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Castillo de Grajal de Campos, referente medieval en una pequeña villa leonesa

Castillo de Grajal de Campos, en León

En la localidad de Grajal de Campos, en tierras leonesas, aguarda al visitante una fortaleza que puede observarse desde la distancia, por su posición y sus dimensiones. Sorprende porque uno no espera encontrar un castillo de semejante índole en la llanura sur de la provincia de León, mucho menos espera que se trate del primero que fue íntegramente artillero en España. Declarado en 1931 Bien de Interés Cultural, el castillo de Grajal de Campos, hoy en manos privadas, conserva su forma original y recibe al viajero con historias por contar.

Viaje al pasado en Grajal de Campos

Castillo de Grajal de Campos
Castillo de Grajal de Campos. | Shutterstock

Antes de la fortaleza que puede verse en la actualidad ya existió una romana. Se tiene también constancia de otra que permanecía en pie a finales del siglo X, años turbulentos de lucha contra las tropas de Almanzor. Pero el castillo del que hoy se disfruta se levantó a comienzos del siglo XVI, entre los años 1517 y 1521. Fue bajo la atenta mirada de Hernando de Vega, por entonces señor de Grajal y un importante personaje en la Corte de los Reyes Católicos. Esta relevancia la heredaría su hijo, Juan de Vega, que obtuvo el título de Conde de Grajal y llegó a ser Embajador de Carlos V en Roma.

De levantarlo se encargó Lorenzo de Aldonza, tomando como punto de partida sus experiencias previas en las guerras de Italia. Así nació el primer castillo íntegramente artillero de España, uno de los más avanzados de su época, sin duda referente de todos los venideros.

La arquitectura fortificada posterior pondría su mirada en este castillo que, a día de hoy, permanece vigilando un pueblo de apenas 200 habitantes. Cómo llegó a levantarse aquí este tipo de fortaleza parece que solo puede explicarse desde ese nombre anterior, Hernando de Vega. El castillo se mantuvo en funcionamiento durante los siglos XVI y XVII, pero cuando los condes dejaron de habitar en Grajal, a comienzos del siglo XVIII, el declive y el abandono del edificio fue imparable.

El primer castillo artillero de España

Uno de los torreones del castillo
Uno de los torreones del castillo. | Shutterstock

El castillo de Grajal de Campos es una construcción de planta cuadrada. Tiene una altura de tres plantas y en su día se mantuvo aislado gracias a un foso que solo permitía el paso a través de un puente levadizo. También contaba con una gran puerta de entrada, hoy en día inexistente. Actualmente puede accederse a la construcción, previa consulta al Ayuntamiento, a través de una única y pequeña puerta.

La característica principal de sus muros es que poseen troneras, agujeros o aberturas estrechas empleadas para disparar desde estas posiciones con protección. Estas troneras estaban pensadas para tiros largos, medios y cortos, incluso para calibres determinados. Además, los muros eran a prueba de balas: en forma de talud o escarpa, para resistir los impactos de la artillería. El castillo de Grajal de Campos contó, asimismo, con una prisión conocida como La Ballesta, instalada en uno de sus torreones. Fue destruida en 1836.

Su interior, hoy en día, no es más que un campo de tierra y hierba. Antaño estaría compuesto de pasillos o pasadizos, de escaleras de acceso a los torreones y también de estancias, elementos que hoy se encuentran cegados, como el foso anteriormente mencionado. Sí conserva, aunque semienterrada, una bombarda de dos metros y medio que apunta hacia el pueblo desde el sur de la muralla. Se la considera una pieza de artillería muy primitiva, otra muestra de lo antiguo de la construcción y del carácter que, desde sus inicios, la marcó.

La fortaleza que domina el paisaje

El castillo de Grajal de Campos en la distancia
El castillo de Grajal de Campos en la distancia. | Shutterstock

Suele suceder que estas construcciones medievales se hagan dueñas del paisaje en el que están encajadas, pues su aspecto regio y normalmente imponente se llevan todas las miradas, pero en Grajal de Campos este factor adquiere una relevancia mayor. Tal vez por lo dicho: uno no espera que en una villa tan pequeña se encuentre un monumento tan histórico y elegante, sobreviviendo junto a las viviendas de los vecinos que todavía permanecen en la villa leonesa. Grajal de Campos, por cierto, está declarada Conjunto Histórico-Artístico por su rico legado, que va más allá de este castillo.

Y su castillo es, con todo, un ejemplo fantástico de arquitectura militar. Se levantó sobre una elevación artificial desde la que pueden observarse todos los rincones de la llanura que se extiende a partir de sus muros. Sus formas también pueden verse desde la distancia, desde las carreteras modernas que circulan en torno a la villa, sorprendiendo al viajero y a quien decide acercarse a esta joya de otro tiempo.