Pasar la Semana Santa en San Sebastian – Donostia ofrece la oportunidad de conocer más a fondo una de las ciudades más románticas del mundo, así como una región anexa que no suele dar tiempo a visitar durante una escapada de fin de semana. No se celebran procesiones de Semana Santa en San Sebastian; pero en la plaza fuerte medieval de Segura – a solo 48 kilómetros por autovía- se pueden encontrar bellísimas procesiones de Semana Santa con más de tres siglos de antigüedad.
La Gipuzkoa autóctona
La cosmopolita San Sebastian tiene unas raíces y una cotidianidad autóctona que se manifiesta en el euskera y en las múltiples tradiciones que permanecen vivas. Por ello conviene comenzar por dirigirse a la Plaza Zuloaga para visitar el Museo de San Telmo, donde se puede entender el pasado y presente de los vascos a través de sus colecciones de arqueología, etnología, historia, fotografía y bellas artes. Espectacular resulta la visita a la iglesia del monasterio originario, donde se pueden apreciar los gigantescos murales en los que José María Sert recogió la historia de los vascos; una obra maestra del muralismo mundial, complementada por el excelente audiovisual que se exhibe sobre sus paredes.
Donostia hay que entenderla con su ‘región’, como se denominan las localidades de su comarca. Para disfrutar plenamente de la gastronomía tradicional conviene conocer la cultura del sidra -en euskera, ‘sagardo’- y su elaboración en los caseríos. Por ello es muy recomendable recorrer los 7 kilómetros que nos separan de Astigarraga, donde se puede visitar la Sagardoetxea (Museo de la sidra) y entender las tradiciones asociadas a esta; es también una buena ocasión para comer o cenar en alguna de las sidrerías más genuinas, conociendo el auténtico ambiente local de un pueblo vasco. Durante los meses de la temporada de sidra (de enero a abril) el ritual del txotx! es una experiencia que merece vivirse en una sagardotegia (reataurante – sidrería): se trata del grito que emite el propietario cuando abre una kupela (barrica) y comienza a salir el chorro de sidra. Los comensales se acercan para rellenar sus vasos, beber, y comentando las sensaciones; ritualmente, la gente se levanta, rellena el vaso y vuelve a seguir comiendo.
La vertiente marítima
Gipuzkoa no se pueden entender sin su vinculación con el mar. El puerto de San Sebastian ya no acoge a barcos pesqueros, sino a yates; pero sigue siendo un lugar con un intenso sabor tradicional. Es desde allí donde se pueden tomar las embarcaciones que trasladan al visitante a la isla de Santa Clara y que recorren la bahía y la costa. En la parte izquierda del puerto -como si de un barco varado se tratase- pueden contemplarse las impactantes formas modernistas del Real Club Náutico de San Sebastian, edificio de estilo racionalista pionero en el mundo. En el lado opuesto se encuentra el Aquarium de San Sebastián uno de los más importantes de Europa y visita ‘obligada’. Se suele rematar este desplazamiento subiendo las escaleras y disfrutando de las vistas de la bahía y la costa desde el Paseo Nuevo.
Otro desplazamiento muy recomendable es a la Factoría Marítima Vasca ‘Albaola‘ situada a solo 6 kilómetros -en la bahía de Pasajes. Se trata de un auténtico astillero en el que se investiga, enseña y construye según los métodos de la carpintería de ribera; actualmente se está construyendo una réplica de la nao San Juan, navío que naufragó en el siglo XVI cuando cazaba la ballena en las costas de Canadá. En el muelle de Pasajes de San Pedro también es posible conocer las interioridades de un barco de pesca artesanal: el barco – museo ‘Mater’.
Monumentos religiosos para la Semana Santa de San Sebastián
La Semana Santa en San Sebastian debe incluir una visita a la catedral del Buen Pastor. Se trata de un edificio de estilo neogótico finalizado -en tiempo record- en 1899. Al tratarse de la época en la que la reina María Cristina pasaba sus largos veraneos en la ciudad, recibió unos importantes mecenazgos que superaron a los de la madrileña catedral de La Almudena (comenzada en la misma época pero no finalizada hasta más de un siglo después). Destacan sus vidrieras y el órgano; uno de los más grandes de Europa. Otra recomendable visita de la Semana Santa en San Sebastian son los dos templos que no fueron incendiados en el pavoroso incendio provocado pro las tropas inglesas en 1813; ambos están pegados al monte Urgull, en la calle del 31 de agosto (la fecha fatídica para la ciudad). Más cerca del puerto está el la barroca basílica de Santa María del coro, en tanto que en extremo opuesto -al lado de la plaza Zuloaga- se encuentra la gótica iglesia de ‘San Bizente’ (con interesantes esculturas de Oteiza).
Gastronomía y pintxos
Resulta difícil comer o beber ‘regular’ en San Sebastián; prácticamente todo es bueno o muy bueno. Porque la exigencia del cliente cotidiano es alta y en San Sebastián los hosteleros menos competitivos no subsisten (aquí nosotros recomendamos platos tipicos y algunos locales). No es raro que aquí se haya fundado la primera universidad de gastronomía del mundo: el Basque Culinary Center. La mayoría de los turistas adoptan el ritual de ‘ir de pintxopotes’ (una bebida y un pintxo a precio único) por varios establecimientos de la Parte Vieja; son especialmente frecuentadas los de las calles Fermín Calbetón y 31 de agosto. Pero la saturación de clientes en los días festivos y el gran nivel de los establecimientos de toda la ciudad ha ido moviendo a la clientela hacia los bares y restaurantes de otros barrios; especialmente los de Gros -al otro lado del río Urumea, detrás de la playa de Zurriola- y la zona centro -alrededor de la catedral-.
Para aquellos que hayan visitado varias veces ‘la Bella Easo’ pueden encontrar más ideas para la Semana santa en San Sebastian en nuestra página de Lugares secretos de San Sebastián. Para ver las opciones para hospedarte puedes consultar nuestra página de alojamientos en San Sebastián.
Texto de Ignacio Suárez-Zuloaga.
