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Bellas iglesias de España en paisajes increíbles

bellas iglesias de España en paisajes increíbles

Estas líneas quieren satisfacer un par de inquietudes. Por un lado, la de aquellos viajeros que buscan siempre esa postal de ensueño de la que disfrutar con los cinco sentidos, admirando la naturaleza y sus múltiples posibilidades. Por otro lado, la de quienes prefieren decantarse por lo que el ser humano ha sido capaz de construir a lo largo de los siglos. Cuando ambos aspectos se unen dan lugar a titulares como el que encabeza este texto: bonitas iglesias de España que se encuentran en lugares igual de bellos.

De templos y paisajes: la belleza de las iglesias de España

Iglesia de San Clemente de Tahull, Lleida

Iglesia de San Clemente de Tahull
Iglesia de San Clemente de Tahull. | Shutterstock

El valle de Boí, en Lleida, puede presumir de ofrecer los dos aspectos destacados anteriormente. Es uno de esos rincones que conservan un enorme patrimonio artístico, localizado además en los Pirineos catalanes. Casi nada. Para esta recopilación se elige la iglesia de San Clemente de Tahull, una de las iglesias más bonitas de España. Forma parte del conjunto de templos románicos desplegados por el valle y declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Además del imponente aunque sencillo aspecto exterior, en San Clemente hay que destacar el interior. Especialmente El Pantocrátor, imagen icónica del románico catalán. El original se encuentra en Museo Nacional de Arte de Catalunya, pero la copia de la que se disfruta en el enclave original permite comprender el porqué de su importancia.

Iglesia de Santa María del Naranco, Asturias

Iglesia de Santa María del Naranco
Iglesia de Santa María del Naranco. | Shutterstock

La iglesia de Santa María del Naranco no puede faltar a la hora de hablar de templos preciosos, tampoco si hay que fijar la mirada en los alrededores. En la falda sur del monte Naranco se encuentra este templo prerrománico cuyos cimientos se levantaron en el siglo IX, aunque estos no fueron concebidos para ser una iglesia. En sus inicios fue el Aula Regia del conjunto palacial que el rey Ramiro I mandó construir en las afueras de Oviedo, y que contaba precisamente con la iglesia de San Miguel de Lillo.

Con la decadencia de esta, Santa María del Naranco tomó su lugar en torno al siglo XII. Es curioso que, sin quererlo, haya terminado convertida en una de las iglesias más bonitas de España. Fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1985. Las vistas hacia el valle son de excepción.

Ermita de San Frutos, Segovia

Ermita de San Frutos
Ermita de San Frutos. | Shutterstock

El sendero que conduce hasta la ermita de San Frutos de Segovia, en plenas Hoces del Duratón, es uno de los más bellos de la provincia, pues permite contemplar el horizonte infinito de Castilla salpicado, en este caso, de arte románico. El templo, que se completó con unas dependencias construidas para albergar a los monjes que habitaron la zona, parece estar colgando sobre el acantilado, a un paso de despeñarse hacia las aguas del afluente del Duero. Los meandros forman bonitas postales que encajan a la perfección con la iglesia del siglo XI, hoy rodeada de ruinas de lo que en su día fue un importante complejo.

Iglesia de Santa Lucía, Gran Canaria

Iglesia de Santa Lucía
Iglesia de Santa Lucía. | Shutterstock

Prácticamente cualquier rincón de las Islas Canarias es un paisaje espectacular, y el municipio de Santa Lucía de Tirajana, al sur de Gran Canaria, no es una excepción. Así que en este entorno fantástico puede destacarse fácilmente un templo. En este caso, la mirada persigue la cúpula blanca, de formas peculiares, de la iglesia de Santa Lucía, que data de comienzos del siglo XX. Su preciosa fachada empedrada también puede verse en la distancia, formando así ese paisaje natural y artístico buscado.

Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, Valladolid

Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada
Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada. | Shutterstock

La ermita de Nuestra Señora de la Anunciada se encuentra en Valladolid, muy cerca del precioso pueblo de Urueña, cuyas murallas pueden verse desde el entorno del templo. Se edificó sobre el monasterio de San Pedro y San Pablo de Cubillas, un antiguo cenobio mozárabe del siglo X. Sorprende su tamaño y su aspecto sobrio, típico del románico castellano. Se encuentra en un espacio cerrado especialmente para la ermita, donde el viajero puede detenerse a descansar solo para después seguir explorando los alrededores.

