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Un siglo de bordados para Semana Santa

Un siglo de bordados para Semana Santa

El taller Sucesores Elena Caro lleva activo cien años. Un siglo de bordados para Semana Santa. Carla Elena es la sucesora de las cuatro generaciones de su familia que llevan trabajando en este taller de Sevilla. Toda una vida dedicada a los bordados cofrades. Su maestría ha convertido al taller en el más popular de Andalucía. Para ellos la temporada alta llega con la Cuaresma. Sus paredes guardan muchos secretos e infinidad de horas de trabajo, y las manos de Carla Elena y de todos sus compañeros, un arte incalculable.

Todo comenzó en 1917, pero no fue hasta que Esperanza Elena Caro entró en el taller cuando se descubrió todo su talento y potencial. Sus obras llamaron la atención y el taller se hizo un nombre. Su actual directora, Carla Elena Caro, se encarga de velar por el legado familiar y por una tradición histórica. Licenciada en Bellas Artes, el taller que un día catapultó Esperanza Elena Caro a lo más alto está en buenas manos. De este taller han salido tanto obras de nueva creación como piezas restauradas. Una de las obras más importantes ha sido la creación del Manto de Coronación de la Macarena, valorado en 350.000 euros. Hace poco, el taller ha permitido las visitas al público. ¿Te animas?

Hablamos con Carla Elena, que nos cuenta los entresijos de su taller

*¿Cuáles son los bordados más importantes que habéis realizado y a los que tenéis más cariño?

-A lo largo de la historia del taller hemos hecho muchísimas cosas. Como más relevantes está el Manto de Coronación de la Macarena y el Palio del Estudiante, un conjunto muy completo y quizá el de mayor calidad que ha salido del taller. Con cariño hemos realizado obras para hermandades que consideramos como nuestras, como para El Baratillo o la Hermandad de Las Penas de San Vicente. Hemos trabajado con infinidad de museos, también con la Esperanza de Triana. En Sevilla son muchas las hermandades que cuentan con obras nuestras. Trabajamos para toda Andalucía incluso para el resto de España.

*En concreto, ¿cómo fue la elaboración del Manto de Coronación de la Macarena? ¿Se tardó mucho en realizar? ¿En cuánto está valorado?

-El manto de coronación tiene una historia un poco curiosa. Cuando se proclamó la bula de coronación de María Santísima de la Esperanza Macarena la Hermandad de la Macarena estaba ya arreglando en nuestro taller el palio y las bambalinas. Entonces se planteó la posibilidad de realizar este proyecto. Se escogió el diseño de Fernando Marmolejo, que se presupuestó en un millón y medio de pesetas.

origen bordados semana santa

Ahora serían unos 350.000 euros. Pero la hermandad no tenía suficiente dinero. Entonces, una señora de la hermandad firmó un cheque de 500.000 pesetas, un tercio de lo que valía el manto.

La condición era que fuera exclusivamente para hacer el manto. A partir de ahí la hermandad se puso en marcha y nosotros también. Se hicieron turnos de 24 horas en el taller, se duplicó la plantilla. Se tardó nueve meses. Fue un trabajo inmenso.

*También habéis realizado otras obras relevantes…

-Hace unos meses hicimos una túnica para el Cristo de la Salud de Los Gitanos. Una recuperación de una túnica original de los años XX. Pero en las quemas de Iglesias durante la guerra se perdió. Ahora, un grupo de hermanos se ha reunido y han puesto dinero para recuperar la túnica. A través de fotos antiguas la hemos reproducido lo más fielmente posible. Estamos muy contentos con el resultado obtenido. Parece que la ha llevado puesta toda la vida.

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*¿El trato con estas telas requiere mucha delicadeza, por ejemplo, en una restauración?

-Las restauraciones nuestras son algo distintas de las normales. Nosotros no conservamos el tejido original, lo que hacemos es pasarlo a un tejido nuevo. Hay que tener en cuenta que son piezas que están a uso, no son para exponer. Un manto, por ejemplo, tiene que estar preparado para muchas batallas como ser puesto en el paso, doblarlo para ponerlo en la virgen…Lo ideal es que el tejido nuevo sea lo más parecido al original posible. Las piezas se realizan por separado y cuando están acabadas se montan, como un puzzle. Así, cuando hay una restauración esas piezas se pueden quitar perfectamente.