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Los restaurantes de Madrid preferidos por los famosos

Restaurantes de Madrid

Hay restaurantes en Madrid que han acogido, a lo largo de sus años de vida, numerosas figuras históricas. Hoy se presentan como un puente que conecta el pasado con el presente. Visitarlos implica una emoción y orgullo inexplicables, incitando incluso a reflexionar sobre la simplicidad del ser humano. Esos personajes históricos aparentemente lejanos se presentan entonces como vecinos.

Sobrino de Botín

Sobrino de Botín
Sobrino de Botín. | Shutterstock

Este restaurante puede presumir de ser el más antiguo de Madrid. Sus fogones han permanecido encendidos desde el año 1725, cuando Jean Botín decidió abrir una posada y servir comidas. Según el libro Guinness, Sobrino de Botín, posee el horno de leña más antiguo del mundo. Con su larga historia, el restaurante ha sobrevivido a la Guerra Civil Española, consiguiendo reponerse con el auge turístico de 1960.

A pesar de las modificaciones del negocio conserva la fachada de ladrillo visto típica del siglo XVI, así como un mobiliario que remonta a épocas pasadas. Es escenario de novelas como Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós, Monseñor Quijote, de Graham Greene, o en El Manifiesto Negro, de Frederick Forsyth. Se afirma que el mismo Francisco de Goya trabajó de friegaplatos en el año 1765. Shirley MacLaine, Quentin Tarantino, Tom Jones, Marcelo Mastroianni o Melanie Griffith no perdonan su visita al pisar territorio madrileño. Un digno representante de los restaurantes con acontecimientos históricos de España más relevantes.

Café Gijón

Café de Gijón
Café Gijón. | Shutterstock

Si existe una cafetería conocida en Madrid, esa es Café Gijón. Considerada lugar de encuentro entre los literatos, no hay amante de las letras que no conozca su fama. Nació a manos del asturiano Gumersindo García, en 1888. Siempre se ha considerado templo de la intelectualidad madrileña, creando un ambiente de tertulias y encuentros entre personajes como Valle Inclán, Santiago Ramón y Cajal, Federico García Lorca o Celia Gámez.

Fue el lugar elegido por el escritor Camilo José Cela para ambientar la novela La Colmena, donde describe una ciudad de coloquios y pobreza. La lista de personas que lo visita es inmensa. Su fama ha alcanzado tal auge que, en recuerdo a ese nutrido pasado literario, se celebra cada año el Premio Café Gijón de novela corta. Es el lugar perfecto para desayunar en compañía de un buen libro.

Posada de la Villa

Posada de la Villa
Posada de la Villa. | erikccooper, Wikimedia

El único molino de harina en la fascinante Madrid del siglo XVII fue reconvertido en posada de la corte en 1642. Su excelsa decoración conmemora la elegancia de la época. Con semejante antigüedad, uno se pregunta por qué la Posada de la Villa no se considera el restaurante más antiguo del mundo en lugar de Sobrino de Botín. En este caso, el récord Guinness se le escapó al ser una posada en la que se permitía el acceso con comida, pero no se preparaba. Era un lugar de descanso donde se servía buen vino y que prestó servicio sin interrupción hasta 1980.

En ese momento, fue adquirido y reformado por Félix Colombo. Desde entonces, ha acogido a muchos personajes importantes de la política, artistas como Dalí e incluso miembros de la realeza como Don Felipe, actual rey de España. En él puede degustarse auténticas delicias como el cocido madrileño hecho a fuego lento durante seis horas o su famoso cordero.

Casa Alberto

Casa Alberto
Casa Alberto. | Shutterstock

Sus puertas han permanecido abiertas desde 1827 dando la bienvenida a un extenso público. Está construido en el lugar del antiguo edificio que ubicaba la casa del escritor Miguel de Cervantes. Ya en el siglo XIX la clientela de Casa Alberto albergó a profesionales del mundo teatral y literario. Con el Museo del Prado inaugurado en 1819, se convirtió en uno de los restaurantes más visitados de la capital.

