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El lenguaje del abanico

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¿Sabías que dependiendo de cómo sostengas el abanico o de su abertura, significa una cosa u otra? El lenguaje del abanico es muy sutil y se usaba en España para comunicarse, especialmente con los hombres. Aunque en sus inicios los varones también portaban una especie de abanico de menor tamaño, con el paso del tiempo su uso fue exclusivo de la mujer. Gestos y movimientos que demostraban desde amor incondicional hasta los más airados celos. Un juego de miradas con el abanico de complemento podía resultar de lo más sugerente. El lenguaje del abanico ha llegado hasta nuestros días.

Muy utilizado entre los siglos XVIII y XIX, esta serie de señas se empleaban para comunicarse con pretendientes o amigos. Pintores como Goya, Velázquez, Sorolla o Zuloaga, entre otros muchos, han plasmado en sus cuadros la conexión entre una mujer y su abanico. Actualmente, la mayoría de los artesanos dedicados a la elaboración de abanicos se encuentran en Aldaya, Valencia. Algunos de estos talleres cuentan con más de 300 años de antigüedad. Lejos de lo que pudiera parecer, la confección de un abanico requiere tiempo y son muchos los que intervienen en el proceso de fabricación: calador, pintor, pulidor, fondista… De muchos colores y estilos, los abanicos son un indispensable del verano y del mundo del flamenco. Expresar los sentimientos a través de un abanico es todo un arte. ¿Te atreves a aprender el lenguaje del abanico?

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El lenguaje del abanico

  • Guardar un secreto. Si te cubres la oreja izquierda con el abanico abierto estás pidiendo que no revelen un secreto.
  • Soltera. Puedes insinuarlo si te abanicas lentamente sobre el pecho.
  • Amar apasionadamente. Si colocas el abanico cerca del corazón estás demostrando tu amor a otra persona.
  • Comprometida. Esto se demuestra abanicándose rápidamente, si lo haces lento es que estás casada.
  • Negación. Si quieres demostrar una negativa deberás dejar el abanico sobre la mejilla izquierda.
  • Afirmación. Si por el contrario quieres decir que Sí, lo mantendrás descansando sobre la mejilla derecha.
  • ¿Me quieres? Puedes preguntarlo de forma discreta si le entregas el abanico cerrado.
  • Te quiero. Esconder los ojos tras el abanico abierto o moverlo alrededor de la mejilla. También significa “nos vigilan” si miras por encima.
  • Arrepentimiento. Si pasas el abanico por los ojos significa “perdón” o “lo siento”.
  • Bésame. Mantén el abanico medio abierto sobre los labios y estarás pidiendo un beso.
  • Odio. Esto se demuestra si mueves el abanico de una mano a otra.
  • Amistad. Puedes demostrar tu amistad hacia la otra persona si haces descender el abanico.
  • Adiós. Si mantienes el abanico detrás de la abeza extendiendo el dedo querrás despedirte o acabar una relación.
  • Sí, quiero. Ante una petición de matrimonio si la respuesta es afirmativa moverás el abanico lentamente.