Dónde comer en Alcalá del Júcar
Este conjunto Histórico-Artístico es bañado por el Júcar a lo largo de la villa. En esta página te recomendamos qué platos de comida local pedir si decides cenar o comer en Alcalá del Júcar. También qué restaurantes y bares baratos son perfectos para este cometido. Tierra de sabores y de un paisaje con mucho encanto.
En esta localidad encontraremos un paraje sin igual, enclavado en una hoz del río Júcar, cuyas casas se aglomeran en la escarpada pared de roca, algunas verdaderas obras de arquitectura popular. Podrás comer en Alcalá del Júcar sus especialidades típicas manchegas; como las migas de pastor, las gachas o el famoso “Atascaburras” (plato de bacalao, patatas y huevo duro).
Uno de los platos más deliciosos que comer en Alcalá del Júcar es el caldo de patatas con caracoles. Se recogen cuando salen en los días de lluvia. Aquí los protagonistas son el cordero, el cabrito y las carnes de caza, tales como conejos o perdices, con las que se prepara el gazpacho con caza. También es importante comer en Alcalá del Júcar los embutidos del cerdo, que se añaden a las migas.
En muchos de los platos que vamos a encontrar aparecerán una de las especias con más fama de la región el Azafrán de La Mancha con D.O.P., o el Ajo Morado de las Pedroñeras con I.G.P. Por otra parte, los más golosos disfrutarán degustando algunas elaboraciones artesanales como los nuégados (una pasta de harina, miel y nueces horneada), excelentes natillas y carne de membrillo.
Si te gusta tomar un aperitivo en lugares originales te sugerimos Las Cuevas del Diablo, en la que tomar una bebida fresquita en una cueva. Exponen máquinas antiguas. Lo mismo ocurre con las Cuevas de Masagó.
Además de a la carta, El Moli ofrece ricos aperitivos. También cuentan con buenas raciones como los chorizos a la miel o las ensaladas. Cuentan con una bonita terraza junto al río.
El mesón El Mirador ofrece unas vistas preciosas de la localidad y platos manchegos elaborados con productos locales, como el ajoarriero. Una carta de platos tradicionales y con buena relación calidad-precio.
El restaurante del Hotel Pelayo tiene una decoración minimalista. Los platos son abundantes y se preparan con buenos ingredientes. Recomendamos la cena con maridaje.
