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Qué ver en San Lorenzo de El Escorial, la obra maestra de Felipe II

San Lorenzo de El Escorial

En un entorno maravilloso, a unos 50 kilómetros de Madrid, se levantan los dieciséis patios, quince claustros y ochenta y ocho fuentes del conjunto monumental de San Lorenzo de El Escorial. Antiguamente se lo conocía como “La octava maravilla del mundo”. Un repaso por los lugares que ver en San Lorenzo de El Escorial explican de forma clara por qué.

Un poco de historia de San Lorenzo de El Escorial

Conjunto de San Lorenzo de El Escorial
Conjunto de San Lorenzo de El Escorial. | Shutterstock

Es difícil entender los lugares que hay que ver en San Lorenzo de El Escorial sin conocer su historia. El monasterio fue mandado construir por Felipe II, con el objetivo de conmemorar la victoria de la batalla de San Quintín ante el ejército de Enrique II de Francia. Tuvo lugar el día de la festividad de San Lorenzo: el 10 de agosto de 1557.

Con la ayuda de teólogos, médicos, canteros e incluso astrólogos, Felipe II se decidió por una pequeña aldea como emplazamiento del mismo. El lugar pertenecía por entonces a Segovia. Rodeado de bosques y cotos de caza, estaba situado además en el centro geográfico de la península. El nombre surgió probablemente de aesculus, nombre latín de roble. Las obras comenzaron en 1561 y fueron finalizadas en un tiempo récord de 21 años. En ese mismo año Felipe II trasladó la corte de Toledo a Madrid. A partir de la construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial se comenzaron a levantar distintas edificaciones. También se abrieron nuevas calles y la población fue creciendo desordenadamente, expandiéndose en la ladera del monte Abantos. La pequeña aldea se convirtió en Real Villa y el prior sería el encargado de ostentar el poder.

Fiel al deseo original de Felipe II, la Orden de los Jerónimos no permitía que se construyeran viviendas cercanas al conjunto escurialense. Sin embargo, ante la presión de la corte, Carlos III autorizó en 1767 la edificación junto a la lonja del monasterio. La aristocracia y la burguesía comenzaron a construir sus residencias de verano. Este núcleo sería el origen de San Lorenzo de El Escorial. Se le conocía también como Escorial de Arriba, escisión del primitivo pueblo de El Escorial. A partir de entonces, el arquitecto Juan de Villanueva ordenó el casco histórico. Para ello proyectó calles y plazas que debían salvar el fuerte desnivel existente entre el monasterio y las cuestas de Abantos.

Otras dos fechas importantes tuvieron lugar en el siglo XIX. En 1807 se celebró el famoso proceso de El Escorial contra el príncipe Fernando y aquellos que trataban de derribar a Godoy. Por otro lado, en 1836 y tras casi tres siglos, los monjes jerónimos tuvieron que abandonar el monasterio a causa de la Desamortización de Mendizábal. Fue muy importante para su recuperación la intervención del padre Claret, el confesor de Isabel II, que terminó por ser nombrado presidente del monasterio. Desde 1885, para concluir, los padres agustinos se hicieron cargo del monasterio.

Segunda residencia para muchos madrileños y habitantes de otras localidades desde el siglo XVIII, San Lorenzo de El Escorial ha sufrido una gran expansión en las últimas décadas. Asimismo, la localidad también se ha hecho famosa por varias apariciones de la Virgen en la finca escurialense de Prado Nuevo. El paraje se ha convertido por ello en un lugar de peregrinación, especialmente el primer sábado de cada mes.

Qué ver en San Lorenzo de El Escorial

Impresionante imagen de San Lorenzo de El Escorial
Impresionante imagen de San Lorenzo de El Escorial. | Shutterstock

Hay que empezar por señalar que el conjunto arquitectónico de San Lorenzo de El Escorial, la obra maestra de Felipe II, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1834. Se trata de un monumental conjunto en el que vivió y murió el monarca español. Reunió a los mejores arquitectos, maestros orfebres, pintores y escultores de Europa crear el más perfecto ejemplo del renacimiento español. La orden elegida para habitarlo fue la de los Jerónimos.

