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Qué ver en Tarragona capital

Dónde dormir en Tarragona

La ciudad más romana de España

La capital tarraconense es una de las poblaciones europeas que mejor ha preservado su pasado antiguo. Gracias a ello, su conjunto monumental es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Entre lo mucho que ver en Tarragona se encuentran las ruinas romanas de Tarraco o las Necrópolis Paleocristianas. El destino se completa con su litoral y parques naturales de montaña.

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Las ruinas romanas de Tarraco, Patrimonio de la Humanidad, son lo principal que ver en Tarragona capital. No es mala idea pasar toda una mañana visitándolas para por la tarde ver el Museo Nacional y el Museo y necrópolis paleocristianas. La catedral de Santa Tecla y demás atractivos pueden recorrerse al día siguiente.

Quien disponga de más tiempo y sea amante del turismo activo, de mar o de montaña, tiene un amplio litoral donde disfrutar. Las modalidades de interior están disponibles en el Parque de la Serra de Montsant y en el Parque Natural de Poblet, situados a buena distancia al norte de la ciudad. Otra opción es dedicar el día a visitar la vecina y modernista ciudad de Reus. Para saber qué platos elegir y dónde dormir, quedan las páginas sobre Dormir y Comer en Tarragona.

¿Quieres conocer este sitio?

Antes de descubrir todo lo que ver en Tarragona capital, hay que conocer su prolongada historia. Los íberos poblaron el lugar desde al menos el siglo V a.C. En el año 218 a.C, los romanos se instalan allí convirtiendo a Tarraco en la capital de la Hispania Citerior. El Emperador Augusto empleó el nombre de la ciudad para denominar a la provincia más extensa de la península. Incluso, llegó a vivir allí temporalmente para organizar sus campañas contra los cántabros. Durante el 45 a.C. se convirtió en colonia romana.

Los pueblos bárbaros se adueñaron de la zona sin excesiva violencia hasta que, hacia 716, los árabes destruyeron la ciudad. En el año 960 el Conde Borrell II de Barcelona se autoproclamó Príncipe de Tarragona. Sin embargo, esto supuso más un deseo que una realidad. Por ello, en el año 1129, siendo la situación del lugar muy precaria, el titular de la diócesis, San Olegario, encomendó la defensa de la ciudad al caballero normando Robert Bordet. Le daría el título de Príncipe, dignidad que mantendría hasta 1151 cuando se impuso definitivamente el dominio condal de Barcelona.

En la guerra entre el rey Juan II y la Generalitat, el poderoso Arzobispo tarraconense se puso de parte del Rey. Por el contrario, el Consejo Municipal acabaría apoyando a los nobles de la Generalitat. Por tal razón en 1462 la ciudad fue asediada, entrando en un profundo declive. Al prevalecer la Corona, esta delegó amplios poderes en el arzobispado, que se convertiría en el poder fáctico de la ciudad.

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Alcanzado el siglo XVI, el arzobispado se convierte en un poderoso mecenas que impulsó la educación creando una Universidad Literaria. Por su parte, Antonio Agustín, además de polígrafo, promovió a los artistas de la Escola del Camp. Fue también un siglo de ataques piratas. La presión de los saqueadores obligó a organizar una vigilancia costera, fruto de la que nació la Torre de la Mora (1641).

que ver en Tarragona
Torre de los Escipiones

Durante la Guerra de los Segadores, la población participó en la insurrección. Posteriormente fue apoyada por Francia. Las tropas del Felipe IV la asediaron en 1641 y 1644, quedando muy dañada. En la Guerra de Sucesión, a partir de 1705 Tarragona se puso de parte del archiduque de Austria, lo que supuso nuevas destrucciones.

Más tarde, en 1786, se abrió su puerto al comercio internacional con América. Esto propició que se plantara una gran cantidad de vides en los contornos, produciéndose lucrativos vinos y aguardientes para exportación. Ya en junio de 1811, los franceses asaltan la ciudad, permaneciendo en ella hasta agosto de 1813. Tal evento supuso la ruina para la ciudad catalana. El siglo XIX, con las partidas carlistas merodeando por los alrededores, fue de lenta recuperación.

Entre 1937 y 1939 la ciudad fue bombardeada por la aviación italiana basada en Mallorca, al servicio de los franquistas. Décadas después, en 1975, se inauguró la refinería de Enpetrol. La factoría generó un importante desarrollo del sector petroquímico local. Finalmente, durante el año 2000 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad a las ruinas romanas de Tarraco. Este factor ha sido decisivo en el desarrollo de su sector turístico.

A continuación, todo lo que ver en Tarragona.

Antes de disfrutar el legado antiguo que ver en Tarragona es conveniente acercarse a la Catedral de Santa Tecla (ss.XII-XIV). La sede metropolitana  goza del privilegio de Sede Primada, al igual que Toledo. El conjunto se reparte en tres naves acompañadas de otra transversal. La iglesia se inició en estilo Románico, como se percibe en la capilla mayor. Sin embargo, se trata de un templo claramente gótico. En la zona del presbiterio se puede contemplar el primer retablo románico (s. XIII), dedicado a la santa titular. Sorprende la predela de alabastro del altar mayor (s. XV). A su vez, también destaca el monumento funerario del Patriarca de Alejandría, Juan de Aragón, que bendijo el templo en 1331.

En la nave transversal se conservan dos rosetones del siglo XIV, con vidrieras. A la estructura gótica inicial se fueron añadiendo capillas entre los siglos XV y XVIII. Por su parte, el claustro del siglo XII aprovecha los restos de un santuario romano (s. I). En tal espacio brilla la célebre representación de la Procesión de las Ratas, así como la puerta románica que comunica el claustro y templo, donde se representa la Divinidad rodeada de los Evangelistas. En el Museo Diocesano son notables los retablos góticos, piezas arqueológicas e imaginería barroca.

