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La mayor colección de lápidas gremiales del mundo está en Noia

Museo de Laudas de Noia

Noia es especialmente conocida por encontrarse en uno de los enclaves más estimulantes de unas Rías Baixas que atraen irremediablemente, por sus paisajes y su fama. El visitante descubre pronto, en cualquier caso, que el valor de esta villa gallega está en su historia. Fiel reflejo de ésta es su casco histórico, perfectamente conservado y visualmente bellísimo, Conjunto Histórico-Artístico desde 1985. Esta historia también está presente en la iglesia de Santa María a Nova, que sorprende con la mayor colección de lápidas gremiales del mundo. Casi nada.

Una colección única en el mundo

Iglesia de Santa María a Nova con su impresionante colección
Iglesia Santa María a Nova con su impresionante colección. | Fotografía cedida por la Oficina de Turismo de Noia

El Museo de Laudas reúne esta colección única en el mundo, que es otro reflejo de la historia de la villa. Estas laudas o lápidas, losas rectangulares de piedra que cubren las tumbas de los difuntos, pertenecen a un periodo de tiempo tan extenso que abarca del siglo XIV al siglo XIX. Tienen un enorme valor histórico y cultural. Además, ilustran de manera excelente el gran momento económico que vivió Noia durante aquellos años, gracias a su comercio marítimo y a la organización gremial que existía en la villa.

Este museo cuenta con más de 500 lápidas, aunque solo una parte han sido recuperadas y expuestas al público. Dentro de esta enorme colección, destacan especialmente las lápidas gremiales, caracterizadas porque en la piedra aparecen las herramientas que identificaban al gremio al que pertenecía el finado. Marineros, sastres, zapateros, carpinteros, leñadores, canteros… Con sus anclas, tijeras o hachas representados en estas laudas, son las más atractivas de la colección y también las más antiguas. Otras exponen blasones familiares, que pasaban de padres a hijos y que en ocasiones iban acompañados también de un elemento gremial. También pueden observarse lápidas con temas antropomorfos, es decir, en las que la figura humana es la principal ornamentación.

Lauda de peregrino
Lauda de peregrino. | Fotografía cedida por la Oficina de Turismo de Noia

Por destacar una de las muchas existentes, hay que quedarse con la historia del tabernero Ioan de Estivadas, por la popularidad de la misma. Esta lauda ha permitido alimentar la leyenda de que Noia fue fundada por el mismísimo Noé, pues el rostro tallado en la piedra presenta rasgos árabes. Su nombre, como última curiosidad, está escrito al revés.

La iglesia de Santa María A Nova, estimulante de por sí

Iglesia Santa María a Nova
Iglesia Santa María a Nova. | Fotografía cedida por la Oficina de Turismo de Noia

Al margen del Museo das Laudas, impresionante en su totalidad, una visita a la iglesia de Santa María a Nova es igualmente satisfactoria. El templo fue construido a mediados del siglo XIV, según la inscripción que se encuentra en la puerta sur. Por esta placa se sabe que “esta iglesia se edificó y consagró por Don Fray Berenguel, arzobispo de Santiago, el 18 de enero de la era 1365”.

De estilo gótico-marinero, como otras muchas iglesias de la zona, consta de una única nave cubierta de madera sobre arcos que establecen cuatro secciones. Es en esta nave donde se encuentra la exposición de laudas, así como en las dos sacristías situadas a ambos lados del altar. Destaca también la pila bautismal, por su antigüedad: data del siglo XV, en consonancia con la mayor parte del conjunto. Se cree que el cementerio que rodea al templo podría pertenecer a un periodo anterior, en torno al siglo XIII. En este cementerio, Monumento Histórico-Artístico desde 1973, el visitante encontrará también un gran número de lápidas. Además de dos cruceiros, uno de ellos cubierto por un baldaquino del siglo XVI.

Noia, villa histórica y preciosa, un lugar perfecto para empezar a conocer las afamadas Rías Baixas. También el lugar en el que se encuentra la mayor colección de lápidas gremiales del mundo, por si lo anterior le supiera a alguien a poco. Historia y arte funerario en su máxima expresión. Merece la pena.