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Qué ver en la Catedral de la Almudena, la iglesia que se convirtió en el gran templo de Madrid

Catedral de la Almudena

España es un país de grandes catedrales. Algunas como las de León, Burgos, Santiago de Compostela o Segovia son tremendamente populares. Mientras que, por otro lado, es común olvidarse de una catedral que quizá no destaca tanto, por ser más moderna. O tal vez por estar inmersa en pleno centro de Madrid. Hablamos de la Catedral de la Almudena. Aunque menos popular, este templo suele dejar con la boca abierta a todos sus visitantes.

Un poco de historia de la Catedral de la Almudena

Visitar la Catedral de la Almudena es una experiencia que debería tener todo aquel que pase por Madrid con la intención de hacer un poco de turismo. No solo por su impresionante arquitectura, sino también por la historia que tiene detrás. Todo empezó cuando la Congregación de Esclavos de la Virgen de la Almudena solicitó permiso al arzobispo de Toledo para construir una iglesia dedicada a la Virgen de la Almudena, allá por 1868. Así, los reyes se comprometieron a ceder parte de los terrenos que estaban frente al Palacio Real. Así es como, actualmente, se pueden ver estas dos joyas de Madrid en cuestión de metros.

La catedral de la Almudena puede verse junto al Palacio Real
La Catedral de la Almudena puede verse junto al Palacio Real. | Shutterstock

El encargado de su construcción fue el arquitecto Francisco de Cubas y Montes. En 1885 la iglesia pasó a ser catedral, cuando el Papa León XIII estableció Madrid como diócesis. Como consecuencia de este cambio, Francisco de Cubas modificó su proyecto inicial. Así pasó a tener grandes dimensiones, el estilo neogótico florido francés, la planta de cruz latina y las capillas laterales. De hecho, la Catedral de la Almudena, o Catedral de Santa María la Real de la Almudena, que es su nombre completo, está dividida en tres naves con cabecera semicircular y girola.

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La cripta de la Almudena, una de las criptas más fascinantes de España, fue una de las primeras partes de la catedral en finalizarse, aunque Francisco de Cubas y Montes ya no vivió para verlo. En su lugar, Miguel Olabarría, Enrique Repullés y Vargas y Juan Moya comenzaron a trabajar en las obras de la catedral. Algunas de las modificaciones más importantes que se realizaron a lo largo del siglo XX fueron las siguientes: rebajar su altura para que tuviera más armonía con el Palacio Real, construir el claustro del Arzobispado, la pavimentación con mármol crema y verde y la creación del altar de la Virgen de la Almudena.

Atardecer en la Catedral de la Almudena
Atardecer en la Catedral de la Almudena. | Shutterstock

Finalmente, después de 110 años de obras, el 15 de junio de 1993 el Papa Juan Pablo II acudió a Madrid para consagrar la Catedral de la Almudena. Eso sí: incluso después de ese momento, a lo largo de varios años más, se fueron completando las obras y terminando detalles inacabados.

Qué ver en la Catedral de la Almudena

Exterior de la Catedral de la Almudena

Exterior de la catedral de la Almudena
Exterior de la catedral de la Almudena. | Shutterstock

La Catedral de Santa María la Real de la Almudena, conocida popularmente como Catedral de la Almudena, es uno de los lugares que ver en Madrid que nadie se puede perder. Empezando por su imagen exterior, caracterizada por una cúpula doble. Si se ve desde el interior es gótica, pero si se ve desde el exterior tiene reminiscencias barrocas.

En cuanto a la fachada principal, cuenta con un gran pórtico de columnata doble, siendo la parte de abajo de inspiración toscana y la parte de arriba de orden jónico. Este conjunto también contiene una hornacina barroca que acoge a la Virgen de la Almudena, colocada después de la consagración de la catedral. También destacan las cuatro estatuas del escultor Ramón Chaparro: San Isidro Labrador, Santa María de la Cabeza, Santa Teresa de Jesús y San Fernando.

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Para terminar con la fachada principal, la torre de la derecha es conocida como Mariana o de los Gallegos, ya que sus campanas fueron donadas por gallegos. Todas ellas tienen una advocación mariana castiza: Santa María la Real de la Almudena, Santa María de la Paloma, Santa María de Atocha y Santa María de la Flor de Lis. Por otro lado, la torre de la izquierda tiene el carrillón y sus campanas reciben los nombres de Benedicta, Ancilla Domini, Magnificat y Gratia Plena.

En el caso de la fachada que da a la calle Bailén es la que se usa para el acceso diario a la Catedral de la Almudena. Destacan las monumentales puertas de bronce, que son obra del escultor Sanguino. En ellas se representa el hallazgo de la Virgen de la Almudena por el rey Alfonso VI de Castilla, el día de la consagración por el Papa Juan Pablo II y la procesión de la Virgen de la Almudena por las calles de Madrid. Frente a esta fachada se encuentra la plaza de Juan Pablo II, adornada por una estatua de más de tres metros de este Papa realizada por Juan de Ávalos. También pueden verse cuatro fuentes y farolas de estilo fernandino.

Interior de la Catedral de la Almudena

Detalles del interior de la catedral
Detalles del interior de la catedral. | Shutterstock

Desde su interior se aprecia cómo la Catedral de la Almudena tiene planta de cruz latina compuesta por una nave central y dos laterales. El altar mayor es de mármol verde. Detrás de él se encuentra una escultura de Cristo crucificado de estilo barroco, obra del imaginero Juan de Mesa. Como no podría ser de otra manera, la Virgen de la Almudena tiene su propio altar en la nave derecha. Se trata de una imagen de madera y policromada, de estilo gótico y colocada en la hornacina central de un retablo realizado por Juan de Borgoña.

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En cuanto a las capillas de la nave central, las más destacadas son la capilla del Santísimo, dedicada a la adoración eucarística, y la capilla central de la girola, dedicada a San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza. Las capillas de las naves laterales, por su lado, están dedicadas a santos contemporáneos.

Interior de la Catedral de la Almudena
Interior de la Catedral de la Almudena. | Shutterstock

Dentro de la Catedral de la Almudena también destacan las vidrieras, así como sus murales, realizados por Kiko Argüello. Representan El Bautismo, La Transfiguración, La Crucifixión, Cristo Pantocrátor, La Resurrección, La Ascensión y La venida del Espíritu Santo en Pentecostés. El visitante también puede acceder al museo de arte sacro, que incluye la entrada a la cúpula de la catedral.

Cripta de la Almudena
Cripta de la Almudena. | Shutterstock

Para finalizar, la cripta de la Almudena es de estilo neorrománico y contiene una imagen de la Virgen de la Almudena del siglo XVI. Lo que más llama la atención en la cripta son las más de 400 columnas coronadas con capiteles. Representan figuras bíblicas y motivos de la naturaleza. Por último, cabe destacar que tiene cinco naves y 18 capillas.

En definitiva, visitar la Catedral de la Almudena es imprescindible para cualquiera que pase por Madrid y quiera disfrutar de un espectacular templo.