Después de la Guerra Civil, la España de la posguerra colocó este restaurante contra las cuerdas, pero sus dueños supieron superar las adversidades. Desde entonces se ha convertido en un lugar de culto para disfrutar de unas tapas y un buen vermut de grifo. La barra de ónice, sus zócalos de madera labrada y su antiquísima grifería restaurada parecen transportar al visitante en el tiempo.

La Carmencita

Carmencita
La Carmencita. | Shutterstock

Esta taberna centenaria es la segunda más antigua de Madrid. Abierta en 1854, consigue el título con soltura y ofrece un rincón encantador para degustar comida casera en pleno corazón de Chueca. Destaca frente a otros locales por su cocina ininterrumpida durante toda la semana en un barrio donde abunda la comida rápida.

Fue un conocido lugar de paso de famosos escritores de la Generación del 27, como Pablo Neruda, Miguel Hernández o Lorca. Así como profesionales del mundo del flamenco gracias a su proximidad con la sala de Manolo Caracol. Hoy en día, escritores como Vargas Llosa frecuentan La Carmencita, una taberna que invita a la tertulia y que dispone de una carta tradicional a la par que vanguardista. Con platos deliciosos incluso para comensales con preferencias vegetarianas y veganas.

La Bola

La Bola
La Bola. | Raimundo Pastor, Wikimedia

Emplazada a poca distancia del Palacio Real y del Teatro Real, la taberna La Bola destaca por su intensa fachada rojiza y su gran bola dorada. Inaugurada como botillería, desde 1802 cuenta con una riquísima degustación de distintas variedades de cocido madrileño. Se convirtió en restaurante a partir de 1870, regentado con el arduo tesón familiar de los Verdasco desde entonces.

Fue galardonada con múltiples premios, entre ellos el concedido por la Federación Española de Hostelería en 2014. Ha dado la bienvenida a distinguidos personajes como Ava Gardner, Camilo José Cela y la Infanta Doña Isabel. Es un encuentro obligatorio para todos los amantes del buen cocido madrileño que sorprende con postres deliciosos como los buñuelos de manzana. Un restaurante que ha estado repleto de figuras históricas de España y que es digno de una Estrella Michelín.

Casa Labra

Casa Labra
Casa Labra. | Shutterstock

Fundada en 1860, Casa Labra fue pasando por varios dueños hasta que en 1947 se hizo famosa por sus croquetas y pinchos de bacalao. Por iniciativa de su entonces dueño, Manuel Molina Santisteban, se cobró por primera vez en Madrid la tapa para ofrecer vinos de mejor calidad. La cremosidad de su bacalao rebozado viene por su receta de harina y leche, mezcla poco habitual en este tipo de tapa.

Los ingredientes de calidad han fortalecido la reputación de Casa Labra convirtiéndola en una emblemática taberna madrileña. Lugar elegido para fundar el PSOE por iniciativa de Pablo Iglesias en 1879, recibe políticos del partido con frecuencia. Contó con la visita de artistas como Pío Baroja, Rafael Alberti y Antonio Molina. En la actualidad, sigue recibiendo la visita de personajes famosos como Pastora Soler o Iker Casillas.

Café Central

Café Central.
Café Central. | Shutterstock

Antiguo negocio centenario reconvertido en cafetería en 1982. El edificio fue construido en 1880 y solo cuatro años después vendía molduras y marcos muy populares entre la aristocracia madrileña. Añadiendo productos del sector de la cristalería, se convirtió en unos años en el proveedor de la Casa Real. En los años 80, Café Central se convirtió en un lugar de culto para los amantes del jazz.

Atrajo así a celebridades del sector como Ben Sidran, George Adams, Don Pullen y Randy Weston, entre otros. Además de cineastas como César Martínez Herrada o poetas como Ebbe Traberg. Hoy en día es un local con visitantes del mundo del espectáculo habituales donde disfrutar de eventos musicales junto con un buen cóctel y picoteo de calidad.