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Algunos detalles constructivos. El proyecto original lo trazó Juan Bautista de Toledo, aunque intervinieron más arquitectos. Tras su muerte, Juan de Herrera se hizo cargo desarrollando un estilo propio que tendría gran seguimiento: el Herreriano. Según cuenta la tradición, la planta definitiva tiene forma de parrilla en alusión al martirio en Roma de San Lorenzo. El conjunto monasterial consta de basílica, monasterio, palacio y panteón real. La fachada principal se orienta al oeste y tiene dos portones laterales. Uno da paso al colegio Alfonso XII y el segundo al convento. En el centro de la misma se sitúa la entrada principal del edificio. La escoltan seis columnas dóricas y está coronada por un cuerpo de columnas jónicas. Destacan el escudo de Felipe II y la estatua de San Lorenzo, obra de Juan Bautista Monegro.

Además de como monumento conmemorativo de la batalla de San Quintín, Felipe II quiso construir un panteón real donde descansar eternamente junto a su padre, el emperador Carlos V. Contravenía, de esta manera, los deseos de su progenitor, pues este deseaba permanecer en el monasterio de Cuacos de Yuste, donde pasó los últimos meses de su vida. En cualquier caso, tanto Felipe II como Carlos V se encuentra en este panteón real, junto a Isabel de Portugal, madre de Felipe, y Ana de Austria, su cuarta y última esposa.

Se trata de una capilla octogonal situada bajo el presbiterio de la basílica. Allí reposan los restos de los monarcas españoles desde Carlos I, con la excepción de Felipe V y Fernando VI. Excepcionalmente también descansa en el panteón la reina Isabel de Borbón, primera esposa de Felipe IV. Muerta sin dejar sucesor al trono, fue clave en la construcción. Aún quedan huecos libres, asignados a don Juan de Borbón y doña María de las Mercedes, así como a su abuela, la Reina Victoria Eugenia. Los restos se encuentran actualmente en la antesala del panteón. En esta sala, conocida como el pudridero, deben permanecer los restos mortales durante veinticinco años antes de ser trasladados al panteón de Reyes o de Infantes. En el panteón de Infantes, por su parte, se encuentran los sepulcros en mármol de aquellos miembros de la Familia Real que no han reinado.

Continuando el recorrido por los rincones que ver en San Lorenzo de El Escorial se llega a la fachada oeste. La puerta principal da paso al patio de los Reyes, denominado así por las esculturas de los reyes de la tribu de Judá, esculpidas por Juan Bautista Monegro. Estas se sitúan sobre pedestales en la fachada que da acceso a la basílica, con David y Salomón presidiendo. Asimismo, en el centro de la cornisa izquierda una cruz negra señala la última piedra que dio por finalizada la construcción, en 1584.

Detalles de San Lorenzo de El Escorial
Detalles de San Lorenzo de El Escorial. | Shutterstock

También hay que hablar de la bella basílica del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. De planta de cruz griega, su cúpula central, de 92 metros de altura, sobresale en el conjunto. La mayoría de las bóvedas fueron pintadas por Luca Giordano. Las excepciones son las situadas encima del coro y del altar mayor, obra de Luca Cambiasso. Además, a ambos lados del altar mayor se sitúan dos conjuntos escultóricos en bronce. Representan a los reyes Carlos V y Felipe II con sus respectivas familias, de León Leoni y su hijo Pompeyo. En una de las capillas se encuentra un notable Cristo. Obra de Benvenuto Cellini, está realizado en mármol blanco. Lo esculpió totalmente desnudo, algo inusual, si bien suele exhibirse cubierto con un paño blanco. En la sacristía se conservan importantes obras, entre las que destaca La Sagrada Forma, de Claudio Coello.

