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Feria / La Santa Cruz

La Santa Cruz de Feria

La Santa Cruz de Feria es una de las expresiones festivas tradicionales más antiguas de la provincia de Badajoz.

En el mundo cristiano, la fiesta de la Santa Cruz de Feria debe su existencia a un trasunto de antiguos ritos paganos asociados a la llegada de la primavera. En Feria, esta tradición queda además vinculada al nacimiento de la condesa doña Ana Ponce de León el 3 de mayo de 1527 y el posible establecimiento de la fiesta bajo su voluntad para celebrar, al mismo tiempo, la Santa Cruz y el día de su cumpleaños.

Así, esta fiesta que queda documentada en Feria desde las primeras décadas del siglo XVI llega hasta nuestros días manteniendo varios aspectos de su concepción original y uniendo, progresivamente, otros de carácter más moderno. Su importancia es sobradamente reconocida y la fiesta ha sido declarada recientemente como de Interés Turístico Nacional de España.

Días antes del inicio de la fiesta, los habitantes de Feria se dedican a elaborar las cruces que serán las protagonistas de la celebración. Estas serán expuestas en la parroquia para que todo aquel que quiera pueda contemplarlas antes de la procesión.

La Santa Cruz de Feria, Feria / La Santa Cruz

El día 3 de mayo, las hermandades de la localidad salen en procesión mostrando sus cruces. Estas, vistosamente engalanadas con flores y toda clase de pequeños ornatos, son llevadas sobre peanas a través de las estrechas calles del casco urbano de la localidad en lo que es el acto central de la fiesta, que atrae cada año a miles de espectadores en torno a su celebración. Otro acontecimiento de especial mención es la representación de La Entrega o la búsqueda del Lignum Crucis por parte de Santa Elena, madre del emperador romano Constantino. Durante esta escenificación es habitual escuchar gran cantidad de coplas, tanto populares como de carácter sacro e histórico.

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La fiesta de la Santa Cruz de Feria es una de las tradiciones más fuertemente arraigadas de la provincia de Badajoz, concreciente repercusión en las zonas limítrofes de España. Su celebración es seguida año tras año por una considerable multitud de visitantes que se unen a los coritos en sus días grandes. Además, participan en todos los actos festivos que se desarrollan de manera casi ininterrumpida durante los dos días en que la Santa Cruz se mantiene en activo.