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Aranda de Duero / Virgen de las Viñas

Virgen de las Viñas

Durante la segunda semana de septiembre Aranda de Duero festeja a la Virgen de las Viñas

Según la tradición, un labrador (o quizás un pastor) se presentó a las autoridades contando que se le había aparecido la Virgen revelándole el lugar en el que había sido escondida la imagen de la Virgen de Lara o de las Viñas -procedente de Quintanilla de las Viñas-, durante la invasión musulmana y anunciándoles dónde debían de construir una ermita para custodiarla. El labrador, como prueba de que decía la verdad, llevaba en sus manos unos racimos de uvas en una época del año que aún no era posible la cosecha.

Muchos años después, en 1385, dos reyes juanes, Juan I de Portugal y Juan I de Castilla, se enfrentaron en la Batalla de Aljubarrota. El rey luso, para conmemorar la victoria y en acción de gracias, ordenó construir el Monasterio de Santa María da Vitória, también conocido como el Monasterio de Batalha -por la ciudad portuguesa en la que se encuentra-. Por su parte, el castellano pasó por Aranda de Duero y, agradecido a la Virgen de las Viñas por haber puesto fin a la batalla con los portugueses, mandó edificar un templo más digno. Dos siglos más tarde, Don Pedro Álvarez de Acosta, mecenas de artistas, ordenó construir a su costa la capilla mayor del santuario.

En el año 1932 se instituyó la Cofradía de Nuestra Señora de las Viñas con el fin de cuidar y velar la ermita, así como de conservar el culto. En la actualidad, unos cinco mil arandinos pertenecientes a la cofradía protegen el santuario y participan anualmente en la celebraciones de la Virgen.

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virgen de las viñas, Aranda de Duero / Virgen de las Viñas
Procesión de la Virgen de las Viñas a mediados del siglo pasado

Las fiestas tienen lugar en las calles del centro de Aranda de Duero; sobre todo en la Plaza Mayor, donde se celebran numerosos actos. La protagonista es la Virgen de las Viñas, patrona de la localidad, cuya imagen se guarda en la ermita situada al norte de la ciudad, en una pequeña colina.

Las fiestas arandinas se inician con el tradicional cañonazo que alienta a los congregados en la Plaza Mayor de la ciudad y alrededores, anunciando el comienzo de las celebraciones. A continuación se realiza una misa solemne, en la Ermita de la Virgen de las Viñas, seguida de una procesión en honor a la virgen, acompañada de la Banda Municipal de Música Villa de Aranda.

Durante los nueve días de celebraciones —al igual que en otras localidades de España— la mayoría de los actos principales giran alrededor del toro. En el año 2004 se recuperó una tradición que llevan a cabo los “ramaleros”, unos jóvenes de Aranda que arrastran las reses muertas hacia el centro de la plaza donde espera el público asistente.

virgen de las viñas, Aranda de Duero / Virgen de las Viñas
Niños interpretando bailes tradicionales

Previamente los jóvenes han salido de la Plaza Mayor con trallas (tipo de látigos) que chiscan para hacer gran ruido. El Correr las llaves es otra tradición arandina. El alguacilillo, a caballo en la Plaza de Toros, entrega las llaves de los corrales a su responsable y corre, a gran velocidad, alrededor del ruedo. Se organizan muchos eventos, como el desfile de cabezudos, el pasacalles, diferentes actuaciones infantiles y un Concurso Internacional de Artistas Callejeros.

Las fiestas de la Virgen de las Viñas son una ocasión excelente para que los visitantes de toda España puedan conocer las tradiciones arandinas de la mano de sus propios habitantes. Recomendamos reservar con antelación el alojamiento. El Ayuntamiento ofrece una detallada programación que permite una planificada preparación de la visita.

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