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Planes para disfrutar de los verdaderos Sanfermines

The True Festival of San Fermín

Fiesta, toros y pañuelos rojos al cuello. ¿A qué sabes a lo que nos referimos? Así es como muchas personas resumirían los Sanfermines. Sin embargo, la fiesta de la ciudad de Pamplona es mucho más que borrachera y mozos corriendo por las calles perseguidos por toros. Los pamplonicas de toda la vida saben de lo que hablamos.

Entre el 6 y el 14 de julio en la capital navarra se desarrollan muchas tradiciones y costumbres típicas de las fiestas que son desconocidas para la mayoría de gente que abarrota las calles de “Lo Viejo” en esas fechas. Además, estas actividades son en su mayoría diurnas y reúnen también a niños y ancianos. Que no te engañen: si no te suena lo que vamos a contarte a continuación, no conoces los verdaderos Sanfermines.

Las Dianas

A partir del 7 de julio, la jornada sanferminera comienza con la música de las Dianas. A las 6:45 horas, la banda municipal La Pamplonesa ya está lista para recorrer las calles del Casco Viejo interpretando las más que conocidas canciones de las Dianas para despertar a los vecinos. También acuden otras bandas, grupos de gaiteros y de txistularis. Todos juntos se pierden por las calles al son de enérgicas melodías para regresar de nuevo al ayuntamiento al despuntar el día.

Desayuno en la churrería de la Mañueta

Después del encierro, no hay nada que entre mejor que unos churros con chocolate, y es ya una costumbre para muchos ir a desayunar a la churrería La Mañueta. Se inició en 1872 y ahora abre solo durante los Sanfermines (de 6:00 a 11:00 h.) y los domingos de octubre. Este negocio familiar que ha pasado de generación en generación es ya casi un punto de visita obligado de Pamplona. Eso sí: ármate de paciencia porque las colas son largas para disfrutar de esta tradición de los verdaderos Sanfermines.

Baile de la Alpargata

Otro lugar al que muchos pamploneses acuden tras el encierro para vivir los verdaderos Sanfermines es el Casino Iruña. Si te apetecen unos churros con chocolate y mover un poco el cuerpo, a partir de las 8:30 h. celebra el Baile de la Alpargata. Puedes sentarte en las mesas a desayunar, pero no tardarás en salir a la pista de baile porque pocos son los que se resisten a seguir las coreografías de las canciones populares que la orquesta toca. ¡Allí acaba bailando hasta la abuela!

Gigantes y Cabezudos

Después de recobrar fuerzas con un desayuno de lo más contundente, llega el momento de los gigantes y cabezudos. Sobre las 9:30 de la mañana, la principal atracción para los más “peques” sale a las calles. Se trata de una tradición de origen incierto y con variadas interpretaciones.

Los actuales gigantes, que miden entre 3,85 y 3,90 metros, representan a reyes y reinas europeos, asiáticos, americanos y africanos. Las figuras, acompañadas de los cabezudos, también conocidos en Pamplona como kilikis, recorren las calles del Casco Antiguo danzando al son de los pasacalles entonados por gaitas navarras y txistus. Entre tanto,  los niños se divierten tentando a los cabezudos mientras estos tratan de dar con la verga a todo aquel que esté cerca.

Procesión de San Fermín

Aunque el 6 de julio se dé el pistoletazo de salida a las fiestas con el chupinazo, el 7 de julio es el día grande de las fiestas de San Fermín. En torno a las 10:00 de la mañana de ese día se celebra uno de los actos más íntimos pero también más multitudinarios: la Procesión de San Fermín.

La imagen del santo recorre las calles del Casco Viejo durante aproximadamente una hora y media acompañado de la comparsa de gigantes y cabezudos, clarineteros, timbaleros, maceros, txistularis, gaiteros, el alcalde y la Corporación Municipal, el cabildo (asamblea de los cargos eclesiásticos de la catedral), la escolta y la Banda Municipal (La Pamplonesa). Un evento imprescindible durante los verdaderos Sanfermines.

Función de la Octava

El 14 de julio a las 10:45 horas, el ayuntamiento vuelve a salir en procesión para asistir a la Octava de la festividad del Santo, que se celebra en la Capilla de San Fermín de la iglesia de San Lorenzo. La corporación municipal acude vestida de gala y acompañada de la comparsa de gigantes, la banda La Pamplonesa y demás figuras del solemne cortejo corporativo en uno de los actos más importantes de los verdaderos Sanfermines.

