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Las Islas Canarias son uno de los mayores atractivos de toda España a la hora de elegir un lugar para ir durante las vacaciones. Sus playas paradisiacas, su espectacular naturaleza volcánica y su agradable clima lo han vuelto un lugar muy demandado en cualquier época del año. De todas las islas que conforman el archipiélago, la más grande no decepciona en absoluto. En este artículo se van a repasar los once pueblos más bonitos de Tenerife. Lugares encantadores tanto en la costa como en el interior, espacios para conocer un poco más esta isla tan especial.
Garachico
El pueblo de Garachico es considerado uno de los más encantadores de toda la ínsula ya que se ha construido adaptándose a la morfología de la costa. Hoy en día tiene un aspecto envolvente hacia el mar, dibujado con pintorescas casitas blancas. Se encuentra situado en la zona noreste de la isla y además de su impresionante vista costera, cuenta con lugares de interés entre sus calles como el convento de Santo Domingo, el castillo de San Miguel o la iglesia de Santa Ana.
Vilaflor
Ubicado en la falda sur del Teide se encuentra Vilaflor, un encantador pueblo de interior ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza. Este lugar fue por mucho tiempo un lugar de paso de las rutas interiores y hoy en día está rodeado de pinares que le dotan de un aspecto rural inigualable. Además, cuenta con varios edificios históricos como la ermita de San Roque o la del Calvario.
El Sauzal
El Sauzal es uno de esos pueblos que no dejan indiferentes, ya que contiene tanto historia como ecosistema a partes iguales. Este lugar es como un pueblo costero localizado al norte de Tenerife. Sin embargo, en esta zona de la isla, el terreno tiende a ser elevado y la población en lugar de estar a pie de playa, está sobre el llano de uno de tantos acantilados. Muestra así unas increíbles vistas tanto del océano como del Teide. Además, tiene atractivos turísticos como la iglesia de San Pedro Apóstol.
Caserío de Masca
Hay pueblecitos de la geografía española que parecen perdidos en el tiempo y sin duda Caserío de Masca es uno de ellos. Ubicado en un terreno de interior lleno de barrancos, el pueblo estuvo durante décadas sin acceso de carretera y a día de hoy se puede apreciar que está intacto en comparación con el resto de urbes. Sus casitas de teja y piedra logran mezclarse a la perfección con las palmeras y paisaje salvaje que lo rodea. Sin duda uno de los pueblos más recomendados para el turismo rural y sostenible en Tenerife.
Teno Alto
Tenerife no son solo playas de ensueño, también hay espacio para lugares de calma y retiro y Teno Alto es uno de sus mejores ejemplos. Esta pequeña aldea formada por unas pocas casas se encuentra en el oeste de la isla, dentro del Parque Rural de Teno. Ofrece a sus visitantes un espacio de silencio en medio de la naturaleza. Sus casitas de piedra y calles sinuosas lo han convertido en uno de los lugares favoritos para los turistas rurales.
Arico
Arico está situado al sur de Tenerife y es un pueblo excepcional con un equilibrio perfecto entre el atractivo del mar y el legado histórico de la isla. El pueblo se divide en la parte nueva y la vieja. Mientras que en la nueva se tiene acceso al mar en una de las zonas con las aguas más tranquilas de la costa sur, en la parte vieja se tiene acceso a toda una serie de edificios de interés. Buenos ejemplos son la iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVII o la iglesia de la Virgen de la Luz y la ermita de San Bartolomé.
Tegueste
En la punta norte de la isla de Tenerife se encuentra el pintoresco pueblo de Tegueste, uno de los lugares que mejor representa el espíritu agrícola del interior de la isla, lleno de viñas y cultivos. Sus casas blancas y su bonita iglesia de San Marcos hacen contraste con el verde de las palmeras y la vegetación. Tegueste es un pueblo que merece la pena ser paseado para disfrutar de la tranquilidad y empaparse del ambiente rural canario.
San Juan de la Rambla
Tenerife cuanta con pequeños pueblos pesqueros escondidos en medio de la geografía costera y los acantilados de la zona norte de la isla. San Juan de la Rambla es uno de ellos. Pulido en torno a acantilados y rompeolas, esta pequeña localidad está compuesta de casitas de pescadores de colores construidos de forma desordenada sobre la colina. Un lugar ideal para escapar del caos y conectar con el mar, disfrutando de la gastronomía de la zona. Además, desde el barranco de Ruiz se tienen unas vista privilegiadas de la zona.
Santiago del Teide
Santiago del Teide está ubicado al noreste de la isla y parece sacado de otro planeta. Su ubicación, en pleno terreno volcánico, le da un aspecto pelicular lleno de formaciones rocosas bastante inusuales, algo que lo convierte en un estupendo punto de partida para rutas de senderismo. Por otro lado, cuenta con una de las playas más limpias y tranquilas de la isla, la playa de la Arena. Además de ser versátil tanto para turistas de mar como de montaña, cuenta con lugares patrimoniales de interés como la iglesia de San Fernando Rey o la Casa del Patio.
El Tanque
El Teide es uno de los principales atractivos de la isla, pero no se deben pasar por alto todos los pueblecitos que están ubicados a las faldas de este enorme volcán y que están llenos de encanto. Concretamente, El Tanque está situado en la zona norte de la isla y se compone de pequeñas casas camufladas entre los árboles, dándole un precioso aire rural. Este lugar de interior es uno de los más pequeños de Tenerife pero guarda en su interior joyas arquitectónicas como la iglesia de San Antonio de Padua. Además, es el punto de partida de algunas de las rutas de interior más bonitas de la Isla Baja.
Fasnia
Fasnia es uno de los pueblos con más legado histórico de todo Tenerife. A pesar de su pequeño tamaño, guarda entre sus lindes algunos restos arqueológicos de importancia, concretamente en los barrancos de Herques y Los Muertos. Además, tiene un casco antiguo lleno de lugares históricos como las ermitas de Nuestra Señora del Carmen, la de La Montaña o la de San Joaquín. Pasear por sus calles es prácticamente estar en un museo viviente. Además, tiene una gran influencia agrícola y una localización envidiable a pocos minutos el mar.
