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Haro / Batalla del Vino

Batalla del Vino

La romería de San Felices de Bilibio ha derivado en la batalla del Vino, populosa contienda con el vino como munición

Con el paso de los años, la Batalla del Vino se ha convertido en el atractivo principal de la romería a San Felices de Bilibio. La ‘Batalla del Vino’ de Haro ha sido declarada desde 2011 como Fiesta de Interés Turístico Nacional. No son pocas las referencias en la prensa riojana —entre 1898 y los años de la Guerra Civil— al desagrado que provocaban los remojones de vino que ocasionaban “cuatro bellacos, cortos de gracia e ingenio”, según se lee en el jarrero Periódico de San Pedro en 1932.

Esta práctica era especialmente rechazada por las mujeres que con sus mejores galas acudían a la romería; razón por la que su presencia fue escasa o nula durante muchos años.

Sin embargo, las ansias de diversión tras la Guerra Civil de España —especialmente entre los jóvenes recién desmovilizados bajo el servicio de armas— parece que facilitó la tolerancia hacia esta peculiar manera de diversión. La gamberrada creció en popularidad hasta aparecer nominada por vez primera como Batalla del Vino diez años más tarde, en 1949.

La batalla del vino se desarrolla seis kilómetros al norte de Haro, en el paraje de los Riscos de Bilibio. Éste, está situado junto al lugar conocido como ‘Las Conchas’, por el que el río Ebro hace su entrada en La Rioja.

En Haro nació, vivió y murió entre los siglos V y VI San Felices de Bilibio, maestro de San Millán. A su muerte, comenzó la devoción hacia la figura de este anacoreta por los actos que protagonizó en vida. Se creía que daba una protección que se dispensaba a la comarca, haciéndose frecuentes visitas a la cueva sobre los riscos en la que se hallaba enterrado.

Los habitantes fueron trasladándose a Haro (hasta quedar Bilibio deshabitado en el siglo X) llevando consigo una devoción por el santo y paisano que se ha mantenido viva hasta hoy. Es de notar que no existe constancia fehaciente de la romería hasta el siglo XVIII, al inciarse la construcción de la Ermita de los Riscos en 1710.

Batalla del vino
Romería hacia los Riscos de Bilibio. Foto de Objetivo Rioja

El abundante vino con que los romeros acompañaban el almuerzo de la romería, daba rienda suelta al jolgorio de los participantes, algunos de los cuales disfrutaban de hacerse bromas con él, arrojándoselo entre si por el pitorro de las botas. Hoy en día cualquier método sirve para mancharse con él, siendo más de 40.000 litros de vino tinto los que embadurnan a los asistentes.

La fiesta de la Batalla del Vino comienza el 29 de junio —festividad de San Pedro— minutos antes de las siete de la mañana. A esa hora, los romeros, vestidos de blanco y ataviados con pañuelo rojo al cuello, emprenden la marcha hacia los riscos de Bilibio; unos andando y otros en remolques de tractor o en coches particulares. Llegados a lo alto del promontorio rocoso, los asistentes comienzan a arrojarse vino usando todo tipo de útiles para ello: botas, botellas, sulfatadoras, calderos, pistolas de agua y cualquier otro en el que quepa el rojizo líquido.

Mientras las vestimentas blancas ya se tiñen de morado en los riscos, el Regidor Síndico de Haro, quien simbólicamente tiene el mando durante las fiestas, abre comitiva a caballo hasta llegar a la ermita. Tras colocar el pendón en lo más alto de las peñas se celebra una misa.

Al término de ésta se dispara un cohete, dando inicio oficialmente a la Batalla del Vino, con las charangas animando la incruenta, divertida y multitudinaria contienda, que dura hastaque se acaba el vino. Después, los romeros van ocupando los alrededores del paraje donde secan las ropas y se disponen a almorzar, siendo los caracoles la vianda más típica.

La romería regresa a Haro al mediodía, en un acto denominado Las Vueltas. Entran los romeros en esta ciudad por el puente sobre el río Tirón, recorren la calle Navarra, rodean el templete de música de la plaza de la Paz y concluyen en la plaza de toros, donde se sueltan reses bravas.

Batalla del Vino
Batalla del Vino

El arraigo de esta fiesta y el afán de su perpetuación ha hecho que desde el año 2004 se celebre una Batalla Infantil del Vino durante las fiestas de junio, para que disfruten de ella los más jóvenes. En la plaza de la Paz de Haro, se les reparten unos vales canjeables por una bota llena de mosto tinto.

Poco después en romería hasta el recinto de El Ferial donde, tras realizar una ofrenda al patrón y el lanzamiento de un cohete, da comienzo la batalla. Una vez terminada, se reparte un almuerzo de chocolate y bizcochos, continuando con el retorno a la plaza de la Paz. Allí se dan Las Vueltas acompañados de charangas, para terminar corriendo cabezudos en la plaza de San Martín.