Cuatro edificios excepcionales en San Lorenzo de El Escorial

Interior de San Lorenzo de El Escorial
Interior de San Lorenzo de El Escorial. | Shutterstock

Para poder disfrutar del palacio de los Austrias, el de los Borbones, la Casita del Infante y la Casita del Príncipe hay que adquirir la visita guiada. Esta se inicia en la puerta de la fachada norte, donde se hallan las taquillas, en el palacio de los Borbones. Se trata de un conjunto de aposentos en los que destaca la influencia francesa en muebles, porcelanas, lámparas y demás decoraciones. Es también relevante la colección de tapices, con diseños de Goya, Bayeu y Tenniers.

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Por su parte, el palacio de los Austrias, o la Casa de Felipe II, sorprende por su austeridad. Las diferentes estancias se disponen en torno al altar mayor de la basílica del monasterio. Por su parte, la sala de las batallas conserva grandes pinturas que ilustran batallas de la época, incluida la de San Quintín, del año 1557.

Más adelante se extiende la Sala de Guardias. Expone la silla que utilizó Felipe II en su último viaje a El Escorial desde Madrid, enfermo de gota. Además, en la sala de Audiencias o salón de los Retratos destaca un retrato de Felipe II, obra del afamado pintor italiano Tiziano. Finalmente, la habitación de Felipe II conserva la cama, de 1,58 metros de largo, desde donde podía ver el altar mayor y atender la misa. El monarca murió en este lugar en 1598, con 71 años.

Los otros dos pabellones restantes. La Casita del Infante se construyó entre 1771 y 1773. También conocida como Casita de Arriba, se construyó para el Infante don Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III. Es una pequeña villa con jardines en terrazas, al más puro estilo italiano. Desde este lugar se disfruta de una bella vista del monasterio. Por otro lado, la Casita del Príncipe, de 1772, debe su nombre a Carlos IV cuando era Príncipe de Asturias. Su arquitectura anuncia la que será la obra más emblemática de Villanueva, el Museo Nacional del Prado. Se diseñó como Gabinete de Ciencias Naturales por orden de Carlos III. El interior neoclásico conserva los techos pintados por Vicente Gómez, Mariano Salvador Maella y Francisco Bayeu. También se la conoce como Casita de Abajo. En sus jardines se conservan secuoyas plantadas en el siglo XVIII.

La cultura en San Lorenzo de El Escorial

Al tiempo, en las Salas Capitulares se ha ubicado el Museo de Pintura, donde destaca El Martirio de San Mauricio de El Greco y otras obras de Ribera, Velázquez, El Bosco, Tiziano, Tintoretto, Veronés o Bassano. El Museo de Arquitectura, por su parte, alberga una importante colección de documentos, planos, herramientas y mecanismos usados durante la construcción del monasterio.

La biblioteca, por su parte, posee uno de los fondos bibliográficos más valiosos del mundo, con más de 40.000 volúmenes. Destacan especialmente la colección de manuscritos árabes, hebreos y latinos. Se cuenta que los libros de alquimia, magia y esoterismo se colocaban al revés para esconder los títulos. Sin embargo, otras versiones explican que el verdadero motivo era airear las hojas y mostrar sus filos dorados.

El Teatro Real Coliseo de Carlos III, en la calle Floridablanca. Carlos III quiso dotar a los Reales Sitios de espacios destinados exclusivamente a la representación de espectáculos. Por ello se crearon las Compañías de los Reales Sitios. Estas hacían giras por los distintos teatros. Además acudían, sobre todo en otoño, a El Escorial, periodo elegido por el monarca para sus estancias. El arquitecto francés Jaime Marquet construyó el teatro en tan sólo un año, entre 1770 y 1771, siguiendo un modelo que utilizó también en El Pardo y Aranjuez. Es uno de los más antiguos de España y el único que conserva prácticamente intacta la tipología del siglo XVIII.

