Que haya desaparecido la playa y en su lugar esté una marabunta de gente no es lo único que le sorprende. La viajera del arte advierte que se encuentra bajo un cielo diferente. El azul pasa a ser pastel y aparecen detalles en color salmón. Es la tercera vez que le pasa, pero no consigue averiguar cómo sucede. Simplemente se ha girado y a los pies de la colina, Madrid en 1788.
La viajera del arte escucha a alguien moverse y se gira levemente a un lado. Le cuesta asimilar, y eso que ya ha vivido esta sensación, que se encuentra al lado de Francisco de Goya. El artista está retratando a los pies de la colina a un grupo de gente que está de celebración. En concreto está pintando una de las pocas obras que tiene de estilo paisajista, se trata de La pradera de San Isidro.