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Una vez vista la Catedral de Santa Tecla, es recomendable transitar por calles del siglo XIV aún intactas, como la Mercería. Sus soportales góticos componen una típica estampa que ver en Tarragona. También merece la pena el antiguo Hospital de Santa Tecla (1171), con espectaculares capiteles. De la comunidad judía quedan rastros en Plaza dels Angels, explicados en el Museo Bíblico Tarraconense, instalado en la Casa de los Concilios.

Entre las muchas iglesias que ver en Tarragona está la gótica de San Lorenzo (ss. XIII-XIV), con un buen retablo. Además, no hay que dejar de visitar San Miguel del Pla (s. XVIII) y San Agustín (s. XVI). Por otro lado, son igualmente recomendables las capillas de Sant MagíSanta Tecla la Vieja y Sant Pau, de los siglos XIII y XIV.

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En la plaza del Rey se alza el extraordinario Museo Nacional, con miles de objetos de todos los aspectos de la cultura y la sociedad romanas. Otro espacio relacionado con tal temática es el Museo y Necrópolis Paleocristianas. La Villa Romana de Els Munts, acompañada de unas termas y un santuario dedicado a Mithra, es otro lugar obligado que ver en Tarragona.

En la villa de Centcelles hay un excelente conjunto termal, aparte del más antiguo mosaico adaptado a una cúpula con motivos decorativos cristianos. De connotación funeraria es la Torre de los Escipiones (s. I). Parte del Teatro Romano de Tarraco (finales del s. I a. de C.) todavía se conserva en un desmonte del terreno situado muy próximo al antiguo puerto. A pesar de haber llegado muy dañado, su característica forma es perfectamente reconocible.

El Circo de Tarraco (s. I d.C.) está integrado en el interior del propio casco urbano y se considera uno de los mejor conservados de todo el territorio imperial. Tenía un aforo de hasta 30.000 personas y es sin duda una de las grandes atracciones que ver en Tarragona. Al lado se yergue la torre del Pretorio, que más tarde (s. XVI) sería palacio real, e incluso cárcel. Del Foro (s. I a.C.) se ha preservado parte de una basílica. También ha llegado hasta hoy, inserta en la actual plaza del Pallol, parte de la estructura del Foro Provincial.

Otro de los monumentos antiguos más importantes es el Anfiteatro (s. II), que podía reunir a 14.000 espectadores. Allí tuvieron lugar las ejecuciones, siendo muy recordada la del obispo Fructuoso en el año 259. En época de dominio visigodo se levantó allí una iglesia. Para terminar, quedan las primitivas Murallas (s. II) que rodeaban la ciudad. De su traza despuntan las torres de Minerva y el Arzobispo.

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Pasando al ámbito museístico, el Museo de Arte Moderno posee buenos fondos de fotografía y esculturas de Julio Antonio. En la calle Cavallers se encuentra el Museo Castellarnau, una antigua vivienda medieval sometida a múltiples reformas que guarda un importante repertorio decorativo barroco y decimonónico. Asimismo, en la calle Granada, está la Casa Canals que también incorpora restos de la muralla romana. Interesantes museos que ver en Tarragona.

Esta es una ciudad fundamentalmente portuaria, cuya evolución puede entenderse en el Museo del Puerto de Tarragona y en el Faro del Banda (s. XIX), que aún sigue alumbrando la boca del Ebro. En la Casa de la Festa se recuerda la tradición de las célebres torres humanas que tienen su fecha más remota conocida en 1321.

Terminado con lo que ver en Tarragona capital queda la rambla Nova. Desde ella es muy recomendable acercarse al emblemático Balcón del Mediterráneo. Según manda la tradición, hay que tocar su característica barandilla de hierro en busca de la buena suerte.

Aquello que ver en Tarragona alrededores, en la carretera que conduce a Lleida, sobresalen los restos de un acueducto que se conoce como Pont del Diable (s. I). En su día integraba una red de canalización de diez kilómetros de longitud. A unos veinte kilómetros está el Arco de Bará (o de Berà) (s. I a.C.), edificado en honor a Augusto. Por último, en los alrededores está la fortaleza medieval de Tamarit (s. XI), que hasta incluye una iglesia de estilo románico en un paraje costero de gran belleza.

Finalmente, el litoral de Tarragona está repleto de arenales. Entre ellos los más destacados son las playas de MiracleLos CapellansLa Savinosa y Playa Larga.

Imprescindibles

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Catedral de Tarragona
Dónde dormir en Tarragona
Foro Romano

Datos prácticos

Coordenadas

41º 6’ 56” N, 1º 14’ 58” E

Distancias

Barcelona 98 km, Madrid 551 km.

Aparcamiento

Existen numerosos aparcamientos de pago distribuidos por el casco urbano (ya no hay plazas gratuitas). Por ejemplo, el Aparcamiento Municipal Saavedra en la Avenida de Catalunya.

Altitud

68 m.

Habitantes

133 954 (2012)

He aquí las mejores fiestas que ver en Tarragona. Primero, el Carnaval y la Semana Santa (Procesión del Sant Entierro).Segundo, la Noche de San Juan (23 de junio). También, Fiestas de Sant Magí (del 16 al 19 de agosto), Fiesta Mayor de Santa Tecla (en torno al 23 de septiembre).

Estos son otros eventos que ver en Tarragona: Festival de Reconstrucción Histórica Tarraco Viva (mayo), Concurso de fuegos artificiales (principios de julio), Concurso de Castells (septiembre-octubre).

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