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La Alberca / Nuestra Sra. de la Asunción y La Loa

La Loa

El Bien siempre acaba venciendo al Mal en la Loa, auto sacramental medieval en las fiestas patronales de La Alberca

La fiestas patronales en honor a la Virgen de la Asunción, declaradas Fiesta de Interés Turístico Nacional por el Gobierno de España, se celebran en La Alberca durante cinco días en torno al 15 de agosto —el llamado Diagosto—. Entre los diferentes actos programados a lo largo de las celebraciones, el Ofertorio y la Loa a la Virgen destacan por su popularidad.

El sábado anterior al día 15 tiene lugar, de madrugada, la Misa de los cohetes y el día 14 el toque de campanas y un pasacalle de un tamborilero anuncia, de víspera, la Festividad de la Virgen. Y si el día de Santiago (25 de julio) se han tirado cohetes y ha sonado el esquilón, significa que en las fiestas habrá toros los días 16 y 17.

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El Diagosto por la mañana, otro pasacalle esta vez con más de un tamborilero, recorre la localidad anunciando la fiesta. A media mañana, una comitiva de autoridades (el alcalde, los concejales y el juez), mayordomos, cofrades y danzarines parten de la Plaza Mayor hacia la Iglesia Parroquial donde se celebra la Misa Mayor. Seguidamente se saca en andas a la Virgen de la Asunción y una procesión recorre la calle Puente, que los vecinos han adornado con flores y telas bordadas en las fachadas de las casas, hasta la Plaza Mayor. La Virgen es colocada sobre una mesa cubierta con los típicos manteles de bordados serranos en la parte alta de la plaza, donde tiene lugar el Ofertorio.

El acto sigue un protocolo riguroso y son las autoridades quienes realizan la ofrenda, haciendo tres genuflexiones y sin dar la espalda nunca a la Virgen. Seguidamente, una pareja de vecinos del pueblo ofrecerá pan que ha sido bendecido en la misa. Los mayordomos salientes y los entrantes en pareja, van vestidos con el traje y la capa serrana y un pañuelo en la cabeza. Los salientes (los que acaban su cometido después de un año) vuelven a salir cada uno desde un ángulo de la plaza acompañados del tamboril a recoger a sus familias.

Las mayordomas portan en un cesto las ofrendas y suelen ir de manteo, negro o marrón oscuro; otras mujeres de la familia visten el Traje de Vistas (una auténtica joya que sólo se utiliza en grandes ocasiones. Se compone de una camisa con las mangas bordadas en negro, al igual que los puños que también van rematados en ganchillo negro y un jubón se ajusta al cuerpo con un cordón En la parte inferior, un manto liso y, sobre él, un manto de paño morado con tiras de terciopelo negro y cinta rosa sobre la que se aplica un encaje metálico, y rematado con cuatro falsos bajos de diferentes colores. Encima, un delantal, decorado de la misma forma. En la cabeza, una toca de algodón con cintas de colores. Es el traje regional que se adorna con mayor cantidad de joyas y tanto las ropas como las joyas están cargados de simbolismo y elementos protectores.

La ofrenda consiste en un sobre con un donativo, flores, telas incluso un manto a la virgen. Después de que los fieles también hagan su ofrenda, es el momento de los bailes y tiene lugar El Ramo. Los mozos danzan trenzando y destrenzando unas cintas alrededor de una rama de roble en forma de arco adornada con flores; después se interpretan otros bailes: la cruz, el corro, los paloteos (conmemoraciones de antiguas danzas guerreras). Y la Virgen vuelve a la iglesia para salir más tarde de nuevo en procesión, esta vez recorriendo el pueblo mientras los fieles cantan el rezo del Rosario. A las 12 de la noche, con la alborada (canto a la virgen) finalizan las celebraciones religiosas.

El 16 de agosto es fiesta local en la Alberca y, después del encierro matinal por las calles del pueblo y de que las campanas de la Iglesia convoquen a los vecinos, se celebra una misa. Hacia las 12:00 de la mañana tiene lugar La Loa en un escenario que se monta con tablas en el Solano Bajero (la parte baja de la plaza de la iglesia).

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Un grupo de vecinos serán los protagonistas de una representación que tiene su origen en los antiguos autos sacramentales. La pieza, de media hora de duración, representa un texto recogido por José Mª Requejo en La Alberca monumento nacional en el que se escenifica la victoria del bien, representado por un arcángel, sobre el mal, el demonio.

La trama es la siguiente: dos galanes (jóvenes vestidos de serranos) que se dirigen a la fiesta de La Asunción se encuentran a un pastor. En medio de un ruido atronador de petardos, hace su aparición el demonio que sale de los infiernos, montado en un monstruo con aspecto de dragón o chivo y con siete cabezas de serpientes, que pretende impedir que los galanes veneren a la Virgen. En ese momento aparece el Arcángel San Miguel acompañado de siete niños, las siete virtudes que vencerán al demonio y a los siete pecados capitales que están representados por otros siete niños vestidos de demonios. Durante la representación la iglesia tiene que estar cerrada ya que Lucifer va a salir en escena.

El sábado posterior a las fiestas se celebra la Misa de las Estrellas a las 12 del mediodía presidida por los mayordomos entrantes. A las celebraciones religiosas sigue la fiesta pagana así que después del canto de la alborada a las 12 de la noche, habrá verbena los días 14, 15 y 16 con orquesta y música moderna. Una celebración que está ganando visitantes de otras partes de España.