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Qué ver en Torla, la villa fortificada del valle de Ordesa

Qué ver en Torla

Torla, una preciosa villa fronteriza de Huesca, ha sabido conservar su fisonomía medieval. Disfrutar con tranquilidad de sus calles es quizá el principal atractivo cuando uno se plantea qué ver en Torla. Es asimismo la mejor base para visitar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, precisamente el elemento que hace extraordinario el lugar: el entorno montañoso que la rodea.

Un poco de historia de Torla

Torla
Torla. | Shutterstock

Antes de descubrir los lugares que hay que ver en Torla lo ideal es conocer algo de su historia. Esta ha estado perpetuamente marcada por su condición fronteriza con Francia. La primera referencia escrita a la localidad data de finales del siglo XI. En esta fecha comenzaba a despuntar como cañada para el paso de ganado entre ambos lados de los Pirineos. Una crónica de Alfonso X el Sabio hace referencia a dicho camino.

En 1319 fue atacada y saqueada por los franceses. Por ello se construyó una torre sobre la gran roca que sustenta la actual iglesia románica, del siglo XV. Se especula que el nombre de la población deriva precisamente de ese punto fuerte. Lo cierto es que Torla siempre ha sido un lugar conflictivo. En 1512, fue atacada y saqueada de nuevo por tropas francesas. Sin embargo, en su marcha por la garganta de Correador o Escalar, los soldados españoles y los lugareños les tendieron una emboscada. Mataron a dos capitanes, capturaron sus banderas y recuperaron el botín. Se cree que este fue el principal motivo de que la Corona le otorgara el título de “villa” a Torla. Nueve años después los vecinos solicitaron a las Cortes de Aragón ayuda económica. Asimismo, solicitaron reforzar el castillo y construir una muralla hasta la iglesia, configurando un recinto fortificado.

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Durante la Guerra de Sucesión sus habitantes se incorporaron al bando austricista. Debido a ello, en 1707 el marqués de Saluzzo y sus tropas borbónicas incendiaron la fortaleza de Torla. Esta sería restaurada y albergó un contingente militar durante la Guerra de la Convención, entre 1793 y 1795. Sin embargo, en el siglo XIX se desmilitarizó, empleándose durante unos años como abadía.

A mediados del siglo XVIII se recuperó el comercio transfronterizo, creciendo en paralelo el contrabando. Hasta hace poco fue una de las principales fuentes de riqueza de la villa. La prosperidad que supuso esto se puede comprobar en las viviendas de la época. Destaca en especial la Casa Viu, uno de los monumentos que ver en Torla. Los repasamos todos a continuación.

Qué ver en Torla

Torla desde el aire
Torla desde el aire. | Shutterstock

El trazado urbanístico de Torla responde a su herencia medieval. El pueblo se articula en torno a la Plaza Mayor, del siglo XII. A partir de ella, se puede pasear entre una arquitectura repleta de elementos típicos del Pirineo. Entre ellos se hayan tejados de piedra de pizarra, chimeneas con espantabrujas, ventanas geminadas o blasones de antiguas familias nobiliarias.

Algunos ejemplos reseñables de construcciones civiles que ver en Torla son la Casa Viu, la Casa Brun, la Casa Lardiés o la Casa del Sastre. Algunas hacen gala de elementos defensivos, como aspilleras, construidos en los siglos XV y XVI. En la primera de ellas destaca la fachada norte. En la sur se halla inserto un bajorrelieve de una “N” inscrita en círculo coronado por la Cruz de Caravaca. Lo flanquean una hoja de roble y un ave. Incluye además un timbre hidalgo, lambrequines vegetales y rocalla.

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El antiguo Castillo de Torla alberga actualmente el Museo Etnológico. Más allá de los restos de la fortaleza, exhibe gran cantidad de objetos relacionados con la vida tradicional de los valles circundantes. En la contigua iglesia Parroquial del Salvador, del siglo XVI, pueden contemplarse varios retablos provenientes de pueblos abandonados de los alrededores. A este respecto, merece la pena desplazarse a la cercana ermita de San Antón.

Torla
Torla. | Shutterstock

Hoy en día la villa es uno de los principales núcleos turísticos del Pirineo aragonés. Esto se debe a que es la puerta de entrada del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido que es, entre otras distinciones, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y Reserva de la Biosfera. Tan impresionante paraje se compone de diversos macizos y valles glaciares. Alberga una gran diversidad de flora y fauna. Por ejemplo, marmotas, ciervos, corzos, quebrantahuesos, águilas reales o buitres leonados.

El recorrido más característico discurre de oeste a este a través del Valle de Ordesa. Remonta el río Arazas atravesando las Gradas de Soaso, un conjunto de pequeñas cascadas, y la pradera de Ordesa hasta la catarata conocida como la Cola de Caballo. Tras ello continúa por la senda de Cazadores. El regreso a la entrada del parque se realiza por medio del Circo de Cotatuero. Para los más montañeros, a través del Circo de Soaso al Circo de Gavarnie o a la cima de Monte Perdido.

Este último, con sus 3355 metros de altura, es el techo del Parque Nacional. En su ascenso se puede ver la famosa Brecha de Roldán, cuya leyenda protagonizó uno de los capítulos de nuestra serie Leyendas de los Pirineos. Otra leyenda cuenta que la generó el mismo Carlomagno cuando trataba de destruir su espada tras la batalla de Roncesvalles. Si se va a hacer noche durante la excursión se puede parar en el Refugio de Góriz.

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Los alrededores de Torla

Esta fotografía ayuda a entender la posición de Torla en los Pirineos
Esta fotografía ayuda a entender la posición de Torla en los Pirineos. | Shutterstock

Desde Torla, como es fácil imaginar, pueden realizarse numerosas excursiones. Una opción complementaria para los que tengan más días es acudir al valle de Tena. Allí se puede disfrutar de pueblos como Biescas y el imponente Ibón de Piedrafita. Si se quiere algo más urbano, la impresionante Jaca o Huesca capital son seguras alternativas.

Dónde dormir en Torla

Si el viajero quiere pasar unos días en Torla, tiene varias opciones de alojamiento de todo tipo:

    1. La casa rural Casa de Torla, ideal para parejas.
    2. El apartamento Mirador de Ordesa, con dos dormitorios y unas bonitas vistas a la montaña.
    3. A solo 3 kilómetros del parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Hotel Bellavista Ordesa puede ser una buena opción.
    4. Las vistas desde el jardín del apartamento Marbore, de dos habitaciones, son también impresionantes.
    5. Por último, Edelweiss Hotel es también una opción ideal para explorar la zona.