Iglesia de Santa María de Lebeña, Cantabria

Iglesia de Santa María de Lebeña
Iglesia de Santa María de Lebeña. | Shutterstock

En un entorno natural inigualable, en plenas montañas cántabras, se levantó la iglesia de Santa María de Lebeña. Quizá sea el principal monumento prerrománico de Cantabria, por lo que su valor artístico e histórico está fuera de discusión. Estéticamente, además, es un bellísimo templo cuyos colores tierra siguen la armonía de las cumbres que rodean el espacio. Sorprende la torre que acompaña al templo y la belleza que transmiten sus formas sencillas, que la convierten en una de las iglesias de España que hay que visitar si se tiene ocasión.

Templo San Miguel Arcángel, Alicante

Templo San Miguel Arcángel
Templo San Miguel Arcángel. | Shutterstock

El templo del Arcángel Miguel fue el primero de la iglesia ortodoxa rusa construido en España, realizado por completo con materiales traídos desde Rusia. Su singular arquitectura destaca en la geografía española sobre todo al compararse con los templos románicos o góticos que son costumbre en el país. El templo del Arcángel Miguel se encuentra en Altea, Alicante, en un paraje acondicionado para ello. Pese a encontrarse cerca de una carretera principal, el templo está abrazado por unos jardines cuidados que regalan una estampa de lo más bonita.

Iglesia de Santa Eulària, Ibiza

Iglesia de Santa Eulària
Iglesia de Santa Eulària. | Shutterstock

Prácticamente cualquier rincón ibicenco es bonito, así que si a este queda incorporado además un interesante templo-fortaleza de color blanco, la combinación resulta imparable. Este lugar se construyó en lo alto de una colina, en el siglo XVI, como respuesta a los constantes ataques piratas que sufría la isla. De hecho, existía antes un primitivo templo del siglo XIV que se derrumbó tras una incursión. Tras esta, habiendo aprendido la lección, se edificó el templo-fortaleza que puede verse hoy día. Hacia finales del siglo XVIII, la iglesia de Santa Eulària se convirtió en parroquia y en torno a esta se levantaron casas que conformaron el primer núcleo de población de la zona. Y hasta hoy. El paisaje que se extiende desde su ubicación, entre la montaña y el mar, es precioso.

Iglesia de San Juan de Busa, Huesca

Iglesia de San Juan de Busa
Iglesia de San Juan de Busa. | Shutterstock

Una de las iglesias más atípicas de España, resultado de una irregular concepción de la construcción y de una no menos regular construcción. Con todo, la iglesia de San Juan de Busa es hoy uno de los templos más llamativos de Aragón, situada entre los pueblos de Oliván y Lárrede. Data del siglo XI y su imagen apenas ha sido modificada desde entonces, aunque fue sometida a diversas intervenciones a finales del siglo pasado. Resulta diminuta al lado de las grandes cumbres que pueblan la zona, otro de los motivos por los que es cada vez más visitada. Ese impagable contacto con la naturaleza más indomable.

Basílica de Covadonga, Asturias

Basílica de Covadonga
Basílica de Covadonga. | Shutterstock

En este rincón se esconde en el corazón de Asturias y es una de las joyas neorrománicas de su geografía: la basílica Santa María la Real, una obra del siglo XIX proyectada por el arquitecto valenciano Federico Aparici. Sin importar desde el lugar desde el que se admire este templo, lo que provoca es una sensación de pequeñez ante sus formas, que con ese color tan característico llegan incluso a abrumar. Este precioso templo se encuentra en el santuario de Covadonga, rodeado de montes verdes y formaciones rocosas en las que entretenerse durante horas. A un paso se encuentran los lagos de Covadonga, otro paraje natural impresionante.

Capilla de las Conchas, Pontevedra

Capilla de las Conchas
Capilla de las Conchas. | Shutterstock

La isla de A Toxa se ha convertido en uno de los destinos favoritos de aquellos que se han lanzado a explorar las Rías Baixas. Es especialmente apreciada por su tradición de aguas termales, que explican en parte la existencia del último templo protagonista de estas líneas: la conocida como capilla de las Conchas. Aquí se celebra el culto a San Caralampio, un mártir del siglo III reconvertido en patrón de las enfermedades de la piel, para las que las aguas termales pueden resultar una excelente medicina. El templo primitivo data del siglo XII, pero fue reconstruido en el siglo XIX, dotándosele entonces del bello aspecto que luce hoy en día. Recubierto de conchas de vieira, la cercanía del mar termina de completar el significado de este lugar consagrado a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros.

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