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Junto al teatro se encuentra la plaza de Jacinto Benavente, llamada así en honor del dramaturgo y Premio Nobel de Literatura que, junto a otros autores, tanto colaboró en la rehabilitación del Coliseo. La plaza, presidida por Crispín, fue protagonista de Los intereses creados. Además, alberga seis magníficos magnolios centenarios. Es uno de los lugares más transitados por los visitantes de la localidad, que acuden a descansar a sus terrazas.

La naturaleza de San Lorenzo de El Escorial

Silla de Felipe II
Silla de Felipe II. | Shutterstock

El bosque de La Herrería es una finca histórica de bosques de robles y fresnos cercana al monasterio del El Escorial. Allí se encuentra la llamada Silla de Felipe II, una mole granítica desde donde, según cuenta la tradición, el monarca observaba las obras del monasterio. Otras teorías consideran que se trata de un altar de ofrendas vetón o una obra historicista del siglo XIX. La roca sirve de mirador desde donde se contempla una impresionante vista del monasterio, el monte Abantos y los montes de Siete Picos.

También merece una visita el jardín de los Frailes, al que se accede a través del arco de la Compaña. Desde este lugar se divisa el estanque, la huerta de los Frailes y la dehesa de la Herrería.

Otros rincones de San Lorenzo de El Escorial

Frente a la fachada norte del monasterio se encuentran la Primera y Segunda Casa de Oficios, diseñadas por Juan de Herrera para alojar distintas dependencias palaciegas. Sus obras fueron continuadas por Francisco de Mora entre 1587 y 1596. Actualmente, la Primera Casa de Oficios alberga la Casa de Cultura y Sala de Exposiciones, también la Biblioteca Municipal “Manuel Andújar” y la Oficina de Turismo-Centro de Interpretación.

En la Segunda Casa de Oficios, antigua capilla de Laborantes, se localiza el santuario de Nuestra Señora de Gracia. Cada segundo domingo de septiembre se celebra la tradicional romería en honor de la Virgen de Gracia. También se ubica el Centro Integrado de Estudios Musicales “Padre Antonio Soler”. La Tercera Casa de Oficios se construyó a finales del siglo XVIII por Villanueva, por encargo de Carlos III para el conde de Floridablanca. El arquitecto continuó el modelo herreriano y con esta edificación se cerró el perímetro de la Lonja.

La Casa de la Compaña, hoy en día Monumento Histórico Artístico, fue construida por Francisco de Mora. Este discípulo de Juan de Herrera lo realizó a finales del siglo XVI como almacén de la comunidad jerónima del monasterio. A finales del siglo XIX, la nueva comunidad de padres Agustinos instaló en el edificio del actual Real Centro Universitario Escorial-María Cristina. Hoy sirve como sede de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid en San Lorenzo de El Escorial. También del arquitecto Francisco de Mora, y de estilo herreriano, es la iglesia de San Bernabé, construida entre 1594 y 1595. Declarada Bien de Interés Cultural, en ella trabajaron los mismos maestros canteros y artesanos que en el monasterio de El Escorial.

Los alrededores de San Lorenzo de El Escorial

Sierra de Guadarrama
Sierra de Guadarrama. | Shutterstock

Quizá la opción más interesante para completar una visita a San Lorenzo de El Escorial sea explorar la sierra de Guadarrama, a través de diferentes rutas de senderismo, la mayoría para todos los públicos. Relativamente cerca se encuentra la interesante Manzanares el Real, con su castillo a orillas del embalse de Santillana.

Dónde dormir en San Lorenzo de El Escorial

Diferentes opciones en las que dormir en San Lorenzo de El Escorial:

  1. Para quien quiera un hotel tradicional, el Hotel Florida tiene además unas vistas fantásticas al conjunto monumental.
  2. También este ático puede presumir de vistas y cuenta con la comodidad que proporciona un apartamento.
  3. Una opción más rústica es La Cabaña de Gaia, con una habitación y jardín y parking privado.