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Madrid, cinco veces Patrimonio de la Humanidad

Patrimonio de la Humanidad de Madrid

Un total de cinco veces ha sido reconocida la Comunidad de Madrid como una tierra digna de ostentar el título de Patrimonio de la Humanidad, reconocimientos que la UNESCO concede cada año. Desde espacios históricos que recuerdan a imperios en los que no se ponía sol a paisajes naturales que sirven para deleitar los cinco sentidos de quienes los visitan y también el conocimiento de quienes los estudian.

Un precioso laboratorio natural

Hayedo de Montejo
Hayedo de Montejo. | Shutterstock

Tal es el caso del hayedo de Montejo, que fue declarado Patrimonio Natural por la UNESCO en julio de 2017. A los pies de la sierra de Ayllón, esta antigua dehesa se compone de hayas, robles, albares, rebollos y acebos, conformando un lugar único en la Comunidad. No necesita de grandes dimensiones para sobresalir. Su diversidad paisajística le hace ser un paraje ideal para animarse con un paseo tranquilo, mientras que su valor ecológico lo ha convertido en un “laboratorio natural” en el que se estudian más de 1.400 árboles. Cuando llega el buen tiempo, sus colores vivos y frescos son un descanso para las altas temperaturas. La nieve puede cubrirlo en invierno, mientras que en otoño luce bello como nunca, con esos tonos rojizos y marrones tan característicos.

El primer Patrimonio

Aranjuez
Aranjuez. | Shutterstock

Naturaleza y hombre se han entendido bien en otro lugar Patrimonio: el Paisaje Cultural de Aranjuez, que fue el primero de la geografía española en ser incluido en esta lista de la UNESCO. Se aprobó en el año 2001 y no ha dejado de atraer miradas desde entonces. ¿Cómo empezar a descubrirlo? Hay tres maneras. Por un lado, un núcleo que incluye el Palacio Real, así como otras dependencias cercanas y los asombrosos jardines. En segundo lugar, todo lo que tiene que ver con la ribera del Tajo, con esas huertas históricas antaño famosas en la corte. Por último, la ciudad del siglo XVIII, erigida siguiendo el ideal de la Edad Moderna. Todavía puede advertirse bien su trazado.

Un palacio a la altura de un emperador

San Lorenzo de El Escorial
San Lorenzo de El Escorial. | Shutterstock

En la temprana Edad Moderna hay que quedarse para descubrir otro gran legado: el que Felipe II mandó construir en San Lorenzo de El Escorial. Su monasterio y el Real Sitio fueron declarados Patrimonio Mundial en 1984, siendo uno de los primeros en lograrlo en España. Suele decirse que este soberano no vio ponerse el sol en su imperio. Esta grandeza tiene su reflejo en una obra que cuenta con numerosos espacios de enorme valor histórico, cultural y artístico. Todo ello en un entorno también privilegiado: la vertiente madrileña de la preciosa sierra de Guadarrama.

Cultura desde la Edad Media

Plaza de Cervantes en Alcalá de Henares
Plaza de Cervantes en Alcalá de Henares. | Shutterstock

Preciosa es también Alcalá de Henares, la ciudad natal de Miguel de Cervantes. 15 son las ciudades españolas que componen el grupo de ciudades Patrimonio en el que Alcalá destaca por ser la primera diseñada y construida como sede de una universidad, fundada en el año 1499 por el Cardenal Cisneros. Amén de su evidente conexión con una de las figuras más importantes de la historia cultural española, de este lugar hay que disfrutar sus calles, sus plazas, sus monumentos, sus museos y, en general, la vida que tiene todos los días del año.

El Paisaje de la Luz

Estanque de El Retiro
Estanque de El Retiro. | Shutterstock

Por último, porque ha sido el último en engrosar esta lista de Patrimonio Mundial madrileño, el Paseo del Prado y el Buen Retiro. Fueron designados por la UNESCO el pasado año 2021. El conocido Paisaje de la Luz es otro ejemplo de cómo el hombre ha sabido trabajar y entenderse con la naturaleza, respetándola y desarrollándola, en este caso desde el siglo XVI. Este Paisaje Cultural incluye el parque de El Retiro y el Paseo del Prado, desde la Plaza de Cibeles hasta la plaza del Emperador Carlos V. No hay que olvidar que fue el primer paseo arbolado dentro de una capital europea, pensado también en el siglo XVI para ofrecer a los madrileños una zona de descanso.