Ofrenda floral de los niños a San Fermín

El 10 de julio a las 11:00 horas los niños honran a San Fermín ofreciéndole ramos de claveles rojos y blancos. Se trata de un acto muy familiar que tiene lugar en las inmediaciones de la iglesia de San Lorenzo, en el Rincón de la Aduana de Pamplona.

El Apartado

Esta tradición consiste en sortear los toros de la corrida de la tarde entre los matadores y luego separarlos. Se hacen tres lotes (dos toros por matador), intentando equilibrar las cualidades y defectos de los animales. Se meten los lotes en el sombrero de un mayoral, y según se sacan se adjudican a los toreros por orden de antigüedad. A continuación se separan los toros en un chiquero individual, para que estén tranquilos hasta la corrida. Tiene lugar todos los días que hay corrida o novillada a las 13:00 horas.

Las entradas se pueden conseguir en las taquillas de la plaza todos los días de 10:00 a 13:00 horas. En el acto están presentes naturalmente los toreros, así como políticos, artistas y aficionados de renombre.

Y para los que les gusta probar de todo, un dato de interés gastronómico: en el bar de El Apartado, donde uno tradicionalmente se toma un fino (jerez), sirven también lo que muchos califican como una delicia gastronómica de San Fermín: las criadillas (huevos de toro).

Vermut en el Caballo Blanco

Alrededor de las 14:00 h., se va a tomar el vermut y hay un lugar singular en el que encontrar un poco de tranquilidad en medio del bullicio. Pasando la catedral y atravesando la empedrada calle Redín aparece el Caballo Blanco. Allí podrás tumbarte sobre la hierba, tomarte algo en una terraza y disfrutar de la música de pequeños conciertos diurnos que suelen organizarse. Todo ello con unas vistas inmejorables de la fortaleza de la ciudad. Si quieres disfrutar de los verdaderos Sanfermines, tienes que pasarte por esta zona a la hora del aperitivo.

El Riau-Riau

El Riau-Riau es un acto de carácter popular en el que los mozos, al son del Vals de Astráin, tratan de dificultar la marcha de la corporación municipal hacia la iglesia de San Lorenzo para asistir a las vísperas religiosas en honor al Santo, en la tarde del 6 de julio a las 16:30 horas.

Es una tradición que se ha cancelado, al menos en parte, después de que se produjeran algunos incidentes en 1991. Sin embargo, un Riau-Riau no oficial es organizado desde hace años por una de las peñas pamplonicas con el fin de recuperarlo.

Paseo de Mulillas

El Paseo de Mulillas es otra actividad propia de los verdaderos Sanfermines. Poco antes de comenzar la corrida de la tarde, a las 17:30 horas, un vistoso cortejo de jinetes vestidos de alguaciles del siglo XVII, varias mulillas franqueadas de mulilleros y La Pamplonesa atraviesan las calles del Casco Viejo. Parten de la Plaza del Ayuntamiento camino a la Plaza de Toros a ritmo de pasodoble. Por el camino se suman las peñas con sus ruidosas charangas.

El torico de fuego

Los niños tienen su encierro particular a las 21:45 de la noche. Con el mismo recorrido que el de la mañana, un toro de fuego sale desde la Plaza de Santiago, detrás del ayuntamiento, para perseguir a la multitudinaria chiquillería que lo desafía, envuelto en un espectáculo de luz y pólvora.

El encierrillo

Frente al bullicio y las aglomeraciones de la carrera mañanera, el encierrillo es un espectáculo limpio. Se trata del traslado de los seis toros que correrán el encierro del día siguiente desde los Corrales del Gas hasta los de Santo Domingo.

Es un trayecto breve, silencioso y nocturno; 440 metros sin corredores en los que los seis toros son seguidos por los pastores con el único ruido de sus pezuñas sobre el asfalto. Tiene lugar sobre las 22:00 de la noche y el acceso es muy restringido. Es uno de los eventos más únicos de los verdaderos Sanfermines.

El Pobre de mí

Es el acto que cierra el 14 de julio las fiestas de San Fermín. Al llegar la medianoche, la multitud se reúne frente al balcón consistorial y, tras el anuncio de fin de fiesta del alcalde, alza los pañuelos y velas que visten la plaza consistorial mientras se entona la canción popular “Pobre de mí”.

Texto: María Monreal Otano