siglo VI. Sin embargo, ha sido muy modificado desde entonces. Su aspecto actual es el de una edificación defensiva gótica. Destacan sus ventanas saeteras y sus garitones esquineros.

Anexa al Palacio de Lili se sitúa la Casa Solariega Lilibea. Además, muy cerca se hallan los restos del antiguo molino y la ferrería. Como el ayuntamiento, el conjunto de Lili es Monumento Histórico Artístico.

Continuando el paseo junto al río, a menos de un kilómetro al sur del pueblo, se alza el edificio del Balneario de Zestoa. Es posiblemente la construcción más importante que ver en Zestoa, no sólo por su valor histórico y económico, sino también por el artístico. Se caracteriza por el eclecticismo de su apariencia. Esta engloba desde el neoclásico de la fachada principal del Hotel Estrada al decadente neomozárabe del Salón Árabe del Gran Hotel.

Por otro lado, en la carretera que conecta las localidades de Zumaia y Aizarnazabal perdura la Casa solar de Bedua. Casa-fuerte del siglo XIV sirvió como puerto fluvial desde el que se transportaba hierro. También como astillero de los típicos barcos pesqueros de madera vascos. Hoy es hogar del famoso Restaurante Bedua.

Balneario de Zestoa
Balneario de Zestoa.

Aunque perteneciente al término municipal de Deba, la Cueva de Ekain se encuentra en las proximidades de Zestoa. Otro yacimiento especialmente relevante que ver en Zestoa es el de Idiakaitz. En él se han encontrado importantes restos de industria lítica ordenados en cinco niveles de ocupación. Los periodos discurren desde el Paleolítico Inferior al Superior. Asimismo, muestran un excelente estado de conservación.

Hay mucho que ver en Zestoa en materia de toros. Su importante tradición taurina que se remonta más de 350 años. Durante las fiestas de septiembre se celebran novilladas que atraen a aficionados de todos los alrededores.

Asimismo, una vez hecho el recorrido por lo que ver en Zestoa-Cestona, descubre más planes por la provincia de Guipúzcoa, así como su turismo activo.

Imprescindibles

Pinturas de osos de la Cueva de Ekain
Palacio de Lili en Zestoa
Palacio de Lili en Zestoa.

Datos prácticos

Coordenadas

43° 14′ 24″ N, 2° 15′ 28.8″ W

Distancias

Donostia- San Sebastián 33 km, Bilbao 75 km, Madrid 427 km.

Aparcamiento

Donostia- San Sebastián 33 km, Bilbao 75 km, Madrid 427 km.

Habitantes

3650 (2013).

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Los principales festejos que ver en Zestoa son: Fiestas de la Virgen (8 de septiembre), Santa Cruz (3 de mayo), San Esteban (26 de diciembre).

Otra ocasión notable que ver en Zestoa son las Novilladas (Fiestas de la Virgen).