Tiralahilacha es la unión de Pablo y Meeta. Él es diseñador gráfico y ella diseñadora de moda, la mezcla perfecta para una firma con toques vintage que destaca por sus pequeños detalles y las cosas bonitas y bien hechas. Después de investigar la indumentaria de varias época, decidieron mezclar ideas y sacar lo mejor de cada una. Las primeras colecciones tuvieron un toque más retro hasta que ha evolucionado a las prendas que podemos ver ahora: románticas y femeninas.
Pablo y Meeta no sólo viven en Barcelona, todos sus diseños, patrones y muestras se realizan en la Ciudad Condal para apoyar a la industria local. Pero en Tiralahilacha no solo están concienciados con favorecer a la industria local, también son conscientes de la moda actual y el fast fashion y cómo eso afecta al medio ambiente por el exceso de producción textil que hay.
Otra moda es posible
Así es como deciden cambiar el rumbo y siguen haciendo prendas bonitas y originales pero de forma ética, transparente y sobre todo, responsable con el medio ambiente. Así se crean prendas de calidad, duraderas y sobre todo que apoyan al Slow Fashion. La moda no es algo de usar y tirar ni creemos en prendas que tras varios usos o ni siquiera, una temporada acaben desterradas al fondo del armario sin volver a salir de allí. En Tiralahilacha apuestan por prendas con historia, y así quieren transmitirte cómo y dónde se confecciona cada prenda y apoyan la moda sostenible.
Ya suman 12 años con este proyecto y ellos mismos diseñan sus propios estampados, de ahí su originalidad y frescura. Como te hemos comentado, todos los diseños, patrones y muestras se realizan en Barcelona pero la confección se lleva a cabo en la India, concretamente en Assisi Garments, una fábrica especializada en algodón 100% orgánico de Comercio Justo. El compromiso de Tiralahilacha no acaba en Barcelona y ellos mismos viajan a la India una vez al año para ver realizar un riguroso seguimiento del proceso.
Su filosofía se basa en el respeto hacia el trabajo de los demás, en condiciones de trabajo dignas y para ellos es fundamental saber quién hace sus prendas y cómo se hacen.
¿Por qué algodón orgánico?
Porque la industria del algodón es una de las más contaminantes del sector textil y debido al efecto fast fashion, el medioambiente se está viendo afectado a un ritmo frenético. El algodón orgánico se cultiva en tierras certificadas libres de sustancias tóxicas y de todo tipo de pesticidas e insecticidas y además, su procesamiento utiliza tan solo 200 sustancias químicas, mientras que el procesamiento del algodón convencional utiliza más de 8000.
Nos sobran los motivos para situar a esta firma española como una de las más comprometidas con una producción sostenible, sin perder en calidad y ofreciendo piezas duraderas, versátiles y actuales.
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